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The Guardian en español

El gorila 'casi humano' que bebía té e iba a la escuela

John Daniel bebía té, gaseosa y sidra

Mark Smith

John Daniel no fue un gorila común. Para empezar, se llamaba John Daniel. Tenía su propia habitación, bebía té y sidra y, al parecer, lavaba sus propios platos. Un nuevo libro publicado por una historiadora de Gloucestershire cuenta la extraordinaria historia del pueblo que adoptó a su propio gorila hace un siglo.

Margaret Groom, una archivista de la Uley Society, descubrió una colección de fotografías de John que ahora ha sido publicada en su libro sobre la historia de este pueblo.

El libro relata la historia de cómo los habitantes de Uley adoptaron a un gorila occidental de las tierras bajas después de que fuera capturado en Gabón por soldados franceses que mataron a sus padres. En 1917, el vecino de Uley Maj Rupert Penny compró al gorila en unos grandes almacenes de Londres por unas 300 libras (unos 23.500 euros de hoy en día) y lo llamó John Daniel.

La hermana de Penny, Alyce Cunningham, crió a John como a un niño. Además, solía mandarlo a pasear con los demás alumnos de la escuela del pueblo.

En una entrevista para the Gloucesteshire Live Groom contó que “hasta hace poco, había gente en el pueblo que lo recordaba caminando con el resto de los niños. Solía ir a los jardines y comerse las rosas”. Cuenta también que los niños “le llevaban en carretilla y que incluso sabía a qué casa ir cuando quería buena sidra. A menudo iba a pedir una taza”.

“Le fascinaba el zapatero del pueblo e iba a verle reparar zapatos. Tenía su propio dormitorio, utilizaba los interruptores de la luz y el baño, hacía su cama y ayudaba a lavar platos”, según cuenta.

Al parecer, Cunningham también lo llevaba a su casa de Londres en Sloane Street. Allí acudía a sus cenas nocturnas y bebía tazas de té por las tardes. Pero la historia de John Daniel tiene un final triste. “Cuando alcanzó su tamaño adulto, la señora Cunningham ya no podía cuidar de él”, explica Groom. “Finalmente lo vendió a un estadounidense creyendo que lo enviarían a una casa en Florida”.

En su lugar, cayó en las manos de los circos Barnum y Bailey, y también fue exhibido en el zoo Madison Square Garden en Nueva York, donde su salud se deterioró. Se creía que echaba de menos a su antigua “madre”. Cunningham, alertada por el zoo, zarpó inmediatamente, pero John Daniel murió de neumonía antes de que ella llegase.

Su cuerpo fue entregado al Museo Nacional de Historia Natura para su conservación y fue exhibido en el museo de Nueva York en 1922, donde todavía permanece. John Daniel será el protagonista de las muestras de arte que se llevarán a cabo este año en el Prema Arts Centre en Uley.

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