Brazadas de libertad

Jonathan García recibe el trofeo acreditativo de su hazaña.
Granadilla —

El joven Jonathan García González ha conseguido cumplir su reto de unir a nado Santa Cruz de Tenerife con la playa de El Médano. En total, han sido 62 kilómetros, con dificultades sobre todo en la zona de Güímar y Tajao (Arico), por la corrientes y el fuerte viento, en total 31 horas, batiendo así un récord en marca y tiempo, que certificó tras alcanzar la orilla el sábado, 8 de noviembre, a las 17:30 horas.

Nada más pisar tierra y salir del agua, con rostro cansando pero con la satisfacción de haber hecho realidad su hazaña, fue ayudado a salir del agua y, tras ser atendido por una ambulancia medicalizada, saludó sonriente a los medios, amigos y al numeroso público congregado en la plaza de El Médano; también las autoridades municipales se dieron cita a pie de playa, entre ellos, el alcalde, Jaime González Cejas; el concejal de Deportes, Marcos González Alonso, y los ediles de Economía, Educación y Obras, Esteban González, Sara Cano y José Manuel García.

Jonathan García González tras haber pasado un periodo en la cárcel, se marcó el reto de unir a nado las islas como una forma de recompensar el dolor causado a su familia. Tras haber unido a nado Lanzarote-Fuerteventura, La Gomera-Tenerife y el estrecho de Gibraltar, se propuso unir a nado la distancia que hay entre la capital y el Sur de Tenerife (El Médano), con el objetivo de celebrar y dar a conocer de forma pública que “por fin ya es libre”. Éste es el punto y seguido de una historia de superación con un mensaje ejemplarizador, y que pronto se verá reflejado en un libro.

La iniciativa, para la que cuenta con el respaldo de la Concejalía de Deportes del Ayuntamiento de Granadilla de Abona, ha contado con la supervisión de un árbitro de la federación española de natación, Cruz Roja y un amplio plan de seguridad.

El joven nadador se lanzó al agua acompañado de todo el apoyo, tanto marítimo como terrestre. Dos embarcaciones neumáticas han apoyado al joven nadador durante todo el recorrido, para controlar el ritmo de nado, la alimentación y los tiempos de descanso. Dichos tiempos estuvieron estipulados en un minuto cada hora y se utilizaron para que el nadador se hidratara, comiera y se controlaran sus constantes vitales.

La prueba también estuvo apoyada desde tierra por una ambulancia de Cruz Roja. La hazaña pudo ser visible desde tierra en todas las zonas costeras de los ocho municipios que recorrió a su paso: Santa Cruz, El Rosario, Candelaria, Arafo, Güímar, Fasnia, Arico y, finalmente, Granadilla de Abona.

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