La acusada de tirar el cadáver de su bebé dice que no lo mató

EFE

Santa Cruz de Tenerife —

La acusada de acabar con la vida de su hijo recién nacido y tirar su cadáver en un contenedor en agosto de 2013 en Tenerife ha declarado que desconocía que estaba embarazada y ha asegurado que ella no le provocó la muerte al bebé.

El juicio es ante un Tribunal Jurado en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, en el que la fiscalía pide una pena de prisión de veinte años de prisión para la mujer de 42 años por un delito de asesinato, mientras que la defensa solicita diez años de cárcel por un homicidio involuntario.

La madre del bebé, que según han argumentado los letrados tiene una capacidad intelectual leve, ha asegurado que nunca quiso matar al niño, que, ha agregó, nació con vida y, de golpe, dejó de respirar.

La acusada ha afirmado que hasta que rompió aguas en el domicilio en el que trabajaba asistiendo a una señora mayor no supo que estaba embarazada y ha contado que dio a luz sentada en el retrete.

La madre, que está en prisión desde que encontraron el cadáver del niño en el complejo medioambiental de Arico, ha relatado que su hijo nació de cabeza y cayó en el inodoro.

Según ha declarado, el niño estaba llorando, lo recogió del retrete, se le resbaló porque tenía las manos mojadas y se volvió a caer en el inodoro, aunque ha afirmado que el recién nacido no se dio ningún golpe.

La mujer ha recalcado que no hizo nada para matar al niño, como obstruirle las vías respiratorias, que es la tesis que defiende la fiscalía.

La acusada ha manifestado que el niño dejó de respirar y que ella comprobó que estaba sin vida, por lo que tomó la decisión de meterlo en dos bolsas de plástico y tirarlo en un contenedor, pues tenía miedo de contarle a su madre lo ocurrido.

La mujer ha explicado que en varias ocasiones acudió al médico porque no tenía el periodo, algo que, según ha dicho, los doctores relacionaron con problemas de estrés.

La madre del fallecido ha comentado que le mandaron unas analíticas, en las que quedó de manifiesto que tenía bajo el hierro, aunque en ningún momento le diagnosticaron un embarazo.

El abogado de la acusada ha dicho, en su alegato de conclusiones provisionales, que se trata de un homicidio involuntario por imprudencia, al tiempo que ha manifestado que la mujer dio a luz “de una manera totalmente espontánea”.

La defensa argumenta que la madre dio a luz en el inodoro y, cuando el bebé cayó en la taza, sufrió un traumatismo que, ha añadido, fue la causa que provocó que muriese.

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