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Obama quiere nombrar un embajador en Cuba antes de dejar la Casa Blanca, pero no lo conseguirá

Obama cree que el nombramiento de un embajador es un paso de "sentido común".

David Smith

Washington —

Barack Obama tiene un “0%” de posibilidades de que el Congreso apruebe su designación de un embajador en Cuba, según el sindicato que representa a los diplomáticos estadounidenses.

El presidente ha anunciado esta semana la elección de Jeffrey DeLaurentis para que se convierta en el primer embajador estadounidense en Cuba en más de medio siglo, con el fin de sellar su tregua con la isla. Pero, mientras La Habana ha visto con buenos ojos la iniciativa, senadores republicanos como Marco Rubio (Florida) o Ted Cruz (Texas) han prometido bloquear cualquier nombramiento de un embajador, aduciendo la falta de progreso en democracia y derechos humanos.

Al pedirle que valore las posibilidades de que DeLaurentis sea nombrado, Ásgeir Sigfússon, portavoz de la Asociación del Servicio Exterior Estadounidense, ha respondido: “Yo diría que un 0%. Con Marco Rubio en la comisión de relaciones exteriores del Senado, no va a pasar nunca”.

Rubio y Cruz son ambos hijos de inmigrantes cubanos. “Han prometido hacer todo lo que esté en su mano contra la normalización de las relaciones”, ha explicado Sigfússon. “Puede que ni siquiera pase por una audiencia”.

El representante sindical ha indicado que la iniciativa parece por tanto un gesto inútil por parte de Obama: “El presidente está ejerciendo su derecho a ser un pato cojo (término con el que se designa en Estados Unidos a los cargos políticos en la recta final de sus mandatos) que intenta hacer todo lo que puede. Es simbólico. Condujo hacia la normalización de las relaciones y reivindica que es él quien lo consiguió”.

Estados Unidos y Cuba rompieron sus relaciones diplomáticas en 1961, en medio de la guerra fría. Obama y el presidente cubano, Raúl Castro, anunciaron por sorpresa en diciembre de 2014 que habían acordado en secreto recuperar esas relaciones, lo que incluía la reapertura de embajadas en ambos países. Obama protagonizó una visita histórica a la isla en marzo, y los vuelos comerciales se recuperaron el mes pasado.

Obama ha descrito el nombramiento de un embajador como un paso de “sentido común” hacia unas relaciones más productivas y ha asegurado que DeLaurentis –el diplomático de mayor rango hasta ahora en la embajada de EEUU en La Habana– es la mejor persona para ese puesto.

“No hay ningún funcionario más apto que Jeff para mejorar nuestra capacidad de dialogar con el pueblo cubano y hacer avanzar los intereses de EEUU en Cuba”, ha afirmado el presidente en un comunicado. “El liderazgo de Jeff ha sido crucial en la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba”. Ha añadido que “tener un embajador facilitará la defensa de nuestros intereses e incrementará nuestro entendimiento mutuo, a pesar de que sabemos que seguiremos teniendo diferencias con el gobierno cubano. Al no estar representados por un embajador solo nos perjudicamos a nosotros mismos”.

Este miércoles, Gustavo Machín, subdirector de Asuntos Estadounidenses en el Ministerio de Exteriores cubano, ha dado la “bienvenida” a la noticia y ha anunciado que aprovechará una reunión de una comisión bilateral este viernes en Washington para pedir más. “La delegación cubana mencionará la falta de avances en la esfera económica y comercial”, ha dicho Machín en La Habana. “Consideramos que las medidas adoptadas por el gobierno del presidente Obama son positivas pero aún insuficientes y limitadas”.

El representante cubano también ha dicho que Obama debería usar su poder ejecutivo para seguir reduciendo el embargo comercial impuesto a Cuba tras su revolución de 1959: “Si el presidente ha podido permitir inversiones en telecomunicaciones, ¿por qué no puede autorizar inversiones en otras áreas?”.

Marco Rubio no quiere “premiar” a los Castro

Al diplomático cubano de más alto rango en Washington, José Cabañas, ya le dieron el rango de embajador el año pasado.

Pero la batalla sobre “nuestro hombre en La Habana” ya está en camino. “Al igual que liberar a todos los terroristas de Guantánamo y enviar dinero de los contribuyentes estadounidenses al régimen iraní, premiar al gobierno de Castro con un embajador estadounidense es otro proyecto desesperado para que el presidente deje su huella y hay que pararlo”, ha defendido Marco Rubio.

“Un embajador estadounidense no va a influir en el gobierno cubano, que es un régimen dictatorial y cerrado. Esta designación no debería ir a ninguna parte hasta que el régimen de Castro promueva avances significativos e irreversibles en el ámbito de los derechos humanos y las libertades políticas para el pueblo cubano, y hasta que se aborden las preocupaciones por el robo de propiedades y los crímenes contra ciudadanos estadounidenses por parte del régimen cubano, que vienen de lejos”, ha sentenciado.

El senador Patrick Leahy, de Vermont, es el demócrata de mayor rango en la subcomisión que supervisa las operaciones del Departamento de Estado y de los servicios exteriores. Este parlamentario ha asumido una postura diferente: “DeLaurentis es un diplomático de carrera muy respetado por sus compañeros y por los demócratas y republicanos del Congreso por su inteligencia, su integridad y su consideración”.

“La decisión de restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba ha recibido un gran apoyo y el número de estadounidenses que viajan a Cuba está aumentando drásticamente”, ha valorado el senador. “Necesitamos un embajador que conozca Cuba, que sea respetado por el gobierno cubano y que defienda los intereses y valores de Estados Unidos. Jeff es esa persona. El pueblo cubano tiene su embajador en Washington. El pueblo estadounidense necesita su embajador en La Habana”.

Desde que se recuperaron las relaciones diplomáticas el 20 de julio del año pasado, DeLaurentis ha liderado las negociaciones con Cuba en cuestiones como los miles de millones de dólares que Estados Unidos reclama a Cuba por propiedades confiscadas durante la revolución.

El candidato republicano a la presidencia, Donald Trump, dijo hace unas semanas que, si es elegido, dará marcha atrás a los esfuerzos de reconciliación de Obama salvo que Cuba permita las libertades religiosas y libere a los prisioneros políticos.

Tras un bloqueo que el año pasado dejó en un limbo a numerosos aspirantes a embajadores, la situación ha mejorado mucho. Ocho de ellos esperan confirmación, de los cuales está previsto que cinco reciban confirmación esta semana, según Sigfússon.

Traducción de Jaime Sevilla Lorenzo

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