“En ciencia hay gente que suspendería en igualdad de género, tanto hombres como mujeres”

Pilar Montañés, en un retrato reciente

Dácil Jiménez

Santa Cruz de Tenerife —

Pilar Montañés se dedica de forma principal a la ciencia. Tinerfeña, astrofísica y mujer, trabaja como investigadora en el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y también ha desarrollado de forma reciente el proyecto No-Nancies, una iniciativa que funde arte y compromiso femenino, con el objeto, explica, “de transmitir lo que le rodea como mujer científica, utilizando la fotografía como medio de expresión”. Montañés tiene muy claro que aún queda muchísimo por hacer en materia de igualdad de género.

¿Puede explicar qué quiere transmitir con las imágenes que forman No-Nancies?No-Nancies

Quiero transmitir un aspecto de lo que me rodea como mujer científica y utilizar la fotografía como medio de expresión. En este caso, esos han sido mis objetivos.

¿Cómo surge la idea de ese proyecto?

Surgió en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna (ULL), donde en la actualidad curso estudios. Quise trabajar en un asunto con el que me sentía profundamente motivada y tratarlo mediante el enfoque adecuado. Una de las líneas que más me fascina es el documentalismo en fotografía, probablemente por la cercanía al proceso científico, y es el que decidí utilizar. Mi objetivo fue no dejar indiferente a la persona que observa, desencadenar un sentimiento o una reflexión, encender una chispa. Decidí utilizar la imagen fotográfica de modo positivo, contribuyendo al imaginario colectivo asociado a las mujeres científicas y a las niñas o jóvenes con inclinación científica. Me preocupa cómo influye la imagen en la infancia, cómo llega a condicionar esta etapa.

¿Cuál fue la acogida del público en la exposición realizada en La Laguna?

Por ahora, solo se ha expuesto durante el 11 de febrero pasado, pero coincidió con una alerta por lluvias. Así y todo hubo bastante asistencia. Principalmente fueron familias con niñas interesadas en la ciencia o con jóvenes en edad de decidir asignaturas optativas y salidas profesionales. En general, fue acogida con mucha curiosidad, con entusiasmo, y creo que también fue muy gratificante para las científicas que participaron. Hubo muchas preguntas acerca de las salidas profesionales en diferentes carreras, sobre su grado de dificultad y, por supuesto, preguntas sobre asuntos concretos de la astrofísica.

Usted es una mujer científica, ¿qué la motivó a serlo?

Supongo que, en mi caso, fue el mero interés por la física, mi admiración por el cielo, que siempre me ha fascinado, y el hecho de sentirme con energía para dar el paso. A esto contribuyeron mis profesores en el colegio; una visita estupenda al Observatorio del Teide, cuando tenía 11 años (aún la recuerdo); leer la biografía de Marie Curie sobre los 15; contemplar el cielo desde el sur de la isla por la noche y los fines de semana, cuando era niña (¡hace 20 años era espectacular!), y estar dispuesta a hacer mi propio camino, porque el camino para llegar a lo que nos motiva de verdad no suele estar hecho...

¿Quiénes han sido sus referentes, ídolos, heroínas... en la ciencia?

Ha habido muchas. Las más importantes fueron las más cercanas: mis profesoras, Teresa, por ejemplo, y otras durante la carrera de Física en la ULL. Las mujeres Curie, con Marie, Irène y Hélène Langevin-Joliot (esta última, nieta de Marie, ha dirigido la investigación científica en Alemania en los últimos años, por ejemplo), también fueron referentes importantes. El resto de las físicas relevantes que he ido descubriendo después de dedicarme a la investigación, como, por ejemplo, las conocidas como mujeres calculadoras de Harvard entre 1850-1920 (se les suele dar otro nombre que personalmente considero degradante). El trabajo que hicieron en su época, sin casi reconocimiento, fue heroico, desde mi punto de vista.

¿Ha encontrado obstáculos en su carrera por el hecho de ser mujer? ¿Cuáles?

Bastantes. Más de los que eran necesarios. Ya la física (y la investigación en astrofísica) es suficientemente compleja en sí misma y hermosa dentro de esa complejidad. He encontrado desde el profesor en la carrera que se dirigía principalmente a los hombres, porque consideraba que eran ellos quienes podían entenderlo, propinando una buena dosis de falta de autoconfianza a las mujeres, hasta las escasas medidas adecuadas de conciliación de la vida personal, familiar y laboral en diversos centros en los que he trabajado hasta el momento. Y todo esto pasando por el hecho de terminar acostumbrándome a que a veces no se dirijan a mí cuando corresponde: hay quien considera que por ser mujer debo de tener otro cargo, no el de investigadora, o bien, simplemente, no cuento para nada importante...

¿Qué imagen cree que tiene la gente en su mente sobre cómo es una mujer científica? Estereotipos...

Pues supongo que, cuando nos ven desde lejos, piensan que somos raras, hasta que nos conocen, claro está. Piensan así, lógicamente, porque no existe una imagen clara de la mujer científica. En realidad, somos madres de colegio, pacientes en la consulta de la Seguridad Social, compramos en el súper, vamos a la pelu, a tomar una cerveza y a veces (cuando nos da tiempo) al gimnasio. Hasta contamos chistes... Somos mujeres normales, resueltas; eso sí, porque nos enfrentamos a problemas por resolver con frecuencia.

Respecto a otros países, ¿cómo considera que es la situación de las mujeres científicas en España?

He trabajado en dos centros de Estados Unidos y en un centro de Reino Unido, aparte de en el Instituto de Astrofísica de Canarias. Mi percepción es que la situación en España no es muy diferente de la de esos países. Hay escasez de mujeres, pocas medidas que favorezcan la maternidad (con todas sus implicaciones) y, en general, un reconocimiento inferior a la voz de las mujeres frente a la de los hombres. Sí parece existir una correlación entre la excelencia investigadora de un centro y la importancia que este centro da a las políticas de igualdad de género. Sí hay una constante: que en carreras de física e ingeniería se matriculan pocas mujeres, aunque en las aulas de los colegios destaquen por sus buenas notas en esas asignaturas.

Desde una perspectiva histórica, ¿cómo valora las aportaciones hechas por mujeres a la ciencia?

Es una buena pregunta. Es complicado valorarlo si tenemos en cuenta que para dar relevancia a un trabajo, históricamente, había que registrarlo como hecho por un hombre. Yo diría que es imposible hacerlo de manera objetiva.

¿Cree que actualmente se reconoce el papel de la mujer en la ciencia? ¿Qué puede hacerse para mejorar este reconocimiento?

Sí, aunque todavía no de forma ecuánime. La situación no es hoy, ni mucho menos, la de hace unos decenios. Sin embargo, sigue habiendo alguien que suspendería la asignatura de igualdad de género en ciencia si esta existiera; tanto hombres como mujeres. Por eso, lo que me preocupa ahora mismo, a mí personalmente, es la imagen que la mujer tiene -en todas sus edades- sobre sí misma. Eso está limitando [el desarrollo] de la sociedad, no solo a las mujeres, y por ello es una cuestión que nos afecta a todas y a todos. Es ahí donde creo que más tenemos que contribuir; para empezar, haciendo una reflexión: ¿queremos esta situación para nuestras hijas o se merecen el mismo reconocimiento que nuestros hijos? A partir de ahí, tendríamos que reconsiderar de forma más seria las medidas que se están proponiendo desde los diversos grupos de trabajo para la igualdad de género, en muchos ámbitos (no solo en ciencia), pues se están infravalorando.

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