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CRÍTICA DE CINE

Correcta comedia otoñal

Fotograma del filme 'Una cita en el parque'

Almudena Díaz Cañas

Santa Cruz de Tenerife —

- Película: Una cita en el parque (Hampstead)2017

- Director: Joel Hopkins

- Reparto: Diane Keaton, Brendan Gleeson, Lesley Manville, James Norton, Jason Watkins, Simon Callow, Alistair Petrie

Hay películas para pasar el rato, para estar tranquilo en el cine y no esperar grandes dramas, ni grandes historias, sino, simplemente, que te cuenten algo agradable durante dos horas. Una cita en el parque es una de estas pelis. No te aporta nada nuevo, es previsible, la historia suena más a cuentito de hadas que a algo que pueda suceder de verdad, pero, aun así, la ves y sales a gusto del cine tras su proyección.

Y cómo se consigue esto, pues, en primer lugar y sobre todo lo demás, por los actores principales de ese filme: Diane Keaton (Manhattan, No es tan fácil) y Brendan Gleeson (Calvary, El irlandés), que hacen que todo lo que ocurre en ella te lo puedas llegar a creer.

Son dos personajes hechos a medida para esos artistas. Keaton interpreta a una americana afincada en Londres que se ha quedado viuda y que se ha dado cuenta de que su vida siempre ha sido dependiente de su marido, mientras que Gleeson es un hosco irlandés que se ha autoconstruido su casa en pleno parque de Hampstead, ganándose la animadversión de todo el barrio residencial y pijo.

Con su presencia ya te vas a creer todo lo que cuenten y lo que sientan, pero no todo lo que les pase. Ahí está el problema. La dirección de Joel Hopkins sobre sus protagonistas es impecable, no hay que olvidar que Hopkins ha contado para sus papeles protagonistas en sus últimos largometrajes con actores veteranos de la talla Dustin Hoffman y Emma Thompson (Nunca es tarde para enamorarse), y repitió con Thompson esta vez, acompañada de Pierce Brosnan (Un golpe brillante). Pero el guión chirría y la historia también.

Al final se termina convirtiendo más en un cuentito idílico que en una historia real de dos personas reales que viven en un mundo real. Y repito conscientemente este término porque a lo largo del metraje se tratan temas que nos afectan a todos en distintos momentos de la vida, como el arrepentimiento, la soledad, la falsa amistad…, pero están tratados de puntillas, dejando paso a una situación extraña en la que se ve envuelto el personaje de Gleeson por culpa de su casa y en la que ella intenta ayudar.

Sinceramente, si la ven en casa, cuando la pongan en la televisión, tampoco pasa nada.

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