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Artur Mas, expresidente de la Generalitat

Camy Domínguez

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Menos de lo que esperábamos pues esta semana asistíamos por fin en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña al juicio por la consulta electoral celebrada en la comunidad catalana el pasado 9 de enero de 2016. Me asombra tanta velocidad de crucero para juzgar a unos políticos rebeldes, con las abultadas listas de espera de políticos ladrones, corruptos y no tan corruptos aún con juicios pendientes.

Digo yo si esto no se debe a la índole del caso y si no habrá detrás algún manipulador de marionetas vinculado al Gobierno central moviendo los hilos para que este proceso concreto se acelere y no le explote en las narices a Don Rajoy and Company, estando más cerca las elecciones generales, que han de convocarse más pronto que tarde…

Durante el juicio, Mas y sus incondicionales quisieron engañarnos haciéndonos creer que las órdenes del Constitucional salieron después de que ellos ya tenían todo decidido. O sea, que todos los que juegan en el tablero alrededor de Mas deben creerse que los jueces, los catalanes y los españoles en general nos chupamos el dedo (cada uno el suyo, obviamente).

Mucho no sé yo de informática, pero, cuando uno busca algún enlace útil y la página ha desaparecido o se halla roto el link, nos da mucha rabia. En este caso, nadie hizo desaparecer la web participa2014.cat -que ahí sigue activa-, a pesar de la orden del Constitucional en aquel momento. Era una web útil, de vital importancia para la investigación. ¡Qué informático más torpe! Podía haber roto el vínculo de dicha web y, sin embargo, la manipuló quitando y poniendo contenidos a conveniencia. ¡Qué buen vasallo el informático ese, si tuviese buen señor!

¡Y qué casualidad! Ya todo estaba contratado, pagado y facturadito como manda la ley antes de que el Tribunal Constitucional (TC) sacara su orden del 4 de noviembre de 2015 de suspensión de la consulta electoral. Nadie hizo nada y nadie vio nada. Todos se limitaron a cumplir con lo contratado y todos salieron repeinados en la foto. ¡Todo estaba atado y bien atado! O eso parece.

Por eso el señor Artur Mas y sus adláteres dicen no haber desobedecido las órdenes del TC, ni haber prevaricado ni nada de eso. Ellos no sabían que estaban preguntando por una cuestión que deben decidir todos los españoles -a mí también, y a usted que me lee-, y no solo los ciudadanos catalanes, que, por supuesto, tampoco sabían nada, porque en pleno siglo XXI el analfabetismo es lo más notable en nuestro país, especialmente en la comunidad catalana.

Pero, como todos sabemos que el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento, por eso planteo yo desde el fondo remoto de mis osadas ignorancias: si el señor Mas, que ha pasado por diversos estamentos y administraciones políticas desde que Franco era corneta y que debería conocer de leyes lo indecible, es analfabeto y no cumple órdenes del TC, a los catalanes ¿no se les debería juzgar también, por esa misma regla de tres, al restar a los sufragistas del resto de España un derecho que nos corresponde, como es el qué hacer con nuestro territorio?

Los catalanes, que no son analfabetos para nada, sabían perfectamente lo que estaban haciendo, sabían que existía esa orden y se atrevieron a incumplirla y a seguir el juego de Mas. ¿Se les va a eximir del cumplimiento de la ley por desconocerla o por qué motivos? Aquí o jugamos todos o rompemos la baraja. Y que yo sepa, los corderos deberían ir en silencio a donde vaya su pastor.

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