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The Guardian en español

Todo lo que hay que saber sobre las elecciones de Italia

Berlusconi bromea secando el sudor a su socio Matteo Salvini en una rueda de prensa el 1 de marzo.

Jon Henley

La cuarta mayor economía de Europa acude a las urnas el domingo bajo una nueva ley electoral y para votar en unas elecciones generales que, según la mayoría de los observadores, terminarán sin un ganador claro y con un Parlamento sin mayoría absoluta de ningún partido o coalición.

Con una deuda de 2,3 billones de euros que representa el 135% de su PIB y más del 20% del total de la eurozona, los déficits continuados, una economía aún estancada, bancos en situación vulnerable y el populismo presente en la política, Italia es vista como un riesgo no ya para sí misma, sino también para la UE, incluso si los anteriores llamamientos de algunos partidos por la salida del euro han desaparecido ahora. 

Liderado por Luigi Di Maio, de 31 años, el Movimiento 5 Estrellas es el primero en las encuestas como partido en solitario. La coalición de partidos de derecha encabezada por Silvio Berlusconi, de 81 años, que agrupa a su Forza Italia y a otras agrupaciones de derecha, tiene una ventaja de casi 10 puntos.

Pero entre un 30% y un 40% de votantes sigue sin saber a quién votará y el resultado final es altamente impredecible. La falta de un resultado claro sólo puede aumentar la inestabilidad.

Se espera que las negociaciones para formar gobierno sean complicadas y que puedan generar una débil e inestable coalición de izquierda y derecha, incapaz de aprobar leyes importantes o de impulsar las reformas estructurales que muchos consideran necesarias para Italia.

¿Cómo se ha llegado hasta aquí?

El ex primer ministro de centro-izquierda Matteo Renzi dimitió a finales de 2016 después de jugarse el puesto en un referéndum por la reforma constitucional que perdió. Fue reemplazado por su compañero de partido Paolo Gentiloni, que llegó al cargo de forma temporal hasta la convocatoria de nuevas elecciones.

La derrota de las propuestas de Renzi, que habrían terminado con las diferencias entre los sistemas electorales de las dos cámaras, dejó al país sin un sistema electoral más práctico. Gentiloni se pasó la mayor parte de 2017 tratando de sacar adelante la nueva ley electoral. Finalmente, se aprobó en octubre.

Renzi se presenta como líder del centroizquierdista Partido Demócrata.

¿Cómo funciona el nuevo sistema electoral?

La ley crea un sistema electoral mixto en el que poco más de un tercio de los parlamentarios de las dos cámaras son elegidos por sufragio directo (SD) en distritos uninominales) y dos tercios por representación proporcional (RP) mediante las listas de los partidos.

Los partidos pueden presentarse solos, en cuyo caso deben pasar del umbral del 3% para ganar escaños, o en una alianza anunciada antes de las elecciones (opción que el nuevo sistema favorece), y en ese caso el umbral es del 10%. A diferencia del sistema vigente hasta ahora, la nueva ley no concede la mayoría absoluta al partido o alianza que gane al menos el 40% de los votos.

Los votantes reciben dos papeletas, una para cada Cámara, y la cruz que pueden poner en cada una de ellas cuenta para los dos sistemas, SD y RP. Los candidatos pueden presentarse por SD en una circunscripción y también pueden figurar en listas del partido en hasta cinco circunscripciones.

En la Cámara Baja se reserva 232 escaños para los ganadores del SD, 386 para los candidatos de la RP y 12 para los distritos electorales del extranjero. En el Senado, las cifras equivalentes son 102, 207 y seis.

¿Cuáles han sido los temas de campaña?

La inmigración, que ya era una de las principales preocupaciones, cobró aún mayor protagonismo en la agenda política desde que en febrero un ultraderechista disparara a seis africanos. En seguida, Berlusconi calificó la polémica de “bomba social lista para explotar” y prometió deportar a 600.000 inmigrantes sin papeles si su coalición formaba gobierno.

Pese al último repunte en el crecimiento, el largo y casi irreversible declive de la economía italiana sigue siendo un asunto preocupante, al igual que el elevado y persistente desempleo (uno de cada tres menores de 25 años está sin trabajo) y, especialmente en el sur, la corrupción. Europa y sobre todo el euro pueden volver a ser temas candentes.

Pero las campañas electorales italianas tienden a estar más dominadas por la discusión de quién apoya a quién, quién ataca a quién, o quién abandona a quién, en lugar de propuestas concretas y políticas elaboradas. Aparte de unas pocas promesas locas y, en su mayor parte, irrelaes, esta campaña no es una excepción.

¿Quiénes se presentan y qué prometen?

En un ambiente político cada vez más inflamado, el presidente Sergio Mattarella se ha visto obligado a pedir a todos los partidos que mantengan sus promesas electorales en el campo de lo realista, práctico y responsable. No hay muchos que le escuchan.

Derecha: Forza Italia está encabezada por el cuatro veces primer ministro Berlusconi, aunque una condena por fraude fiscal le impida asumir el cargo. Plantea introducir una “moneda paralela” de uso interno y mantener el euro para el comercio internacional, imponer un impuesto de porcentaje único e idéntico a empresas y personas físicas, abolir el impuesto sobre la vivienda, el de circulación y el de la herencia, doblar la pensión mínima, introducir un ingreso mínimo de 1.000 euros al mes para todos y bloquear la llegada de nuevos inmigrantes.

Ultraderecha: La Liga (antigua Liga Norte) está dirigida por Matteo Salvini. Propone introducir una moneda paralela, abolir el pacto fiscal de la UE que impone recortes presupuestarios drásticos en los países de alto endeudamiento, plantear un impuesto único y al 15% para todos, permitir la jubilación anticipada, aprobar medidas enérgicas contra la inmigración para deportar a 100.000 inmigrantes sin papeles al año, imponer penas más severas por la delincuencia, mejorar las relaciones con Rusia y reabrir los burdeles de Italia.

Hermanos de Italia está dirigido por Giorgia Meloni. Un equivalente meridional de la Liga Norte con raíces neofascistas y políticas ampliamente similares.

Antiestablishment: el Movimiento 5 Estrellas está liderado por Di Maio. Propone una renta mínima mensual de 780 euros, aumentar el déficit presupuestario, renegociar el pacto fiscal, derogar 400 leyes “inútiles”, entre las que se incluyen las reformas laborales y de pensiones para permitir una jubilación anticipada y hacer más difícil el despido, aumentar los impuestos a las empresas energéticas y mejorar las relaciones con Rusia.

Centroizquierda: el Partido Demócrata está liderado por Renzi. Propone un aumento del salario mínimo, negociar el fin del pacto fiscal y elevar el déficit presupuestario al 3% del PIB para reducir los impuestos y aumentar la inversión.

Izquierda: Libres e Iguales, liderado por Pietro Grasso, es un nuevo partido que reúne a los grupos más pequeños que abandonaron el Partido Demócrata de Renzi. Propone derogar las reformas laborales y de pensiones y un impulso al gasto público.

¿Quién va a ganar?

Se espera que el Movimiento 5 Estrellas sea el partido más votado, con entre el 27% y el 29% de las papeletas. Después de haber descartado durante mucho tiempo una coalición con cualquiera de los partidos tradicionales, ahora ha suavizado su postura y podría figurar en una alianza gobernante si las elecciones terminan sin resultado concluyente.

Forza Italia de Berlusconi tiene entre el 16% y el 18%. Con el 12% al 14% de La Liga, y los puntos que añadan Hermanos de Italia y posiblemente Nosotros con Italia, la coalición de derechas podría arañar la mayoría absoluta. Asumiendo que Forza Italia supere en escaños a La Liga, este parece el resultado más claro, con el actual presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, como nuevo primer ministro.

Pero la mayoría de las encuestas predice un Parlamento sin mayoría absoluta para ningún bloque. Esta situación podría generar una gran coalición con partidos de derecha e izquierda, formada por Forza Italia y el Partido Demócrata de Renzi (al que las encuestas dan entre un 22% y el 23%. Los sondeos dan a Libres e Iguales en torno al 6%.

Una alianza entre el Partido Demócrata y el Movimiento 5 Estrellas también podría superar el umbral del 50%, pero Renzi parece haberlo descartado.

Traducido por Francisco de Zárate

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