Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

The Guardian en español

Refugiados en Calais: el limbo de los menores no acompañados

Dos niños pequeños en el campamento de refugiados de Calais, ante la mirada de unos policías.

The Guardian

Karen McVeigh/ Mona Mahmood —

En la década de 1930, Alf Dubs se salvó de los nazis gracias a que pudo llegar al Reino Unido como un niño refugiado. Hoy senador por el Partido Laborista, Dubs está alertando por las desapariciones de menores no acompañados en un campamento de refugiados de las afueras de Calais.

Dubs ha pedido al Primer Ministro David Cameron que tome medidas urgentes para brindar salvoconductos a los niños refugiados pocos días después de que la policía del Reino Unido rescatara a un niño afgano de siete años que venía escondido en un camión desde el puerto francés. Lo salvaron gracias a un SMS del niño que los alertó de que se estaba asfixiando.

“La situación de estos chicos se está volviendo difícil y peligrosa, y es cada vez más crucial encontrarles un lugar seguro; la cifra de desaparecidos va en aumento en Calais y en otras zonas y eso es muy preocupante: estos niños están en peligro de ser reclutados por traficantes o forzados a la prostitución”, asegura Dubs.

Según un censo de la ONG Help Refugees, ya ha desaparecido un tercio de los 420 menores no acompañados en el campo de refugiados de Calais desde que las autoridades francesas demolieran la sección sur de “la jungla” el mes pasado. Europol advirtió en enero de que, desde su llegada a Europa en los últimos dos años, 10.000 niños en estado vulnerable habían desaparecido. Este martes, las autoridades alemanas han asegurado que en 2015 se registró la desaparición de casi 6.000 niños refugiados.

El gobierno de Cameron viene de sufrir una derrota en el Senado, donde fue aceptada la propuesta de Dubs de enmendar el proyecto de ley sobre inmigración para que 3.000 niños refugiados y solos en Europa puedan ingresar al Reino Unido. David Cameron se opone y dice que el Reino Unido, que ya se ha comprometido a aceptar 20.000 refugiados sirios para el año 2020, se está concentrando en ayudar a los refugiados antes de que lleguen a Europa.

Tarek y Marwan

Lord Alf Dubs llegó al Reino Unido en el Kindertransport, el transporte que ayudó a 10.000 niños a escapar de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Confía en que su enmienda también sea aprobada en la Cámara de Diputados cuando sea debatida.

“El Primer Ministro se mantiene firme en su postura de no querer aceptar más gente proveniente de Europa; pero la tranquilidad, la seguridad, y el bienestar de estos niños es más importante que la excusa teórica que usan para decir que esto provocará un efecto imán en los demás refugiados; 3.000 es una cifra pequeña; brindarles un lugar seguro no es mucho pedir”, dijo.

Según Dubs, la prioridad debería ser para los aproximadamente 150 chicos que están solos en Calais y que tienen parientes en el Reino Unido. En una visita al campamento de Calais en marzo, the Guardian pudo vislumbrar el caos, la incertidumbre y la miseria que sufren los niños en situación de vulnerabilidad, así como la falta de ayuda oficial o de urgencia con respecto a esta situación.

Marwan y Tarek son dos adolescentes de Daraa, donde comenzaron las revueltas sirias, con los que the Guardian habló en marzo. Cada uno por su lado, escaparon del conflicto que produjo la muerte de algunos familiares y la dispersión de otros. Los dos llegaron solos al campamento con la esperanza de que eso los acercaría a sus familiares en el Reino Unido.

Lo que encontraron fue una escala previa llena de gente nerviosa, de migrantes desesperados y refugiados de varias nacionalidades. Hay muy poca protección para los menores no acompañados traumatizados por la situación y, mucho menos, algún tipo de asesoría legal que ofrezca alternativas para no caer en manos de traficantes.

Tarek (15) “estaba muy contento” cuando llegó a Calais. “Estoy cerca de mi tío en Londres, pronto lo veré”, se dijo entonces. “Pero cuando llegué aquí, no era como lo esperaba. Es difícil. Estoy asustado. Hace frío y estoy hambriento”, le dijo a the Guardian durante aquel encuentro en marzo. Tarek también tiene un hermano en el Reino Unido. No sabe nada de sus padres desde hace tres meses; ni siquiera si están vivos o muertos. “No puedo comunicarme con ellos. No sé si les pasó algo. Pienso en ellos todo el tiempo”.

Por miedo al hostigamiento de los adultos, los dos jóvenes se volvieron inseparables en seguida. Muy pocas veces se animan a salir de su refugio de madera infestado de ratas sin acompañarse el uno al otro.

Marwan (17) es al menos 30 centímetros más alto que su amigo, tiene más confianza en sí mismo y la típica actitud desafiante del adolescente. Pero él también admite sentir miedo en el campamento, luego de que un familiar fuera atacado en un robo. Marwan no entiende por qué motivo su madre, que tiene la condición de refugiada en el Reino Unido y que lo visitó en el campamento en enero, no puede venir a buscarlo.

“Pensé que había venido a llevarme”, contó Marwan. “Me dijo: 'No, solo vine a verte. No puedo llevarte conmigo'. Me puse muy mal. Estoy desconsolado. Es una situación horrible. No puedo quedarme más en este lugar”. Cuando su madre llama por teléfono, Marwan rechaza hablar con ella. La culpa de la situación apremiante en la que se encuentra. “Desde el día en que se fue, siento que quedé traumatizado”, dijo Marwan. “Estoy muy apegado a mi madre y extraño mucho a mi pequeño hermano”.

Los dos adolescentes, así como otros 150 menores no acompañados de “la jungla” con familiares en el Reino Unido, tienen el derecho legal de que su solicitud de asilo sea evaluada en ese país bajo la ley europea de asilo conocida como reglamento de Dublín III. En su mayoría, los 150 menores son de origen sirio, muchos de ellos huérfanos, aunque también hay niños de Irak, de Afganistán, de Eritrea y de la etnia bidún en la región de Kuwait. Casi todos tienen al menos un miembro del núcleo familiar desaparecido o muerto. Algunos, a toda su familia.

Sin embargo, hasta el momento, solamente 15 niños han sido admitidos en el Reino Unido, después de que, en marzo, tres niños sirios se convirtieran en los primeros refugiados del campamento de Calais en recibir un salvoconducto legal conforme al reglamento de Dublín III.

“Al carajo Europa”

Abogados, ONGs, refugiados y grupos médicos opinan que este proceso sigue siendo demasiado largo y complejo. A las autoridades francesas les puede llevar hasta nueve meses enviar una petición de “háganse cargo” al Reino Unido para que se encarguen de la solicitud de asilo. Después hay otra espera hasta que el Ministerio del Interior británico tome una resolución y expida los documentos de viaje.

Según la abogada en Médicos Sin Fronteras (MSF) Agnès Lerolle, las autoridades francesas no están haciendo lo suficiente para ayudar a los niños a trasladarse del campamento hacia un lugar seguro.

“Estamos escandalizados de que haya tantos menores de edad en este lugar”, dijo Lerolle. “Las leyes existen para la reagrupación de menores con sus familias mediante la solicitud de asilo. Pero no son leyes prácticas y no parecen estar funcionando. Se debe buscar una nueva solución para el caso de los menores de edad. He discutido este problema con la prefectura y con France terre d'asile, una oficina de protección infantil francesa. Todos dicen estar preocupados. Pero los niños siguen aquí. Estos chicos parecen fuertes, pero en el fondo son muy frágiles”.

Mientras tanto, y en medio de la constante crisis internacional de refugiados, el miércoles se supo que había niños de hasta seis años y sin sus padres solicitando asilo en el Reino Unido. La noticia llegó al mismo tiempo que las autoridades locales presentaban pruebas a un comité del Senado sobre los menores de edad en busca de asilo.

Después de que the Guardian hablara con Tarek y con Marwan en marzo, el periódico averiguó que Tarek ya estaba viviendo en Londres. “Estoy muy contento de estar aquí, me enviarán a un centro para aprender inglés y pronto podré vivir con mi hermano”, dijo en una charla telefónica, desde un campamento para niños refugiados sin familia en Reino Unido. Tarek estaba triste y preocupado por haber dejado a su amigo en Calais.

Mientras tanto, la mamá de Marwan, Sara, se encuentra en Middlesborough, donde vive en un apartamento de dos habitaciones con su pequeña hija, y se desespera por su hijo. “Es evidente que Marwan está en una situación muy mala”, dijo Sara. “Tiene su temperamento y me preocupa que se pelee con alguien más grande. Le cuesta incluso conseguir un plato de comida, porque hay adultos que dicen ”no, yo estoy primero y después tú“. Es un lugar sucio y hace frío; ni siquiera puede darse una ducha. Cada vez que lo llamo por teléfono, se echa a llorar. Es una situación muy difícil”.

Entre lágrimas, Sara cuenta que en junio de 2015 presentó la primera solicitud para reunirse con Marwan, cuando ella se encontraba en Turquía con su esposo y su hija menor de cuatro años. Desde entonces, han presentado la solicitud nuevamente. Hasta ahora se la han rechazado por errores en el formulario. “Me siento terriblemente mal, parezco una mujer histérica; lloro en la calle todo el tiempo. Quiero a mis hijos, los extraño y no puedo seguir sin ellos. Me siento desamparada”.

Los abogados de la ONG Citizens UK aseguran que agotarán todas las instancias legales para reunir a Marwan y al resto de los niños que quedan en Calais con sus respectivas familias en el Reino Unido. Según la abogada del Islington Law Centre, Roopa Tanna, “en lo que respecta a Marwan, su mamá tiene condición de refugiada y tiene el derecho de reunirse con su esposo y sus hijos”: “Parece algo muy simple, pero no lo es”.

Marwan se siente cada día más frustrado por su situación en el campamento de Calais. Si no puede entrar al Reino Unido, dijo, su plan es viajar a Turquía. “Sueño con volver para tener mi vida de nuevo en Siria”, declaró Marwan. “Al carajo Inglaterra. Al carajo Europa”.

Según la psiquiatra de MSF, Elizabeth Hoffman, tras la demolición parcial del campamento aumentó el número de traumas, agresiones y comportamientos erráticos y violentos entre los migrantes de Calais. Hoffman estima que por lo menos 1 de cada 10 adolescentes se hace daño a sí mismo. “No hemos realizado un estudio científico, pero los casos de los que conocemos parecen indicar que podrían llegar hasta el 10% de los adolescentes”.

Cuando the Guardian le consultó al Ministerio del Interior del Reino Unido qué medidas estaba tomando para acelerar la reagrupación familiar de los menores no acompañados de Calais, el ministro de Inmigración, James Brokenshire, dijo: “Francia y el Reino Unido están trabajando en conjunto para garantizar que los niños que se encuentran en Francia y que tienen el derecho de reunirse con su familia en el Reino Unido sean identificados y reciban ayuda a través del proceso de asilo y de reagrupación familiar. Para mejorar el funcionamiento del reglamento de Dublín III entre nuestros dos países y, en particular, para ayudar en el manejo de los casos de reagrupación familiar, hemos establecido un grupo de contacto de nivel oficial permanente y hemos enviado un experto en solicitudes de asilo a Francia para que trabaje junto al ministro del interior francés”.

Los nombres de Marwan, Tarek y Sara han sido modificados para preservar sus identidades.

Traducción de Francisco de Zárate

Etiquetas
stats