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The Guardian en español

Corbyn tiene razón, el atentado en Manchester está vinculado a nuestra política exterior

Donde Corbyn arruina su discurso es al relacionar el terrorismo no solo con la política exterior, sino con la austeridad a nivel interno.

Simon Jenkins

Jeremy Corbyn está completamente en lo cierto al relacionar el atroz ataque que sufrió Manchester esta semana con la política exterior llevada a cabo en Oriente Medio. Siempre que Tony Blair, Gordon Brown y David Cameron trataron de explicar por qué la sangre y el dinero británico tenían que ser invertidos en el derrocamiento de regímenes como el de Afganistán, el de Irak y el de Libia, fueron muy claros: fue “para mantener el terrorismo lejos de las calles de Reino Unido”. La razón que se dio una y otra vez fue la misma: acabar con el radicalismo islámico.

Al ver que esta política claramente ha llevado a un incremento de terrorismo islamista, estamos completamente de acuerdo con Corbyn en que esta política “simplemente fracasó”. Sí, estos regímenes fueron efectivamente derrocados. Cientos de miles de personas murieron, muchos de ellos eran civiles tan inocentes como las víctimas de Manchester. El terrorismo no ha cesado.

Siempre que Al Qaeda o ISIS buscan explicar sus atrocidades, normalmente hacen referencia a la intervención británica y al asesinato de inocentes musulmanes a manos de su Ejército. Es engañoso intentar sanear nuestra patriotera y recalentada respuesta al terrorismo doméstico fingiendo que esto no tiene que ver con la política exterior británica. Fuimos nosotros los que creamos este vínculo mucho antes de que los terroristas lo hicieran.

Por supuesto que esto no exonera a nadie. Sí, los radicales islámicos están buscando socavar la sensación de seguridad en Occidente y sus valores liberales. Sí, el continuo bombardeo occidental sobre mercados, hospitales, bodas o pueblos es “accidental”, si bien inevitable, dada la naturaleza de la guerra aérea moderna.

Pero nosotros utilizamos el lenguaje de la doctrina 'choque y temor' [táctica militar consistente en el uso extremo de la fuerza] en los bombardeos de Bagdad en 2003. Hemos dado una causa a la nueva era de terrorismo islamista, un razón, una excusa, por muy degenerada que sea. Llevamos a cabo una agresión armada contra pueblos soberanos que no nos habían atacado.

Donde Corbyn arruina su discurso es al relacionar el terrorismo no solo con la política exterior, sino con la austeridad a nivel interno. Haciendo esto se rebaja al nivel de Theresa May de buscar sacar rédito político de una tragedia. Si no hubiese buscado el aplauso fácil, podría acusar a May de difundir la política del miedo inundando las calles de la capital con soldados. Podría pedir a la comunidad musulmana más acciones para combatir y exponer la “preparación” terrorista. Pero no hay indicios de que los servicios de seguridad estén limitados en su trabajo por un déficit de personal. Es el único aspecto de la policía que ha sido inundado con dinero.

Los políticos que explotan los momentos de tragedia pública se meten en un juego arriesgado. Si Corbyn tuvo tacto volviendo a la campaña electoral citando lo ocurrido en Manchester es discutible: hubiese sido inteligente esperar unos días. Pero el terrorismo islamista está relacionado con la política exterior. Por muy odioso que nos parezca, es un medio para un fin político. A veces también es llamar a las cosas por su nombre.

Traducido por Javier Biosca y Cristina Armunia

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