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The Guardian en español

Piden a Hillary Clinton que exija un recuento electoral en los estados clave

Los candidatos a la Presidencia de EE.UU. Hillary Clinton (d), del partido Demócrata, y Donald Trump (i), del partido Republicano, participan en el segundo debate presidencial, realizado en la Universidad de Washington en San Luis, Misuri (EE.UU.), este 9 de octubre de 2016.

Jon Swaine

Nueva York —

Cada vez más especialistas y activistas se están sumando a una petición para que se realice una auditoría en los estados que resultaron clave durante elecciones. Según creen, los resultados podrían haber sido manipulados por hackers extranjeros.

La coalición, que está instando a la campaña de Hillary Clinton a que se sume a su lucha, se está preparando para presentar un informe detallando sus preocupaciones a los presidentes de las comisiones del Congreso y a las autoridades federales. Esto sucederá a principios de la semana que viene, según han indicado dos personas que forman parte de esta iniciativa.

El documento, que ya tiene 18 páginas, centra sus preocupaciones en torno a los resultados en estados como Michigan, Pensilvania y Wisconsin.

“Quiero verificar la votación”, explica la doctora Barbara Simons, una asesora de la comisión de asistencia electoral de EEUU y experta en voto electrónico. “Necesitamos llevar a cabo auditorías post electorales”. Se cree que Simons ha contribuido al estudio de este caso, pero no ha querido detallar cuál ha sido exactamente su participación.

Un segundo grupo de analistas, encabezado por John Bonifaz –fundador de the National Voting Rights– y el profesor Alex Halderman –director del centro de seguridad informática y ciudadana de la Universidad de Michigan– también quiere una auditoría. Ambos han estado en contacto con Simons pero, al igual que la especialista, Bonifaz ha preferido no hacer declaraciones.

Todo esto se ha producido después de la inesperada derrota de Clinton ante Trump el pasado 8 de noviembre. También después de que los servicios de inteligencia de EEUU publicasen informes asegurando que hackers rusos estaban detrás de intrusiones en los sistemas informáticos electorales locales y del robo de mails a autoridades demócratas antes de las elecciones.

Después de que las encuestas de opinión la situasen por delante de Trump en los tres últimos meses antes de las elecciones, Clinton perdió por poco Pensilvania y Wisconsin. Quizá todavía pierda Michigan, estado en el que el resultado final todavía no es oficial.

En Wisconsin las sospechas se han centrado en victorias aparentemente desproporcionadas de Trump en los condados que usaban el voto electrónico, en comparación con aquellos que usaban sólo papeletas físicas. Las aparentes disparidades fueron ampliamente difundidas a principios de este mes por David Greenwald, un periodista de The Oregonian.

Sin embargo, Nate Silver –experto en encuestas y fundador de FiveThirtyEight– mostró serias dudas sobre esta teoría este martes. Según Silver, esa diferencia sospechosa desaparece cuando se tienen en cuenta aspectos como la raza y el nivel educativo, que son los que más regulan los flujos de voto del país. 

Silver y otros analistas electorales rechazan la idea de que el recuento de los estados bisagra afecte a las elecciones. Aún así, decenas de profesores especializados en ciberseguridad, defensa y comicios han firmado durante los dos últimos días una carta abierta dirigida a los líderes del congreso asegurando que están “profundamente preocupados” por anteriores intromisiones extranjeras y piden medidas inmediatas por parte de los legisladores.

“Nuestro país necesita una investigación parlamentaria pública y minuciosa sobre el papel que han jugado los poderes extranjeros en los meses anteriores a noviembre”, escriben los académicos en una carta, mientras apuntan que no están “cuestionando el resultado” de las elecciones.

Importantes parlamentarios como el senador Lindsey Graham de Carolina del Sur y el congresista de Meryland Elijah Cummings ya han pedido más investigaciones sobre la magnitud total de la intromisión rusa durante la campaña electoral. Expertos independientes e investigadores han mantenido conversaciones con demócratas y parte del equipo que trabajó en la campaña de Clinton para la Casa Blanca, para instarles a pedir oficialmente recuentos en los estados donde un candidato puede hacerlo.

La revista New York informó del que el jefe de la campaña de Clinton, John Podesta, mantuvo una conversación telefónica con activistas. Tanto Podesta como la presidenta en funciones del Comité Demócrata Nacional, Donna Brazile, han confesado en privado su preocupación acerca de la fiabilidad del resultado electoral. Así lo han confirmado dos fuentes cercanas a dichas conversaciones.

Al parecer, varias figuras importantes del Partido Demócrata se muestran muy reacias a sugerir que se produjeron irregularidades en el resultado porque Clinton y su equipo criticaron duramente a Trump durante la campaña por decir que los comicios podían estar “amañados” en su contra.

Sin embargo, otros sí que han hablado públicamente, como por ejemplo la hermana de Huma Abedin, la principal asesora de Clinton en la campaña. “Solo se necesita un desvío de 55.000 votos de Trump hacia Clinton en Pensilvania, Miami y Wisconsin para ganar”, dijo en Facebook, animando a la gente a pedir al departamento de justicia a que solicite una auditoría.

Alexandra Chalupa, exconsultora del Comité Demócrata Nacional que durante la campaña investigó los vínculos entre Moscú y el entonces jefe de campaña de Trump, Paul Manafort, también quiere que se realicen auditorías. “La persona que recibió más votos sin interferencias o amaños es la que tiene que ocupar el Despacho Oval. Puede que esa persona sea Donald Trump, pero se necesitan realizar las debidas indagaciones para asegurarnos de que la democracia estadounidense no está amenazada”.

Traducido por Cristina Armunia Berges

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