El animal que come 35.000 insectos al día

Dos de los osos bandera que se pueden ver en Puerto de la Cruz

D. M.

Santa Cruz de Tenerife —

El oso hormiguero es un animal emblemático, principalmente por el aspecto tan curioso que tiene. Cuando uno se acerca a él por primera vez, sorprende, y mucho, sobre todo porque no se sabe dónde tiene la cabeza ni la cola. Es esto lo que suele ocurrir con muchos de los visitantes que acuden día tras día a Loro Parque, donde tienen la posibilidad de conocer a Hombrecito, Sueanne y Cuñatai, que así se llaman los ejemplares que viven en ese recinto de ocio de Puerto de la Cruz, en Tenerife.

Este animal, como explica el biólogo de Loro Parque Fundación Rafael Zamora Padrón, tiene una cabeza muy estrecha y posee una lengua larguísima. Los ojos, en cambio, son pequeños. Toda esta configuración corporal sin duda contribuye a afirmar que su diseño fenotípico es realmente especial. Otra de sus características relevantes consiste en que posee un dibujo con líneas blancas y negras en la piel, diseñado para que su cría, en el momento de subirse al lomo de la madre, quede bien encajada, completamente camuflada, de manera que no se pueda distinguir dónde se halla y así se protege mejor de las amenazas existentes en la vida salvaje.

El oso hormiguero, oso bandera u hormiguero gigante, que de todas estas maneras se conoce, pliega su cola y la utiliza como una sombrilla para esconder a la cría, o bien para protegerse del sol. Tiene unas garras muy poderosas, con las que rompe los termiteros, y su cuerpo es robusto. Puede medir de 1,20 a 1,30 metros de largo, con cola de 75 a 85 centímetros. El peso puede llegar a los 40 kilogramos. La coloración del pelaje varía en una gama de tonos grises, mientras que el cuello y el lomo es posible que midan de 20 a 22 centímetros.

Nadadores que cruzan anchos ríos

Las articulaciones del oso hormiguero están al revés. Se trata de un orden especial de mamíferos muy similar al de los perezosos; por ello caminan como sobre los nudillos, para no estropear sus garras. Son buenos nadadores y pueden cruzar anchos ríos.

Generalmente, el también llamado oso bandera se desenvuelve con sus semejantes solo en época reproductiva o cuando hay crías. Éstas se comunican con la madre por medio de silbidos agudos. Su rareza anatómica dice mucho de su adaptación evolutiva, pues son auténticos especialistas en transformaciones extraordinarias dentro del mundo animal y, por esto mismo, muy dignos de ver en primera persona. La hembra tiene una sola cría por parto, y nace en primavera o verano, después de 190 días de gestación. A la semana de vida ya abre los ojos.

Sin dientes pero con una lengua eficaz

El oso hormiguero no tiene dientes, pero su larga lengua es lo bastante eficaz para atrapar las 35.000 hormigas y termitas que engulle cada día. Se alimenta de insectos, y todo lo tritura con un sistema maxilar situado en la parte trasera de la boca, donde digiere las hormigas y las termitas. Su sistema es muy curioso porque rompen el termitero, pero nunca totalmente, para así dejar en el futuro que las termitas puedan reconstruirlo. Se puede decir que hacen un uso sostenible de sus recursos alimentarios.

En Loro Parque, al oso hormiguero se le da un alimento especial, con una dieta enriquecida y similar a la que tendría en su hábitat natural. Se le oculta la comida en termiteros a modo de enriquecimiento, y ellos meten la lengua para obtener esos alimentos.

Capaz de enfrentarse a un jaguar

En la naturaleza, el oso hormiguero planta cara al jaguar, aunque suele estar en zonas abiertas, lo que al felino no le gusta. Esos animales tan peculiares se pueden encontrar en zonas pantanosas de Bolivia, Venezuela o Brasil. Sus garras son tan fuertes que se han encontrado jaguares enlazados con osos hormigueros y ambos animales muertos.

El oso hormiguero se levanta en dos patas para atacar o advertir, como una postura de karate. Si un jaguar ataca, lo primero que hace es abrazarse y clavar sus garras, ya que posee tres poderosas uñas en cada pata.

Los osos hormigueros, coatís y capibaras se encuentran en Loro Parque en un recinto sin precedentes, en una gran instalación especialmente creada y diseñada con diferentes niveles y perspectivas para que todos los visitantes puedan conocer y descubrir a esos curiosos animales desde distintos ángulos.

Ese espacio acotado cuenta con una visión subacuática de un lago, donde no es raro ver a los capibaras caminando bajo el agua.

Etiquetas
stats