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The Guardian en español

Theresa May está a punto de acabar con la paciencia de los diputados tories

Las críticas a la gestión de Theresa May pueden poner en peligro su liderazgo

Rowena Mason / Peter Walker

Londres —

Diputados del Partido Conservador británico están barajando otro intento de destituir a Theresa May si los tories fracasan en las elecciones municipales en un momento en el que el desencanto con su liderazgo se extiende una vez más entre los backbenchers (los diputados que no tienen un cargo en la Administración).

Una serie de diputados ha contado a the Guardian que las críticas del exministro Nick Boles, a su “timidez y falta de ambición” han tocado la fibra sensible entre los diputados, en especial entre los que creen que sus medidas están siendo insuficientes en asuntos internos.

May ya ha sobrevivido a varios intentos de desafío a su autoridad después del desastroso resultado de las elecciones y tras una serie de meteduras de pata en la conferencia del partido.

Entonces parecía que no había mucho interés por deshacerse de la primera ministra antes de que Reino Unido abandone la Unión Europea en marzo de 2019, pero la frustración con su gestión mediocre, los cambios chapuceros en el gobierno y en la estrategia del Brexit están provocando que se vuelva a planear su destitución.

Un exministro afirma que el momento decisivo para la primera ministra será después de las elecciones locales de mayo, en el caso de que pierdan distritos de Londres tradicionalmente conservadores, ahora que Barnet, Kensington y Chelsea, y Kingston están entre los objetivos de la oposición. También cita zonas fuera de la capital como Swindon o Amber Valley, vulnerables a caer en manos del partido laborista o a que los conservadores pierdan la mayoría absoluta.

Otro diputado conservador destacado dice que había apoyado a May al comienzo de su mandato por su promesa de centrarse en la injusticia social pero que cada vez está más claro que hay un “vacío de ideas” en el centro de su gobierno.

El diputado señala que el momento lógico para desafiar su liderazgo sería después de las elecciones locales, y que la preocupación por el efecto de las negociaciones del Brexit están siendo eclipsadas por la urgencia de conseguir un primer ministro que pueda estar en condiciones de enfrentarse a Jeremy Corbyn.

El proceso para destituir a May

Una contienda por el liderazgo tendrá lugar si al menos el 15% de los diputados –48 de ellos– manda una carta al Comité 1922, el subgrupo parlamentario conservador que agrupa a todos los backbenchers, expresando su falta de confianza en May, lo que llevaría a una votación sobre su futuro entre los diputados del partido.

Según el periódico the Sun, el líder del Comité 1922, Graham Brady, está tan preocupado por el desencanto entre los diputados que les ha pedido que piensen bien antes de mandar sus cartas.

Se cree que hasta 40 diputados han mandado las cartas hasta ahora. Un miembro de los diputados conservadores elegidos en 2015 ha dicho que sabe de siete o ocho diputados que han hablado de mandar cartas a Brady pero que todavía no lo han hecho, así que es posible que se llegue a las 48 cartas.

El diputado dice que los cambios en el gobierno han sido la gota que ha colmado el vaso de la decepción, ya que se ha percibido que ha manejado mal los nombramientos de viceministros.

“Está sobre terreno muy resbaladizo” señala. “Tuvimos las elecciones, después la conferencia; ganó algo de tiempo con los presupuestos y el acuerdo del Brexit, pero sus cambios en el gobierno han causado una nueva serie de problemas”.

La polémica de los cambios en el gobierno

Los diputados conservadores más jóvenes están especialmente molestos con la distribución de los puestos menores ministeriales durante los cambios en el gobierno, ya que algunos de ellos piensan que el proceso no fue justo.

“Antes sabías qué tipo de cosas tenías que hacer para conseguir un ascenso, pero parece que no es así ahora. Y hace que los diputados sean más imprudentes, empiezan a pensar: no voy a conseguir nada con esta primera ministra así que puedo arriesgarme a un cambio”.

Todavía hay una gran cantidad de diputados conservadores que piensan que sería un mal momento para una conmoción como unas primarias por el liderazgo en una etapa crucial de las negociaciones con la Unión Europea.

Un diputado euroescéptico dice que la agitación viene principalmente de los que no priorizan el Brexit y están preocupados principalmente por la amenaza a sus escaños por parte de un Partido Laborista en ascenso.

“Los que quieren un cambio en el liderazgo son un porcentaje bajo de los parlamentarios”, dice el diputado euroescéptico. “El resto se quiere aferrar a lo que hay por miedo a algo peor”.

Disputas por la postura ante el Brexit

El diputado señala también que muchos de los partidarios del Brexit en el partido están preocupados por el posible cese de May por miedo a que tome el liderazgo alguien a favor de la permanencia en la Unión Europea, como la actual ministra de Interior, Amber Rudd. El ala proeuropea está preocupada con que tome el mando alguien como Boris Johnson, el polémico ministro de Exteriores.

Sin embargo, algunos de los partidarios del Brexit más duro están cada vez más preocupados de que dejar a May al cargo lleve a un Brexit blando, inaceptable para ellos.

Algunos creen que las intervenciones de Johnson sobre utilizar parte de los dividendos del Brexit en la sanidad pública y para un nuevo puente sobre el Canal de la Mancha después de abandonar la Unión Europea están destinadas a posicionarlo como la verdadera voz del Brexit en caso de que tengan lugar unas primarias en un futuro cercano.

Cuestionada por Bloomberg sobre las quejas crecientes dentro de su partido, May dijo que seguía centrada en los objetivos establecidos cuando se convirtió en primera ministra, porque quiere “un país que funcione de verdad para todo el mundo”.

“Creo que uno de los desafíos que tenemos es esa gente en nuestra sociedad que siente que la globalización se ha olvidado de ellos, que ha beneficiado a otros, pero no a ellos”, dijo Theresa May.

Pero May no sugirió ninguna solución nueva a ese problema, más allá de su estrategia industrial y de “mejorar la formación de la juventud”, después de 18 meses como primera ministra y casi ocho años de Gobierno conservador.

Traducido por Marina Leiva

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