La imponente escultura de Henry Moore en la Rambla santacrucera vuelve a sufrir el acto vandálico de un grafitero
La imponente, única y prestigiosa escultura del inglés Henry Moore situada en la Rambla de Santa Cruz de Tenerife ha vuelto a ser atacada por un vándalo o desaprensivo. Esta vez, como también ocurriera hace unos cinco años (por cuyo atentado artístico tuvo que ser restaurada), se trata de un grafiti o pintada, pero más pequeño, lo que no quita para que los hechos sean considerados como un inconcebible e inadmisible atentado contra el patrimonio artístico de la capital tinerfeña.
La pintada, que no es de grandes dimensiones, aunque sí muy impactante, la ha realizado un grafitero, que, como es habitual, deja su firma. Está localizada en la parte del escudo de la figura El guerrero de Goslar, obra del ya citado y conocido escultor británico. Ese grafiti está presente en la pieza al menos desde el domingo pasado, según comentaron a este diario digital algunos residentes que suelen pasear por la zona.
El guerrero de Goslar es una de las obras más valoradas de todos los trabajos que embellecieron y aún embellecen el paseo de la Rambla de Santa Cruz de Tenerife tras la celebración de la I Exposición Internacional de Escultura en la Calle, una cita con el arte que organizó la Demarcación de Tenerife, La Gomera y El Hierro del Colegio Oficial de Arquitectos de Canarias y que se inauguró en diciembre de 1973.
En esa muestra participaron cuarenta y tres escultores de la talla de Joan Miró, Marino Marini, Henry Moore, Ossip Zadkine, Pablo Gargallo, Julio González, Óscar Domínguez, Alexander Calder, Alicia Penalba, Martín Chirino y Josep Maria Subirachs, entre otros. Todos ellos tuvieron alguna pieza en la exposición, y de estas treinta han permanecido en la ciudad hasta ahora.
Hoy en día, las esculturas, de gran valor artístico e histórico, se encuentran distribuidas, principalmente, en el parque García Sanabria y la Rambla de Santa Cruz. Otras se pueden divisar en zonas como el parque de Las Indias, la avenida de Anaga o la avenida 25 de Julio.
La escultura de Miró que antes estaba en el parque Viera y Clavijo también tuvo que se restaurada tras se destrozada por vándalos. Ahora, por cuestiones de seguridad, se halla en la avenida de la Asunción.
