Arteaga deja la secretaría general de CCOO-Canarias por la “caza de brujas” interna

El exsecretario regional del sindicato CCOO, Juan Jesús Arteaga.

Tenerife Ahora

El secretario general de CCOO en Canarias, Juan Jesús Arteaga, anunció esta tarde que dejaba su cargo a través de la cuenta de Facebook de la federación regional del sindicato con un escueto mensaje en el que vinculaba su decisión a la renuncia de cinco de sus compañeros de la Comisión Ejecutiva (Braulio Romero, Esther Rivero, Luc André Diouf, Jaime Moujir y Nieves Rocha), lo que, a su vez, ha derivado en la autodisolución de este órgano.

A continuación, agregó: “por otras vías explicaré, en los próximos, días mi versión de lo que ha sucedido para no hacer un uso indebido de esta página, cuando ahora sólo soy un simple afiliado”.

Poco después, en su perfil personal apuntó: “Siento un gran alivio por lo que esto supone para mi a nivel personal, pero una gran preocupación por el futuro de CCOO Canarias”.

No obstante, Arteaga especifica que lo que ha ocurrido no ha sido una dimisión, sino que, según lo establecido en los estatutos del sindicato, el cese de cinco miembros de mi ejecutiva que trae como consecuencia el que deje de ser secretario general“.

En cuanto a los motivos que ocasionado este sorpresivo desenlace, sentenció: “a los amigos que me están pidiendo explicaciones sólo les puedo decir ahora que, a mi juicio, se ha puesto en marcha un proceso de demolición del sindicato en las Islas auspiciado por la dirección de la Federación de Servicios y la propia dirección confederal que está detrás del intento de que la Ejecutiva de CCOO Canarias no recurra una resolución de la dirección confederal y un conflicto grave de competencias con la Federación de Servicios”.

La noticia cayó también de improviso en el seno de la organización sindical, tal y como demuestra la suspensión, escasas horas antes, de una convocatoria de prensa sobre las alternativas de CCOO a la reforma fiscal prevista para mañana, en la que el propio Arteaga iba a intervenir junto al secretario Confederal de Protección Social y Políticas Públicas de CCOO, Carlos Bravo, y el secretario general de la Sección Sindical de la AEAT de CCOO, Valentín Vaquero. El motivo aducido, en este caso fue “un problema de agenda de los participantes”, aunque ya la marcha de Arteaga era un hecho.

El malestar en el sindicato a raíz de las “luchas de poder” se había ido enconado en las últimas semanas. No en vano, Arteaga había dejado claro testimonio de esta situación en su blog en el que el pasado 9 de noviembre escribió: “Lo que parecía un conflicto entre partes enfrentadas en el proceso de fusión de las federaciones de hostelería (FECOHT) y banca (COMFIA) para dar paso a la nueva Federación de Servicios de CCOO Canarias, que podría resolverse apelando a lo que decidiera la mayoría de delegados asistentes al congreso de fusión, ha derivado en una caza de brujas capitaneada por el Atila de turno que ha excluido del sindicato, por medio de una suspensión cautelar sólo prevista para casos de extrema gravedad, a cinco de los principales dirigentes de la antigua Federación de Hostelería, entre los que se encuentra Manuel Fitas, su secretario general y Pedro Borges, miembro de la Comisión Ejecutiva de CCOO Canarias”.

A su modo de ver, “la suspensión de afiliación y la apertura de expedientes disciplinarios ha dado lugar a un conflicto de competencias entre la Federación Estatal de Servicios y la Confederación Sindical de CCOO Canarias que ha motivado que la Comisión Ejecutiva de esta última estructura aprobara una resolución en la que consideraba nulos los acuerdos de la federación y ponía sobre la mesa una propuesta para llegar a un consenso y evitar un conflicto que pudiera dar lugar a una pérdida importante de afiliación y de delegados de nuestro sindicato en Canarias, en unos momentos muy críticos respecto a la imagen y la reputación del sindicato”.

El entonces secretario general de CCOO Canarias, recalcó que “la resolución de la Ejecutiva de CCOO Canarias se adoptó con el apoyo de seis miembros de la misma entre los que se encontraba Pedro Borges, mientras que los cinco restantes no votaron y presentaron una impugnación del acuerdo a la Confederal”.

Al respecto, criticó que este órgano que hasta el momento “no se había querido mojar en el asunto y que se declaraba incompetente para resolver el conflicto entre dos estructuras del mismo nivel, pero, de repente, no tuviera ningún problema para declararse competente para interpretar los estatutos y anular el acuerdo, basándose en que Pedro Borges no forma parte ya de la Comisión Ejecutiva por haber sido suspendido previamente de afiliación por la Ejecutiva de la Federación de Servicios”.

Regeneración democrática

En este sentido, apostilló que “lo que está pasando en CCOO Canarias con la exclusión del sector mayoritario de hostelería y comercio, nada tiene que ver con lo que dicen algunos: regeneración democrática y respeto de las normas del sindicato. En cualquier caso, quienes abanderan esta operación, los máximos dirigentes de la Federación de Servicios, no son los más indicados para hablar de regeneración dada sus vinculaciones con todo lo que ha sucedido en Caja Madrid (hoy Bankia)”.

A esto añadió: “Cada vez estoy mas cercano a creer que lo que está en marcha es una operación bendecida por la dirección confederal para controlar una organización al margen de las mayorías iniciales existentes. Se trata de un problema de democracia interna vinculada a la idea de que unos pocos son los que deciden realmente todo lo relacionado con el ejercicio del poder en el sindicato”.

Tras estas vehementes declaraciones sentenció: “Lo malo es que la gente ya está cansada de estas prácticas y de los blindajes de las cúpulas para aferrarse al poder. El ordeno y mando tiene los días contados y si esto no lo entendemos en CCOO, el sindicato también puede tener los días contados”.

Solo dos días después de estas reveladoras palabras, Arteaga ha hecho efectiva su dimisión y deja un sindicato malavenido y tremendamente debilitado.

En declaraciones a Tenerife Ahora, Arteaga reconoció que adoptó su decisión tras los infructuosos intentos de “evitar expulsiones y expedientes disciplinarios de nuestra gente del sector de hosteleria y comercio y la dimisión de cinco de los integrantes de su ejecutiva.

Del mismo modo, insistió en señalar a la cúpula del sindicato nacional como promotor de esa caza de brujas que denunció en la federación regional. Sobre este asunto “hay que mirar para Madrid”, aseveró.

En cuanto a su hoja de ruta a partir de ahora, señaló que “durante unos días intentaré hacer algo para que se reconduzca la situación en el sindicato y a partir de enero volveré a trabajar como maestro”. Así que de momento, no se plantea enrolarse en otra organización sindical o política, simplemente se limitó a decir: “Ahora tendré más tiempo para dedicarme a vivir y a servir a los demás desde la docencia”.

En lo que respecta a la federación regional de CCOO que ha quedado descabezada, en breve se nombrará una dirección provisional a la espera de elegir en el futuro una nueva ejecutiva a través de un congreso extraordinario.

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