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The Guardian en español

Los británicos están acabando con la paciencia de la UE

David Davis se hace de rogar con Michel Barnier.

Jennifer Rankin

Bruselas —

Los británicos están acabando con la paciencia de la Unión Europea, según demuestran las tensas declaraciones de líderes comunitarios en el marco de la tercera ronda de conversaciones sobre el Brexit, iniciada este lunes en Bruselas.

Reino Unido insiste en negociar la relación comercial con el bloque y pide flexibilidad a la UE, que quiere cerrar primero otros temas, como la factura de la salida del bloque y los derechos de los ciudadanos comunitarios.

El negociador jefe de la Unión Europea para el Brexit, Michel Barnier, está preocupado por el progreso de las discusiones y ha instado a Reino Unido a empezar a “negociar seriamente”.

Barnier afirmó que agradece los documentos expositivos del Gobierno británico, los cuales se han leído “muy cuidadosamente” en Bruselas. Pero en la rueda de prensa, al lado de Davis, indicó que quiere que Reino Unido diga la verdad sobre cuánto está dispuesto a pagar en relación a su factura de salida.

El negociador jefe de la UE cree que lo que ha hecho Reino Unido hasta ahora no es suficiente: “Necesitamos la posición de Gran Bretaña en todos los asuntos de la separación. Es necesario para lograr el progreso suficiente. Tenemos que empezar a negociar seriamente. Necesitamos documentos británicos claros para poder tener unas negociaciones constructivas. Y cuanto antes eliminemos la ambigüedad, antes estaremos en posición de discutir la futura relación y pasaremos a un periodo transicional”.

Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, repitió el mismo mensaje este martes, cuando afirmó ante diplomáticos de la Unión Europea que estaba decepcionado con el punto de vista del Gobierno británico a las negociaciones. “He leído con atención todos los documentos expositivos del Gobierno británico, pero ninguno de ellos me ha satisfecho realmente, por lo que hay una gran cantidad de preguntas que necesitan respuesta”, aseguró.

Los líderes europeos coinciden en que Reino Unido debe avanzar en tres asuntos de la separación antes de que las conversaciones puedan pasar a los asuntos comerciales. El mandato de Barnier establece que Reino Unido debe llegar a un acuerdo sobre la factura económica de la salida, la frontera irlandesa y los derechos de los ciudadanos comunitarios antes de empezar a discutir una futura relación con la Unión Europea.

Davis ha repetido en varias ocasiones que el calendario de la Unión Europea es “inflexible”. Al entrar en las conversaciones, el emisario británico insistió en su petición a la UE para que muestre “imaginación” en la organización de las negociaciones.

“Para Reino Unido, la clave de la próxima semana es impulsar la discusión técnica que se avecina en todos los asuntos. Queremos cerrar los puntos en los que estamos de acuerdo, desmontar los asuntos en los que no lo estamos y progresar en el conjunto total. Para lograrlo, necesitamos flexibilidad e ingenio de ambos lados”, propuso Davis.

Davis volvió a Londres el lunes por la noche tras una hora de conversaciones con Barnier y un día de reuniones con representantes británicos. El ministro británico estará de nuevo en Bruselas este miércoles. Más de 100 representantes británicos participarán en esta tercera ronda de conversaciones, dedicada a los tres asuntos de la separación y a problemas técnicos tales como la movilidad transfronteriza de bienes.

Francia se mantiene firme

Antes de que empezaran las negociaciones, fuentes del Elíseo criticaron las insinuaciones sobre una posible marcha atrás de la Unión Europea liderada por Francia. Según algunas informaciones del lunes, Francia aboga por empezar las conversaciones comerciales en octubre, rompiendo así el bloqueo sobre el calendario.

De acuerdo con estas informaciones, Francia propuso a Reino Unido pagar 10.000 millones de euros al año a los presupuestos de la Unión Europea durante un periodo de transición de tres años y seguir aceptando la legislación comunitaria. Entonces se permitiría a Reino Unido pasar a las conversaciones sobre comercio en octubre. Charles Grant, director del Centre for European Reform, afirmó algo similar en un artículo de opinión en the Guardian, señalando que los “intransigentes” en torno a Barnier están bloqueando esta opción.

Sin embargo, fuentes del Elíseo niegan esta idea. Las “acusaciones” en The Telegraph no estaban basadas en nada y no se corresponden con la realidad, afirma una fuente, que añade que Francia “apoya por completo” el mandato que los líderes de la Unión Europea han dado a Barnier.

Un alto cargo francés denuncia que las acusaciones no son justas. “No me lo puedo creer”, señala. En una reunión reciente de cara a esta última ronda de conversaciones, los franceses han sido “extremadamente duros”, afirmando que se debe “respetar estrictamente el proceso”.

La historia sorprendió a los observadores en Bruselas, ya que Francia ha jugado un papel fundamental en estructurar el mandato negociador de la Unión Europea. Barnier, exministro francés, fue elegido por el expresidente François Hollande para liderar las negociaciones del Brexit.

La cifra de 10.000 millones de euros anuales corresponde al agujero negro que dejará el Brexit en las cuentas de la UE. Además, representantes europeos están estudiando si Reino Unido podría seguir contribuyendo a los presupuestos de la Unión Europea hasta 2020. Esta es una forma de suavizar la factura del Brexit, dado que Reino Unido podría presentarlo como el precio del acceso al mercado único. Asimismo, la Unión Europea podría evitar el dolor de cabeza que supondría intentar encontrar los fondos para sustituir la contribución de Reino Unido.

Está programado que Reino Unido deje la Unión Europea en marzo de 2019, 21 meses antes del final de presupuesto de siete años acordado por David Cameron. Pero, a ojos de los negociadores de la UE, los pagos presupuestarios no cubrirían todas las obligaciones de Reino Unido. Bruselas cree que el total de la factura del Brexit es mucho mayor, con estimaciones de unos 75.000 millones de euros, incluidas las obligaciones de Reino Unido en las pensiones y las facturas pendientes de pagar.

Davis se negará a anunciar cuánto cree que Reino Unido está dispuesto a pagar, a pesar de haber admitido que el país tiene “obligaciones” por sus 44 años de pertenencia en la Unión.

Hasta ahora, los Estados miembros de la UE están de acuerdo en que Reino Unido debería pagar por lo que se consideran “obligaciones británicas” y no tienen prisa por lograr un pacto de salida en octubre. Aunque los británicos esperaban llegar a un acuerdo a principios de otoño, un diplomático de la UE afirma que muchos países están dispuestos a esperar hasta finales de año. “Estamos listos para dejar pasar la fecha límite de octubre”.

Traducido por Javier Biosca Azcoiti

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