Filtros verdes: la solución para el saneamiento en los caseríos de Anaga

Terrazas de cultivo 'colgadas' de la montaña en Casas de la Cumbre, en el Parque Rural de Anaga

Rosa Cárdenes

Santa Cruz de Tenerife —

La solución para resolver el problema de saneamiento en los caseríos de montaña del Parque Rural de Anaga, donde existen aun pozos negros, pasa según el Cabildo de Tenerife por la instalación de los denominados filtros verdes, una tecnología que aprovecha la capacidad física, química y biológica del suelo y las plantas para depurar las aguas residuales.

El Parque Rural de Anaga ocupa gran parte del macizo montañoso situado en el extremo nordeste de la isla de Tenerife. Con una extensión de 14.419 hectáreas se ubica en parte de los municipios de Santa Cruz de Tenerife, La Laguna y Tegueste.

Dadas las características de este espacio de excepcionales valores naturales y lo “complicado” que resulta extender la red de saneamiento hasta caseríos como El Batán, Las Carboneras o Almáciga, entre otros, los filtros verdes son considerados como la mejor alternativa para los núcleos de población en las zonas más abruptas de Anaga, declarada Reserva de la Biosfera.

Así lo ha indicado el consejero de Medioambiente del Cabldo, José Antonio Valbuena, quien ha señalado que, si bien la recogida de aguas residuales es competencia municipal, “el Cabildo tiene un compromiso en resolver la problemática de los caseríos situados en parques rurales”.

“La competencia sigue siendo municipal pero el Cabildo tiene que colaborar”, subrayó Valbuena sobre los planes del Cabildo, administración responsable a su vez de la redacción del nuevo Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Rural de Anaga, una vez que el Macizo ostenta el título de Reserva de la Biosfera que otorga la Unesco.

Valbuena ha explicado que, con este sistema, utilizado en pequeños núcleos de población en entornos rurales para el tratamiento de las aguas negras que se generan en las viviendas, “las aguas residuales van pasando por unos tanques -con plantas acuáticas- que descomponen la materia orgánica y van tratándola de forma natural, de forma que el resultado es agua limpia que va a la naturaleza”.

“Se trata de un sistema de depuración no convencional, sostenible y ecologico”, que además ya funciona en el Parque Rural de Teno“, apostilló.

Con respecto a las acciones más inmediatas una vez que Anaga es Reserva de la Biosfera, el consejero señaló que “hay que diseñar un Plan Rector de Uso y Gestión que vaya de mano de los vecinos”. Es fundamental, dijo, que los habitantes de Anaga “vean que vivir en una Reserva de la Biosfera es una ventaja y no un inconveniente, y que esa ventaja vaya acompañada de un incremento de la actividad económica a través de nuevas acciones que permitan traer un nuevo turismo” a la zona.

Según Valbuena, desde el punto de vista social el objetivo es promover el desarrollo económico de Anaga, y en relación a las infraestructuras, “será necesario llevar a cabo una serie de mejoras en los accesos a caseríos, senderos, saneamiento y alumbrado público”.

“Todo ello va englobado en el nuevo Plan Rector de Uso y Gestión, que en realidad es una modificación del anterior, pero hay que ir a una actitud donde la administración confía más en el vecino, porque no es tanto decirle lo que no puede hacer sino lo que puede hacer”, apuntó Valbuena.

De lo que se trata, subraya el consejero, es ponérselo más fácil al vecino, “para que a la hora de arreglar un muro o una huerta, que la autorización sea inmediata y no una traba”. Que el vecino de Anaga, y también el de Teno, por extensión, “entienda que vivir en un parque rural es algo de lo que debe estar orgulloso”, apuntó.

Como conclusión, las administraciones deberán acometer algunas mejoras de conservación en este impresionante espacio natural si quieren mantener el título que le ha otorgado la Unesco.

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