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The Guardian en español

El opositor y cantante pop Bobi Wine se dirige al pueblo ugandés tras su regreso de EEUU

Un grupo de ciudadanos de Uganda que residen en Kenia participan en una protesta contra la detención del político y músico ugandés

Jason Burke

Bobi Wine, el cantante pop ugandés convertido en líder de la oposición, fue detenido unos minutos después de llegar a casa procedente de EEUU en lo que, al parecer, fue un procedimiento normal de la policía. Fue separado del resto de pasajeros antes de llegar al control de inmigración y no se le permitió ver a sus abogados antes de que la policía lo metiese en un vehículo que le esperaba en el aeropuerto internacional de Entebbe.

Una autoridad gubernamental asegura que a Wine solo se le ha dado “las garantías habituales de seguridad y protección que ofrecemos a todos los pasajeros y líderes de su nivel”. La misma autoridad ha dicho que su regreso “no debería ser un problema”.

Bobi Wine es una estrella del pop ugandesa convertido en opositor político. El mes pasado, recibió una paliza a manos de soldados, algo que provocó una oleada de protestas masivas en su país. Wine ha asegurado que este jueves regresará a casa para demostrar que “el poder del pueblo es mayor que el de las personas que están en el poder”.

Wine, cuyo nombre real es Robert Kyagulanyi Ssentamu, volará desde EEUU, país en el que ha recibido tratamiento médico. “Si pienso en los peligros a los que me enfrento, es una locura volver. Pero quiero estar en casa. Hay 40 millones de personas que necesitan esperanza, así que volveré pase lo que pase”, dijo a The Guardian.

El excantante, que fue elegido para el Parlamento el año pasado, se ha convertido en una voz influyente con sus llamamientos para que los jóvenes del país del este de África se levanten y tomen el relevo de un “liderazgo fallido”.

Wine fue detenido después de que la comitiva del presidente de Uganda, Yoweri Museveni, fuera apedreada en la ciudad del norte de Arua durante la campaña electoral del mes pasado.

El joven de 36 años fue golpeado, recluido en un cuartel militar sin la atención médica necesaria y después lo llevaron ante un tribunal acusado de traición. Su conductor fue asesinado a tiros. Después de eso, Wine pidió a sus seguidores que “protestasen, votasen y se ayudasen”, pero sin hacer cosas ilegales.

“El mensaje es que la cosa no va solo de Bobi Wine, es cosa de todos”, explicó. “Las protestas, votar y la reunión son todos derechos constitucionales. El señor Museveni debería entender que no hay nada tan poderoso como una idea cuyo momento ha llegado... el 80% de los ugandeses nunca ha conocido a otro líder. La suerte está echada”.

Una población joven

La población de Uganda es una de las más jóvenes del mundo, con más de dos tercios de menores de 24 años. En su Twitter, Wine dice que es “un niño del gueto que tiene algo que decir a través de la música”. Muchas de sus canciones tratan de cuestiones sociales y políticas, pidiendo a los jóvenes de a pie que hagan algo para mejorar sus vidas y su país.

Las autoridades de Uganda niegan las acusaciones de agresión y acusan a Wine de haber obtenido financiación de organizaciones extranjeras. Él dijo que esas acusaciones eran un “insulto”.

Más de 80 artistas, activistas y políticos firmaron una declaración condenando el ataque a Wine. Entre ellos se encontraban Chris Martin, Chrissie Hynde, Brian Eno y Damon Albarn, así como músicos africanos como Femi Kuti. También hubo protestas en otros países de África, en Reino Unido y en EEUU.

“Me sentí abrumado por el apoyo, sobre todo cuando estuve encarcelado e incomunicado. El pueblo ugandés y el enorme apoyo de todo el mundo me hicieron sentir muy honrado. Ahora sabemos que no estamos solos”, comenta.

Los especialistas creen que es muy probable que las autoridades en Uganda no esperasen su regreso cuando le permitieron volar a EEUU.

Museveni, que tomó el poder en 1986 y es un aliado clave de la seguridad de EEUU, en los últimos años se ha vuelto cada vez más autoritario. El presidente de 74 años puede solicitar la reelección en 2021 porque el Parlamento aprobó una legislación el año pasado que eliminaba una cláusula de la Constitución que impedía que cualquier persona mayor de 75 años ocupara la presidencia.

Las manifestaciones posteriores a la detención de Wine fueron reprimidas por la policía y las fuerzas de seguridad. Tres personas murieron y unas 100 fueron arrestadas. Wine pidió a la comunidad internacional que “defienda las normas que predica”.

“Han sido copartícipes del crimen con el régimen de Uganda durante tanto tiempo... deben saber que la injusticia en cualquier parte del mundo es una amenaza para la justicia en todas partes”, añadió.

EEUU, la UE y Reino Unido han criticado el trato que ha recibido Wine, una señal de que el antiguo apoyo al país puede estar disminuyendo a medida que los observadores internacionales se preocupan por la inestabilidad creciente.

No se tiene claro cómo reaccionarán las autoridades si, como se espera, miles de personas acuden en masa al aeropuerto de Entebbe. El mes que viene Wine será juzgado por traición. Un veredicto de culpabilidad podría resultar en una pena de muerte. Su salud ha mejorado, pero aún necesita un bastón para caminar.

“La verdad es que tengo miedo. Mi familia está asustada, mi esposa está asustada, mi gente está asustada. Me han hecho cosas terribles y sé que todavía pueden hacerlo”. Wine se ha comparado con Macron y no oculta sus ambiciones presidenciales. Sin embargo, el cantante es muy polémico y se ha enfrentado a acusaciones de homofobia.

Los expertos ya habían pronosticado desde hace tiempo las tensiones políticas en Uganda. “El descontento popular está creciendo por el aparente deseo del presidente de permanecer en el poder mientras se deterioran la gobernanza, la economía y la seguridad. Uganda no está en peligro de una guerra civil ni de violencia rebelde, pero corre el riesgo de caer en una crisis política que podría poner en peligro la estabilidad que tanto le costó conseguir”, advirtió el año pasado el International Crisis Group.

Traducido por Cristina Armunia Berges

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