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Situación del tomate de exportación y medidas a adoptar (I)

Cultivo de tomate canario en invernadero, en Gran Canaria

Fermín Delgado García

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La producción de tomate en Canarias destinado a la exportación hacia los mercados europeos es una actividad que cumple ya 132 años de historia. Desgraciadamente, desde la campaña 1995/1996, en la que se alcanza el máximo volumen de las exportaciones, los envíos no han dejado de disminuir. En los 10 últimos años este fenómeno se ha agravado pasando de exportar a los países europeos 187.00 toneladas en la campaña 2005/2006 a menos de 65.000 toneladas en el último ejercicio de 2015/2016. En términos de facturación, la reducción ha pasado de los 236,4 millones del año 1995 a 155,6 en 2005, para situarse alrededor de 45 millones en la última campaña 2015/2016.

La evolución reciente de la superficie de cultivo también es un indicador inequívoco de esa tendencia recesiva. Las 4.500 hectáreas de mediados de la década de 1990 se han reducido paulatinamente, y si en 2010 todavía se cultivaban 1.380, en la última campaña estamos por debajo de las 700. Exactamente en 641,3 hectáreas, según el reciente Informe sobre costes de producción y de impacto socioeconómico del sector del tomate de exportación, encargado por la Consejería de Agricultura a un grupo de profesores de la Universidad de La Laguna.

En cualquier caso, el tomate continúa contribuyendo de manera significativa a la producción final agrícola (que podemos estimar en unos 45 millones de euros, el 7% en el año 2016). Sigue siendo una actividad de gran importancia social, sobre todo en aquellos municipios en los que tiene mayor presencia, situados en el sur y oeste de Gran Canaria (La Aldea, San Bartolomé de Tirajana, Agüimes, Santa Lucía, etc), en el sur y norte de Tenerife (Granadilla, Buenavista) y, en menor medida, en Fuerteventura (Tuineje). Según el citado informe, genera en la actualidad alrededor de 3.000 puestos de trabajo directos, al tratarse de un cultivo más intensivo en mano de obra que otros como el plátano, además de ser el principal producto agrícola que se exporta a mercados internacionales.

Esta continua reducción de las exportaciones del tomate refleja una pérdida de competitividad a la que han contribuido factores exógenos, como las virulentas plagas que han sufrido los cultivos en años pasados y la consiguiente reducción de rendimientos derivada de la sustitución de variedades ya adaptadas por otras nuevas. Pero la explicación más profunda debe buscarse en circunstancias de mercado.

El incremento de la oferta extracomunitaria procedente de Marruecos, de la producción norte-europea en el periodo de exportación canaria y, sobre todo, de una exportación peninsular que abarca ya todos los meses del año provocan la saturación del mercado.

Este crecimiento de la oferta en los mercados empuja a las cotizaciones del tomate a descender con frecuencia por debajo de los límites de rentabilidad que determinan unos costes en origen crecientes y unos elevados fletes en el transporte marítimo exigido por la lejanía y la condición insular de Canarias.

Esta grave situación hizo que en septiembre de 2008 se aprobara por unanimidad del Parlamento canario el Plan estratégico del tomate de exportación (BOC nº 163, de 17 de septiembre de 2008), que contenía un excelente diagnóstico del sector y proponía un conjunto de medidas de apoyo a la producción y a la comercialización. En aplicación de ese acuerdo, se elaboró el Plan de reestructuración del tomate de exportación 2009-2013, que las empresas han aplicado, unas con más eficacia que otras. No obstante, las medidas de ayudas comprometidas por parte de las administraciones y contenidas en el citado Plan Estratégico no se han cumplido como hubiera sido deseable.

Las importaciones del tomate procedente de Marruecos incumplen sistemáticamente los cupos acordados en el acuerdo UE-Marruecos. Las ayudas al transporte del tomate al amparo del Real Decreto 170/2009, modificado por el Real Decreto 349/2011, de compensación al transporte de mercancías con origen y destino en las Islas Canarias, se han reducido por motivo de la crisis presupuestaria del Estado, de forma que si en el año 2011 debían cubrir el 65% del coste del transporte la cantidad abonada fue solo del 26,89%. En la actualidad, esta ayuda debería llegar hasta el 70% y, en la última campaña, la de 2015/2016, solo cubrió el 52,26%. La cantidad asignada al transporte de mercancías agrícolas en el proyecto de Ley de Presupuestos del Estado para 2017 es de 17 millones de euros, exactamente igual que en el año 2016, lo que no nos permitía ser optimista sobre incrementar la ayuda hasta el 70% [esa cantidad se mejoró en la negociación de las cuentas y se podrá llegar al 100%, tras el cambio normativo].

La nueva ayuda que se estableció en la medida 1.5 Ayuda a los productores de tomate de exportación, del Programa Comunitario de Apoyo a las Producciones Agrarias de Canarias (Posei), modificado mediante Decisión de la Comisión de 20 de mayo de 2009 y modificaciones posteriores, no se abonó en el año 2011, tal como se comprometieron los gobiernos de España y de Canarias.

Por último, las ayudas a la modernización para subvencionar inversiones de las empresas del sector, financiadas por el Programa de Desarrollo Rural de Canarias 2007-2013, fueron inferiores de las solicitudes presentadas, a pesar de la importante financiación del Feader que contiene este programa, porque la cofinanciación canaria estuvo por debajo de lo necesario para alcanzar el máximo de ayuda.

Por si fuera poco, a partir del año 2010 los productores de tomates se vieron obligados a devolver en torno a 22 millones de euros de las ayudas recibidas por una denuncia del Ministerio de Hacienda por supuesta irregularidad en los conceptos subvencionables en la ayuda al coste del transporte. En marzo de 2016, el Tribunal Supremo anuló la sentencia y obligó al Ministerio a devolver 12 millones al sector de la provincia de Las Palmas, con los respectivos intereses de mora, pero el daño ya estaba hecho. En el caso de Santa Cruz de Tenerife, aún no hay sentencia aunque suponemos que el TS resolverá, por jurisprudencia, también de forma favorable a los productores y la consiguiente devolución [así ha ocurrido].

Todas estas razones llevaron a que el pleno del Parlamento canario celebrado en junio de 2013, a instancia de los diputados de Nueva Canarias, aprobara por unanimidad una proposición no de ley con una serie de acuerdos para revertir esta situación (Boletín Oficial del Parlamento nº 186, 9 de julio de 2013).

En esta resolución parlamentaria se exigía el cumplimiento de los cupos de importación de tomate marroquí al mercado comunitario, establecidos en el acuerdo UE-Marruecos, continuamente superados, así como establecer las medidas compensatorias por las repercusiones negativas que dicho acuerdo produce a los productores de tomates canarios.

También se instaba al Gobierno de España a realizar las modificaciones presupuestarias necesarias hasta alcanzar el 70% en la compensación al transporte de mercancías con destino a la Unión Europea en cumplimiento del Real Decreto 170/2009.

Asimismo se reclamaba al Gobierno de España y al Gobierno de Canarias a cumplir los compromisos financieros establecidos en la medida 1.5 Ayuda a los productores de tomate de exportación, del Programa Comunitario de Apoyo a las Producciones Agrarias de Canarias (Posei), en cumplimiento del Plan estratégico del tomate de exportación aprobado por unanimidad por el Parlamento canario en septiembre de 2008.

Por último, se solicitaba al Gobierno de Canarias a garantizar la máxima cofinanciación canaria de las acciones del Programa de Desarrollo Rural de Canarias 2007-2013, de forma que se pudiera alcanzar la máxima contribución del Feader y de la Administración General del Estado a este programa, posibilitando que se pueda incrementar la ficha financiera de las convocatorias anuales del Gobierno canario de ayudas a la modernización del sector del tomate.

Sin embargo, la implementación de esos acuerdos fue completamente insuficiente y, en algunos casos, inexistente, lo que hizo que la situación del tomate siguiera empeorando en los años posteriores. Es imprescindible, por tanto, adoptar medidas extraordinarias desde las administraciones públicas que impidan la agonía del tomate de exportación.

No obstante, a finales de mayo, cuando tenía que entregar este artículo, se han producido importantes y positivas novedades para el sector derivados del acuerdo suscrito entre Nueva Canarias y el Gobierno de España para aprobar los Presupuestos Generales del Estado para 2017.

Ese acuerdo, en cuyas negociaciones participé activamente, establece elevar al 100% la ayuda al transporte de tomate a sus mercados internacionales, con la correspondiente ampliación de la partida presupuestaria para este año 2017. También se ha logrado que la Administración General del Estado abone el 100% del Posei adicional, autorizado como “ayudas de Estado” por la Comisión Europea (CE), siendo el sector del tomate uno de sus principales beneficiarios.

Por último, el Gobierno de España se compromete a apoyar la petición, que contiene el nuevo Plan Estratégico del Tomate, de solicitar a la Comisión Europea el incremento de la ayuda a la producción a 15.000 euros por hectárea cultivada. Recordemos que esta ayuda estaba establecida en 7.700 euros por hectárea, y hasta que se aprobara el nuevo Plan Estratégico se logró que solo para los años 2016 y 2017 ascendiera a 11.000 euros por hectárea.

Pero de todo esto hablaremos en un próximo artículo.

*Economista

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