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The Guardian en español

Londres estudia unirse a una campaña de bombardeos contra ISIS en Libia

Milicianos descansan en una tienda instalada en un tanque, en el enclave petrolero de Ras Lanuf (Libia).

The Guardian

Patrick Wintour —

La decisión británica de unirse a una intervención militar occidental contra Estado Islámico en Libia dependerá de si culmina el intento de formar un Gobierno de unidad nacional que sea viable en las próximas semanas.

El Pentágono y el Gobierno francés están presionando para iniciar las operaciones tras una reunión en París la semana pasada, mientras Italia señala que podría estudiar su intervención. Downing Street dijo el lunes que no se ha tomado ninguna decisión sobre el envío de tropas británicas y rechazó responder a las preguntas sobre si su función sería la de entrenar (a soldados libios) o de combatir. 

El Ministerio de Defensa no ha confirmado las informaciones que apuntan que está dispuesto enviar 1.000 militares al país que se hundió en el caos tras el derrocamiento violento de Muamar el Gadafi y los ataques aéreos (occidentales) en 2011.

En diciembre, se alcanzó un acuerdo para la formación de un Gobierno de unidad nacional, pero hasta ahora ha sido rechazado por los dos parlamentos libios enfrentados, incluido el reconocido por la comunidad internacional, en una disputa sobre la asignación de ministerios.

David Cameron no está muy interesado en pedir apoyo en la Cámara de los Comunes a todos los demás partidos para una intervención militar británica tan poco tiempo después de arriesgar su futuro político en relación a los ataques aéreos en Siria.

En estos momentos, no hay apoyo a los ataques aéreos en la Unión Africana. Es además probable que la Comisión de Exteriores de la Cámara de los Comunes difunda muy pronto un demoledor informe sobre el fracaso de los países occidentales en planificar lo que ocurriría en Libia tras el derrocamiento de Gadafi.

Es probable que el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, se oponga a cualquier intervención. Su portavoz en temas de Exteriores, el diputado Hilary Benn, se enfrenta a otro dilema sobre si debe apoyar otra acción militar contra ISIS.

Si la intervención se produce, es posible que la implicación británica sea tan limitada que no exija la autorización parlamentaria. Gran Bretaña tuvo antes una presencia activa en los cielos de Siria a través de los vuelos de reconocimiento y el suministro de combustible en vuelo de aviones, sin estar implicada en ataques aéreos.

Los servicios de inteligencia británicos y las Fuerzas Especiales no necesitarían el permiso del Parlamento para operar en Libia. Gran Bretaña ya ha enviado un pequeño grupo de tropas a Sudán como parte de una fuerza de paz internacional. 

Las negociaciones sobre una intervención militar occidental en Libia se reanudaron después de que el secretario de Defensa norteamericano, Ash Carter, dijera el jueves que los aliados estaban preparando opciones para impedir que ISIS establezca campos de entrenamiento en Libia y reúna allí a combatientes extranjeros de la forma en que lo ha hecho en Irak y Siria.

El general Joseph Dunford, jefe del Estado Mayor de las FFAA, dijo el viernes que los militares “están estudiando tomar acciones militares decisivas” contra ISIS.

El Pentágono ha enviado a las fuerzas especiales a la zona para estudiar las posibilidades de expulsar a ISIS de su base en la zona costera cercana a Sirte, la ciudad que se encuentra entre Bengasi y Trípoli.

Se cree que unos 3.000 combatientes del ISIS están activos en el país al haberse aprovechado del caos político para controlar territorio y campos petrolíferos. Esos combatientes podrían haberse trasladado a Libia al haberse reforzado el control de la frontera turco-siria, lo que dificulta el paso de voluntarios del ISIS con destino a Siria.

La ministra italiana de Defensa, Roberta Pinotti, dijo la semana pasada a los medios italianos que su país está estudiando unirse a EEUU, Gran Bretaña y Francia para una intervención militar con la que estabilizar Libia. Pinotti dijo al Corriere della Sera que las potencias occidentales intervendrían sólo si lo solicitaran las autoridades libias.

En una entrevista en la televisión francesa el domingo, el ministro francés de Defensa, Jean-Jves Le Drian, dijo que hay una urgente necesidad por encontrar una solución política para Libia, donde ISIS se ha hecho fuerte. “Estoy muy preocupado por Libia desde septiembre de 2014. Están a 200 millas de distancia de Lampedusa (en Italia) y se están expandiendo”, dijo.

El ministro francés añadió que existe la posibilidad de que los combatientes del ISIS se aprovechen del buen tiempo para “dar el salto” y “mezclarse” con los inmigrantes. “Es un riesgo muy alto”. “Todos son conscientes de que el conflicto de Siria e Irak, en el que se están viendo algunos resultados positivos, se extienda a Libia”. El ministro recalcó que la solución política en Libia “es la única vía que puede erradicar el problema”. 

“Debe haber un Gobierno de unidad nacional. Hay un serio proceso político en marcha, apoyado por el Consejo de Seguridad de la ONU. Es urgente”, dijo Le Drian.

La Unión Africana ha avisado que “el llamado Estado Islámico está avanzando por el Este de Libia, y atacando instalaciones petrolíferas en Ras Lanuf e intentando ampliar su presencia por todo el país, incluido el sur”. “Esto es algo que nos preocupa a todos y que exige soluciones firmes, pero sólo podemos hacerlo si tenemos un Gobierno en Libia y fuerzas a las que se pueda equipar”, dice el comisionado de Paz y Seguridad de la Unión, Ismaíl Chergui. 

Chergui señala que en opinión de la Unión una actuación militar inmediata “contribuiría a complicar la situación”.

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