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The Guardian en español

Llega a Roma un general libio acusado de violaciones a los derechos humanos

El General Khalifa Haftar durante una entrevista

Stephanie Kirchgaessner y Ruth Michaelson

Roma (Italia) y El Cairo (Egipto) —

Líderes europeos están apoyando a un general libio que ordenó cometer crímenes de guerra a sus soldados, según pruebas analizadas por expertos legales. El general Khalifa Haftar, un exagente de la CIA que controla casi la mitad de Libia desde su base en el Este del país, llega a Roma este martes para ser recibido por autoridades italianas en medio de acusaciones de violaciones de los derechos humanos.

La visita supone un cambio radical en la postura tomada anteriormente por Italia, que hasta ahora evitaba a Haftar y le consideraba el principal obstáculo para la estabilidad en la región, por su negativa a reconocer al gobierno del oeste respaldado por la ONU.

Dos expertos –un exabogado del Pentágono y un exfuncionario de la Corte Penal Internacional– aseguran que una nueva prueba de vídeo sugiere que Haftar ha sido cómplice de ordenar ejecuciones extrajudiciales y el sitio ilegal de la ciudad portuaria de Derna. Se cree que ordenó el bloqueo de Derna justo un día después de encontrarse en Bengasi con Boris Johnson, el ministro de Exterior británico.

La nueva valoración, publicada en el blog de Just Security, viene tras la emisión reciente de una orden de arresto de la Corte Penal Internacional para Mahmoud Mustafa Busayf al-Werfalli, miembro del ejército nacional libio de Haftar. Werfalli está siendo acusado de ejecutar a prisioneros él mismo, además de mandar a otros llevar a cabo ejecuciones extrajudiciales. Amnistía Internacional y Human Rights Watch también han condenado al Ejército Nacional Libio por supuestos crímenes de guerra.

Ni las cuestiones legales ni las permanentes dudas de los funcionarios occidentales sobre la fiabilidad de Haftar han disuadido a líderes europeos de intentar forjar una alianza con él.

El análisis –llevado a cabo por el exmiembro del Consejo General del Pentágono Ryan Goodman y por el exfiscal en la Corte Penal Internacional Alex Whiting– muestra una inquietante imagen del historial de Haftar.

Pruebas de vídeo

Los dos expertos señalan un vídeo de un discurso de Haftar a sus soldados del Ejército Nacional Libio publicado en YouTube el 10 de octubre del 2015. En su discurso, Haftar llama a sus hombres a no tomar prisioneros, que en jerga legal se denomina “negación de cuartel” y es una violación de las leyes de la guerra. “No toméis en consideración traer prisioneros. No tenemos prisión aquí. El campo de batalla es el campo de batalla, fin de la historia”, dice Haftar en el vídeo.

En otro vídeo, un portavoz de Haftar, Beleed al-Sheikhy, dice en relación con la lucha en Ganfouda, un distrito de Bengasi, que “aquellos que tengan más de 14 años nunca saldrán con vida”. Se cree que el vídeo fue grabado en agosto del 2016.

Haftar tiene doble nacionalidad libia y estadounidense. Durante un tiempo fue leal a Muammar Gaddafi pero más tarde se rebeló contra el dictador. La CIA le garantizó protección y nacionalidad estadounidense en 1990. Vivió en el estado de Virginia durante dos décadas, donde se cree que se entrenó con la vista puesta en un golpe contra Gaddafi.

Más tarde volvió a Libia, donde mantiene un control total del bloque Este del país, incluyendo una serie de poblaciones conocidas como 'la media luna del petróleo'.

A pesar de que los expertos que estudian atentamente la región señalan que Haftar es un aliado poco fiable en Libia, los diplomáticos lo ven cada vez lo ven más como parte del futuro del país.

Apoyo internacional

En un viaje este verano a Bengasi, Boris Johnson se reunió con el general libio y señaló que Haftar tenía “un rol que jugar en el proceso político”. El presidente francés Emmanuel Macron, que recibió a Haftar y a su rival, el primer ministro respaldado por la ONU Fayez al-Sarraj, también elogió a Haftar, señalando que él y Sarraj habían mostrado un nivel de coraje histórico al acordar un alto al fuego.

El enviado de la ONU a Libia hizo público un nuevo plan para el país la semana pasada, según el cual se podrían convocar elecciones en un año. Haftar es visto como un candidato con posibilidades de convertirse en presidente.

Un exfuncionario estadounidense explica que se asumía que el verdadero objetivo de Haftar era gobernar el país bajo una dictadura militar, por lo que los intentos europeos de llevarse Haftar “a su terreno” eran comprensibles y pragmáticos, ya que la creación de un gobierno estable no podría ser posible sin su apoyo.

Además, añade que Haftar ha ampliado su presencia militar gracias en parte al apoyo de Egipto, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes. También tiene contactos en el Kremlin y visitó Rusia por tercera vez en agosto de este año.

La Corte Penal Internacional emitió la orden judicial para Werfalli, un miembro de la brigada al-Saiqa del Ejército Nacional Libio, en base a una “creencia razonable” de que ordenó la ejecución de 33 detenidos en siete incidentes de junio de 2016 a julio de 2017.

El artículo publicado por Just Security también apunta a un discurso dado por Haftar en agosto del 2017, un día tras su encuentro con Boris Johnson, en el que parece discutir la necesidad de ampliar el sitio de Derna. Haftar dijo que ordenar un bloqueo era equivalente a “asfixiar”, y que debería incluir un bloqueo de medicinas, cuidados médicos, petróleo, y aceite de cocina.

El General de Brigada Ahmad Mismari, un portavoz del ejército nacional libio, dijo que no podía hablar sobre la orden de la Corte Penal Internacional porque el tema estaba siendo investigado. También rechazó comentar las acusaciones realizadas por Just Security.

Sujeto a leyes estadounidenses

En una entrevista con the Guardian, Goodman dijo que la ciudadanía estadounidense de Haftar hace que esté sujeto a las leyes federales que penalizan los crímenes de guerra y que cualquier persona “colaboradora o cómplice” que lo apoyara en Estados Unidos podría estar expuesta a responsabilidad penal. Dado su estatus, cualquier decisión de dotar de apoyo financiero o de cualquier otro tipo –incluyendo información– por parte de Estados Unidos tendría que ser autorizada primero por la oficina del Departamento de Justicia para asegurarse de que es legal bajo leyes estadounidenses.

Mattia Toaldo, un experto en Libia del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, considera que cuanto más se legitime a Haftar, más difícil será que llegue a ser procesado. “Es el deber de europeos y americanos decidir si un régimen así es estable, porque lo que hemos visto en la Primavera Árabe es que los regímenes represivos son inestables”, sostiene Toaldo.

“Es un diablo inútil. No se puede confiar en él –como sucede con la mayoría de señores de la guerra libios– en la lucha contra el terror o la migración. Además, creo que su capacidad militar no es tan grande como piensa alguna gente”, concluye.

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