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The Guardian en español

Claves de las elecciones en Israel: el Netanyahu más extremo se juega la reelección entre escándalos

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.

Oliver Holmes

Jersusalén —

Este martes los israelíes acuden a las urnas en unas elecciones que podrían poner fin a la asombrosa carrera política de Benjamin Netanyahu, que lleva 10 años ininterrumpidos como primer ministro. Si sale reelegido, se convertirá en el primer ministro israelí que más años ha ocupado el cargo.

¿Cuándo se conocerán los resultados?

Los primeros resultados se conocerán a las 22 horas del martes (21 horas en España). Al amanecer del miércoles se espera ya tener confirmado el ganador.

El nuevo gobierno no se formará automáticamente. El sistema político de Israel se basa en delicadas e inestables coaliciones conformadas por una mayoría de 120 escaños en el Knéset (el Parlamento de Israel). Una vez se sepa el ganador, el presidente del país comenzará a hacer consultas para ver qué partido tiene más posibilidades de formar una coalición. En 2015 las negociaciones le llevaron a Netanyahu más de un mes hasta que logró los apoyos suficientes.

¿Qué hay en juego?

Más que nada, estas elecciones serán un referéndum sobre Netanyahu y el camino por el que ha llevado a Israel desde que asumió el poder en 1996. Los que apoyan al 'Rey Bibi', como lo llaman, dicen que Israel nunca ha sido más seguro y que además tiene una economía boyante.

Al mismo tiempo, este líder de 69 años ha logrado acallar casi por completo al movimiento pacífico israelí y millones de palestinos viven bajo el estricto y opresivo control militar de Israel. Durante su gobierno, Israel ha girado fuertemente hacia la derecha, reprimiendo a las voces críticas y demonizando a las minorías. Netanyahu ha consolidado relaciones exteriores con líderes autoritarios y sus vínculos con sus aliados más progresistas se han debilitado.

Un dato importante que ha alarmado incluso a sus más fieles seguidores es que Netanyahu ha establecido diálogos con algunas de las figuras más racistas de la política israelí para lograr continuar en el poder. Si la reelección resultara difícil, Netanyahu podría darles más poder a las voces de extrema derecha para lograr un triunfo.

Aliados cuestionables

Netanyahu ha hecho un pacto electoral con un partido de extremistas ultranacionalistas llamado Poder Judío. Ellos se han unido a otros sectores de derechas para conformar un bloque más fuerte que podría darle a Netanyahu la oportunidad de formar gobierno si gana las elecciones.

Poder Judío, criticado incluso por el lobby proisraelí AIPAC, que apenas se muestra crítico con las políticas del Gobierno, es sucesor ideológico del exrabino combatiente Meir Kahane, cuyo movimiento fue ilegalizado en Israel y Estados Unidos según la legislación antiterrorista.

Los seguidores actuales de Kahane han llamado “enfermedad” a la homosexualidad y reclaman la expulsión de todos los palestinos, incluidos aquellos que tengan la ciudadanía israelí.

¿Cuáles son las cuestiones principales?

Un sondeo reciente realizado por el Instituto para la Democracia en Israel concluyó que las cuestiones socioeconómicas son las principales cuestiones sobre la mesa, mientras que la personalidad de los líderes de los partidos siguen en segundo lugar, seguido por los asuntos exteriores y de defensa. Pero este año ha surgido un importante comodín: los casos de corrupción contra Netanyahu.

¿De qué se le acusa?

El primer ministro corre serio peligro de ser juzgado por tres investigaciones diferentes por corrupción. Tanto la policía como el fiscal general han dicho que creen que Netanyahu debe ser llevado a juicio. Si es reelegido, se realizará una audiencia anterior al juicio en la que podrá defenderse y esto podría marcar los primeros meses de su quinto mandato.

En una de las investigaciones se le acusa de recibir obsequios, como champagne rosa y joyas, a cambio de favores a multimillonarios de otros países. Otra investigación gira en torno a una supuesta conspiración con el periódico más vendido del país para perjudicar a la competencia a cambio de una cobertura favorable. La tercera –y la más seria– acusa a Netanyahu de ofrecer incentivos al proveedor israelí de servicios de telecomunicaciones Bezeq a cambio de artículos positivos en un sitio de noticias de internet que posee el grupo. Netanyahu niega todas las acusaciones y alega que se trata de una persecución política.

¿Se están aprovechando sus rivales del escándalo?

El principal rival de Netanyahu, la única persona que podría derrotarlo, está intentando capitalizar las acusaciones. Benny Gantz, antiguo jefe del ejército de 59 años que está al mando de un partido de centro llamado Azul y Blanco (en referencia a la bandera israelí), ha ido mejorando su posición en los sondeos.

Gantz no tiene prácticamente experiencia política y su programa cuenta con muy pocos proyectos concretos, pero espera seducir a los votantes ofreciendo una imagen “limpia” por oposición al actual líder del país. Gantz argumenta que Netanyahu ha fomentado la división y ha debilitado a las instituciones del Estado como la policía y el poder judicial para lograr permanecer en el poder.

¿Gantz tiene posibilidades?

Es difícil decirlo. Los sondeos sugieren que el entusiasmo inicial por Gantz ha ido disminuyendo, pero los sondeos israelíes no son muy fiables. Muchas personas aún afirman que no saben a quién votarán.

¿Qué pasa con la cuestión palestina?

Durante la campaña no se ha hablado mucho de este tema. Por momentos, nada en absoluto. Si bien en elecciones anteriores la paz con los palestinos era un tema central, ahora prácticamente ha desaparecido de la agenda. El Gobierno israelí ha aislado aún más a palestinos en enclaves cercados que los israelíes casi nunca visitan. Mientras tanto, la presión internacional –especialmente la de Estados Unidos– para poner fin a la ocupación, ha disminuido mucho.

Traducido por Lucía Balducci

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