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¿Por qué los terroristas están atacando escuelas y universidades?

Boko Haram ha convertido a las escuelas en su objetivo prioritario

The Guardian

Jason Burke —

En los últimos 13 meses se han sucedido una serie de cruentos ataques a escuelas, institutos y universidades. Este miércoles, un grupo de suicidas ha perpetrado un atentado terrorista en el noroeste de Pakistán, justo un año después de que el mismo grupo atacase contra un colegio a apenas 48 kilómetros de distancia, asesinando a 150 personas, en su mayoría niños. En el pasado abril, 147 civiles murieron en una masacre a una universidad del norte de Kenya cometida por el movimiento yihadista de Somalia, Al-Shabaab.

Además, se han registrado otros cientos, o puede que miles, de incidentes violentos dirigidos contra instituciones educativas, profesores o estudiantes en todo el mundo que no han recibido atención mediática. ¿Por qué los terroristas atacan ahora este tipo de objetivos? La primera respuesta evidente es porque pueden. Normalmente las escuelas no cuentan con protección. Las embajadas, bases militares e incluso los hoteles se han convertido, después de una década y media de oleadas de violencia terrorista a lo largo del planeta, en un blanco más difícil de atacar. 

Pero también existen otros motivos. La razón de ser del terrorismo es minar la legitimidad y autoridad de un país. En muchos puntos del globo, las escuelas locales son la única representación tangible de un Estado. El otro objetivo es simplemente paralizar la educación, tanto de niñas como de niños, aunque la razón anterior tiende a provocar una reacción mayor. En 2012, los talibanes paquistaníes intentaron asesinar a una estudiante de 15 años, Malala Yousufzai, que ha terminado convirtiéndose en un símbolo internacional.

Una finalidad más pragmática sería la de mandar un mensaje a los políticos o incluso a la población civil. Lo que es cierto es que estos ataques están aumentando. Los datos recopilados por la Universidad de Maryland en EEUU muestran un dramático ascenso de violencia dirigida contra las escuelas, desde la masacre de más de 300 personas, incluyendo a 186 niños, en un colegio de Beslán, al sur de Rusia, en 2004.

Esto es fácilmente explicable. Tiene relación directa con la intensificación general del terrorismo durante este periodo. La proporción de los ataques a instituciones educativas -entre el 3% y el 5%- apenas ha variado. Aunque, de nuevo, refleja una tendencia generalizada a que los atentados sean ahora mucho más letales. 

De acuerdo con otro estudio reciente de la Universidad de Maryland, los “incidentes terroristas masivos” -definidos como aquellos en los que más de 100 personas son asesinadas a manos de los terroristas en un mismo país y un mismo día- ocurrieron cuatro veces al año según la media contrastada entre 1978 y 2013. En 2014, fueron 26. En 2015, el número es similar o mayor, dependiendo de cuántas de estas masacres fueron perpetradas por el Estado Islámico o Boko Haram, el movimiento extremista que opera en el noreste de Nigeria.

Boko Haram ha establecido los colegios y los estudiantes como su objetivo prioritario, como en el infame caso de las 276 alumnas secuestradas en 2014. Las autoridades nigerianas siguen sin conocer el paradero de las chicas.

Traducción por: Mónica Zas

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