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The Guardian en español

Imágenes de cárceles iraquíes evidencian las condiciones de hacinamiento e insalubridad

Cárcel de mujeres y niños de Tal Kayf en Irak, foto tomada en abril de 2019.

Bethan McKernan

La ONG Human Rights Watch ha publicado unas imágenes de las “degradantes” condiciones de hacinamiento en las que viven miles de mujeres, niños y hombres detenidos en Irak por supuestos vínculos con Estado Islámico. La organización de derechos humanos, que informó el pasado jueves que había obtenido evidencia fotográfica de hasta tres instalaciones en la provincia de Nínive, ha denunciado que los centros no cumplen con las normas internacionales básicas. La ONG también alerta de que las duras condiciones podrían favorecer la radicalización de los presos más vulnerables.

En una de las fotografías, en una celda en la cárcel de Tal Kayf, aparecen decenas de mujeres y niños pequeños y es tal la falta de espacio que no se ve el suelo. Su ropa y pertenencias cuelgan de las paredes. En otra imagen, también de Tal Kayf, se ve un mar de adolescentes forzados a dormir en posición fetal por la falta de espacio en la celda juvenil.

Los centros de detención, las comisarías y las cárceles de Irak están desbordadas desde que hace dos años el Gobierno de Irak declaró la derrota de ISIS. Human Rights Watch y otras organizaciones humanitarias han recibido múltiples informes de las infecciones y enfermedades provocadas por el hacinamiento, así como de los problemas de salud originados por la falta de movilidad. Al menos cuatro personas han muerto bajo custodia y a dos les han amputado las piernas.

Según el director interino de HRW para Oriente Medio, Lama Fakih, el problema del hacinamiento debe preocupar a toda la comunidad por sus repercusiones. “Las autoridades deben asegurarse de que las condiciones en las prisiones iraquíes no fomenten nuevas injusticias”, ha declarado.

Tal Kayf, Tasfirat y Faisaliyah, los tres centros de detención prejudicial mencionados señalados por HRW, fueron diseñados para albergar a unas 2.500 personas. Sin embargo, ahora alojan a unas 4.500. Entre ellas, hay al menos 1.300 presos juzgados y condenados que ya deberían haber sido trasladados a instalaciones menos masificadas de la capital Bagdad.

La mayoría de los detenidos han sido acusados por terrorismo usando el amplio paraguas de las leyes antiterroristas de Irak. Según HRW, estas personas no tienen acceso a abogados y las detenciones no tienen un fundamento legal claro. La ONG ha pedido que la detención preventiva se utilice solo como último recurso y ha exigido la liberación de los niños en cautiverio de acuerdo a las normas de Naciones Unidas.

Además de alertar desde hace tiempo por los juicios injustos y las inhumanas condiciones en las cárceles, organizaciones por los Derechos Humanos han acusado una y otra vez a las fuerzas iraquíes de llevar a cabo interrogatorios y torturas ilegales, así como de ejecutar a hombres y niños por supuestamente haber militado con ISIS, lo que podría considerarse como crímenes de guerra.

Traducido por Francisco de Zárate

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