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The Guardian en español

La Policía dice que es “natural” sospechar más de los etíopes como delincuentes

Varios israelíes de origen etíope se manifiestan contra el racismo policial en abril de 2015.

Peter Beaumont

Jerusalén —

La máxima autoridad de la Policía israelí ha provocado indignación al insinuar que es “natural” que los agentes sospechen que los israelíes de origen etíope –al igual que los árabes– están más implicados en crímenes que otros israelíes.

El comisario de la Policía del país, Roni Alsheich, ha hecho esas declaraciones en respuesta a una pregunta en una conferencia del colegio de abogados de Israel. Ha dado a entender que hay investigaciones en todo el mundo que muestran que “los jóvenes y los inmigrantes” están implicados de forma desproporcionada en el crimen. Estos comentarios chocan con un creciente trasfondo de quejas de los judíos etíopes por la vigilancia policial a su comunidad –incluidas acusaciones de clara estigmatización por perfil étnico– que han llevado a protestas callejeras recientes.

Al preguntarle por las acusaciones de violencia de la Policía israelí contra los etíopes, Alsheich ha respondido: “En todos los estudios criminológicos del mundo, se ha demostrado que los inmigrantes están más implicados en delitos que otros ciudadanos, y eso no debería sorprendernos. Además, todos los informes manifiestan que los jóvenes están más relacionados con el crimen. Cuando estas dos cosas se unen, se crea una situación en la que una comunidad concreta está implicada en el crimen”.

“Este ha sido el caso en todas las oleadas de inmigración (a Israel). Si hay una comunidad que está más implicada en delitos –también respecto a los árabes o a Jerusalén Este, y las estadísticas son conocidas–, cuando un policía se encuentra con un sospechoso, es natural que su mente sospeche de él más que si fuera otra persona”, ha insistido.

Varios líderes de la comunidad etíope de Israel y representantes políticos han condenado de inmediato las palabras de Alsheich. El responsable de Tebeka –una organización que ha denunciado abusos policiales–, Fentahun Assefa-Dawit, ha pedido que se disculpe y ha acusado a Alsheich de “llamar en la práctica a los etíopes una comunidad criminal, lo que da legitimidad y un sello de aprobación al comportamiento racista de la Policía contra los israelíes etíopes y otros grupos”.

El problema del exceso de vigilancia policial a la comunidad etíope israelí estalló el año pasado, cuando se difundió un vídeo en el que la Policía asaltaba al soldado etíope-israelí Demas Fikadey, en un ataque aparentemente no provocado.

Gadi Yevarkan, activista involucrado en la organización de protestas contra aquel suceso, ha afirmado que Alsheich “no es particularmente inteligente al decir abiertamente que Israel es un país racista”. “No somos trabajadores migrantes, somos judíos que volvimos a nuestro país después de unos 2.500 años en el exilio”, ha manifestado. Ha añadido que ahora “es comprensible que los policías traten de forma violenta a las personas negras y a los árabes”.

Las declaraciones de Alsheich también han recibido las críticas del líder de la oposición del país, Isaac Herzog, que ha pedido al responsable de la Policía que “corrija y aclare sus afirmaciones, porque es intolerable que alguien entienda que es legítimo colocar a los ciudadanos etíopes o árabes bajo una vigilancia más estricta”.

El mito de la relación entre inmigración y crimen

La aseveración de Alsheich de que los inmigrantes en todo el mundo tienen mayores índices de comportamiento criminal se contradice con numerosos estudios que señalan que el supuesto vínculo entre la inmigración y el crimen es un mito. Un informe del año pasado del Consejo Americano de Inmigración determinó, de hecho, que los inmigrantes en Estados Unidos han tenido históricamente menos probabilidades de estar implicados en crímenes.

El problema del racismo en Israel –en especial el racismo institucional– ha adquirido más notoriedad últimamente. Lo pusieron de relieve a principios de este verano las declaraciones de la famosa modelo y actriz etíope-israelí Tahunia Rubel, que en junio calificó Israel como “uno de los países más racistas del mundo”. Añadió que “a la gente en Israel le resulta extraño ver a una mujer etíope que se comporta como una israelí”. Sus declaraciones fueron posteriores a unos comentarios racistas dirigidos a ella en la versión israelí de Gran Hermano.

Tras el conflicto por lo que ha dicho Roni Alsheich, la Policía del país ha publicado un comunicado en el que dice que el comisario no tenía intención de ofender y que ha admitido que la comunidad etíope de Israel ha sido “excesivamente vigilada”. “Para eliminar cualquier duda, las declaraciones hechas por el comisario de la Policía no tenían intención de ofender a los etíopes israelíes”, se puede leer en el texto.

El ministro de Seguridad Pública de Israel, Gilad Erdan, ha defendido a Alsheich. Ha dicho que sus declaraciones no defienden “el exceso de vigilancia” o la estigmatización por perfil étnico de los etíopes-israelíes. “Ha hecho exactamente lo contrario: ha afirmado de forma valiente que hay un problema con el que la Policía está lidiando”, ha defendido Erdan. “Estamos trabajando con miembros de la comunidad y con sus líderes para afrontar los errores del pasado”.

Sin embargo, la portavoz de la Policía, Meirav Lapidot, ha dicho en una radio militar que este tema tan sensible “se debería haber explicado de otra manera”.

Traducción de Jaime Sevilla Lorenzo

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