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The Guardian en español

Checoslovaquia espió durante años a Donald Trump en los 80 a través de su primera esposa

Luke Harding

Praga —

Los servicios de inteligencia de la Praga comunista intensificaron su campaña de espionaje contra Donald Trump a finales de los 80 con el objetivo de obtener información sobre “los escalones superiores del Gobierno de EEUU”, según muestran documentos históricos y según han revelado antiguos espías de la Guerra Fría.

La agencia Státní Bezpecnost (StB) de Checoslovaquia llevó a cabo una misión de espionaje a largo plazo sobre Trump tras su primer matrimonio en 1977 con Ivana Zelnícková. La operación se dirigía desde Zlín, una ciudad de provincia situada al suroeste de Checoslovaquia donde nació y creció Zelnícková.

El padre de Zelnícková, Milos Zelnícek, daba información regular a la oficina local de la StB sobre las visitas de su hija desde Estados Unidos y de la carrera en Nueva York de su famoso yerno. Zelnícek fue clasificado como un informante “conspirativo”. Su relación con el StB duró hasta el final del régimen comunista.

Nuevos archivos obtenidos por The Guardian y la revista checa Rrespekt muestran el creciente interés de la StB por Trump tras las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 1988, en las que salió victorioso George HW Bush. El primer directorio de la StB responsable del espionaje extranjero buscó “profundizar” sus actividades relacionadas con Donald Trump.

Vlastimil Danek, un antiguo miembro de la agencia, confirma la operación Trump. “Por supuesto que Trump era una persona de mucho interés para nosotros. Era un empresario y tenía muchos contactos, incluso en la política estadounidense”, señala. Es la primera vez que aborda el asunto públicamente. “Nos centrábamos en él, sabíamos que era influyente. Teníamos información de que quería ser presidente en el futuro”, añade.

Danek señala que sus colegas de alto rango en la sede de la StB en Praga también estaban centrados en Trump. “No éramos los únicos que le prestábamos atención. El primer departamento de la StB estaba interesado en él. No sé si el primer directorio compartía la información de Trump con la KGB. No puedo confirmarlo ni negarlo. No quiero contar más detalles. Es un pasado que me gustaría olvidar. No quiero tener problemas”.

Los archivos no dicen si la Unión Soviética ordenó o dio forma a la operación Trump de la StB, que se extendió durante una década, pero los espías de Checoslovaquía compartían habitualmente secretos con sus colegas de la KGB y la agencia de seguridad de Moscú tenía una gran oficina de enlace en Praga. Muchos miembros de la StB trabajaron directamente para la KGB, conocidos como “los amigos”.

En el verano de 1987, Donald e Ivana Trump visitaron Moscú y Leningrado tras una invitación personal del embajador soviético en Washington, Yuri Dubinin. El viaje fue organizado por Intourist, un equipo encubierto de la KGB. Poco después de volver de Moscú. Trump anunció que estaba pensando presentarse a la presidencia, aunque la candidatura no se materializó.

En octubre de 1988, en la víspera de las elecciones de EEUU, Ivana Trump visitó a sus padres en Zlín, conocido en aquel momento como Gottwaldov. De acuerdo con los documentos, Ivana predijo “con seguridad” la victoria de Bush y su padre pasó la información a los agentes locales de la StB.

“El resultado de las elecciones confirmó la veracidad de la información”, escribió el agente de campo de la StB Peter Sury en un documento fechado el 23 de enero de 1989 y clasificado como “secreto”.

La predicción vino “de los más altos escalones de poder en Estados Unidos”. Ivana “no solo era una acaudalada ciudadana estadounidense”, sino que también se movía en “destacados círculos políticos”, añadió Sury.

Sury enumeró una serie de “acciones” que se podrían tomar. Entre ellas, permanecer en “contacto conspirativo” con Zelnícek. El objetivo de la StB era obtener más información de la política exterior de EEUU, de la política interna y de la economía, además de “las actividades de las agencias de inteligencia de EEUU”.

Sury, que fue director adjunto de la oficina local de StB, sigue viviendo en Zlín. “Sí, yo escribí ese documento”, afirma, hablando por primera vez en público de este tema. “Trump era un empresario rico y era interesante para nosotros, aunque yo no trabajaba sobre él. Lo hacían mis colegas. El primer departamento se centraba en él. No sé los detalles”, añade.

Los comentarios de antiguos miembros de StB sugieren que Moscú y Praga estaban muy interesados en Trump en los últimos años de la Guerra Fría. Las agencias de espionaje en ambas capitales socialistas identificaron la creciente ambición política de Trump e intentaron explotar sus vínculos con su familia política, utilizándola como un canal dinámico de inteligencia.

La escala de la operación de espionaje del Moscú se desconoce. No hay documentos públicos. No está claro cuando abrió la KGB un archivo sobre el futuro presidente. En Praga, unos 60.000 documentos de la StB se desclasificaron a mediados de los 90 tras la caída del comunismo. La StB destruyó la mayoría de los documentos.

Sin embargo, archivos secretos escritos por el jefe de la KGB a mediados de los 80, Vladimir Kryuchkov, revelan que reprendió a sus agentes por no cultivar relaciones con estadounidenses de alto nivel. Kryuchkov hizo circular entre los directores de las estaciones de la KGB en el extranjero un cuestionario confidencial de personalidad en el que se fijaban las cualidades buscadas en una posible fuente.

De acuerdo con información filtrada por el desertor de la KGB Oleg Gordievsky a la inteligencia británica, entre las cualidades más buscadas estaba la corrupción, el orgullo, el narcisismo, la infidelidad y pocas capacidades analíticas. La KGB tenía que centrarse en figuras que ascendían en el mundo de los negocios y la política, especialmente estadounidenses, señala el documento.

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