Eurovisión: una gala política

Nunca me cansaré de repetir que no hay nada que esté tan presente en nuestra vida cotidiana como la política; política es participación, preocupación por la situación actual, intentar cambiar las cosas...

La gala de Eurovisión del pasado sábado 10 de mayo -como no podía ser de otra manera- estuvo cargada de actualidad política. Al comienzo, toda Europa está pendiente de si su representante conseguirá ganar. Las actuaciones se suceden de forma ágil y rápida para que la final no resulte pesada.

Llega la actuación de Polonia y las redes sociales empiezan a echar humo: una actuación que utiliza una imagen totalmente sexual de la mujer para resaltar la belleza eslava, tema principal de la canción. Se suceden reacciones diversas, desde las que simplemente se quedan con la apariencia de las cantantes hasta otras que apuntan a que la canción esconde una crítica a la sociedad actual, que sigue siendo demasiado machista.

Poco después, le toca el turno a Conchita Wurst en representación de Austria, con su tema Rise like a Phoenix. La ya conocida como mujer barbuda consigue la victoria. “Que yo gane este premio es una señal de lo que piensa Europa, todo el mundo se ha unido por la tolerancia, sin importar nada más”, dijo Conchita en una rueda de prensa posterior a la gala. Un mensaje claro y contundente para el mundo: los tiempos han cambiado y la sociedad también lo está haciendo.

En el momento de las votaciones, la política también está presente: cada punto que obtiene Rusia va seguido de un gran abucheo por parte del público. El conflicto de Ucrania estuvo muy presente en esta edición.

En cuanto a España, la cantante Ruth Lorenzo obtiene un sorprendente décimo puesto. Una actuación correcta y musicalmente casi perfecta, según los expertos.

Este es solo un ejemplo más de esta forma discreta, pero imponente, que tiene la política de estar presente en cada momento de nuestras vidas. Europa se paró por una noche para dar una imagen de unidad y tolerancia. Ahora toca volver a la realidad y continuar con la carrera hacia las Elecciones Europeas del 25 de mayo. Si de verdad queremos una Europa de libertades y derechos, tendremos que ir a votar.