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El vertido de fuel de Tenerife sigue activo aunque canalizado a depósitos y sin llegar al mar

Lugar afectado por el vertido este martes, en la ladera costera junto al solar que ocupa la lavandería en el polígono industrial

Vicente Pérez

Santa Cruz de Tenerife —

El vertido accidental de fuel-oil, localizado en la costa de Candelaria, dentro del polígono industrial del Valle de Güímar y que el pasado fin de semana obligó al cierre preventivo de cuatro playas, continúa activo este martes, cuatro días después de detectarse la fuga.

No obstante, el combustible (se calcula que el vertido es de 30.000 litros) que cae por una ladera próxima al mar desde una nave industrial (de Ropa Rent, SL) se encuentra canalizado mediante unas tuberías hacia grandes depósitos de plástico, donde se va almacenando para su posterior retirada.

Como medida de seguridad, el Ayuntamiento de Canadelaria ha precintado el acceso al sendero que transcurre por este tramo de costa de Candelaria, al que se entra desde el polígono industrial del Valle de Güímar, junto a la nave desde la que se origino el vertido, perteneciente a la lavandería Ropa Rent, SL.

Al llegar al lugar se puede percibir un fuerte olor a combustible, y cómo este sigue fluyendo lentamente tras aflorar por un terraplén junto a la citada lavandería, formando dos corrientes de espeso líquido negro, que han sido entubadas hacia varios recipientes de gran tamaño. Más abajo, en un pequeño rellano, se ha realizado una especie de represa, con una capa impermeable, para evitar que el fuel pueda llegar de nuevo al mar.

En el suelo de un barranquillo por el que el fuel-oil alcanzó el océano, se ha colocado arena, tras la limpieza del suelo, un material que ha sido depositado en bolsas de plástico para su retirada.

Este martes, en la costa afectada, no había signos de contaminación marina visible por ese vertido.

El sábado, al detectarse este derrame, el Ayuntamiento de Candelaria cerró al baño las playas de La Viuda y Samarines por prevención (también se prohibió el baño en una zona de Güímar y otra de Arafo), que fueron reabiertas el domingo, después de que la Viceconsejería de Seguridad y Medio Ambiente del Gobierno canario, tras la inspección del helicóptero y de Salvamar, no encontrara afección al mar por ese incidente.

Para coordinar el operativo de limpieza, la alcaldesa de Candelaria, María Concepción Brito, y el concejal de Medio Ambiente, Fernando Alduán, mantuvieron una reunión con la consejera de Política Territorial, Sostenibilidad y Seguridad, Nieves Lady Barreto; la viceconsejera de Medio Ambiente, Blanca Pérez, técnicos de la consejería y el responsable de la empresa.

Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil investigan este derrame y la Agencia de Protección del Medio Urbano y Natural (Apmun) ha abierto un expediente a la empresa.

El artículo 388 de la Ley del Suelo canaria estipula que los vertidos no autorizados en suelo rústico constituyen una infracción grave, sancionable con multas que oscilan entre 600 y 60.000 euros. Esta cantidad se eleva a entre 6.000 y 300.000 si se alterasen las condiciones naturales de un espacio natural protegido o de su zona periférica de protección, o si le ocasionara daños, en cuyo caso se trataría de infracción muy grave.

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