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The Guardian en español

El emotivo reencuentro entre familiares coreanos separados por la guerra: “Gracias por estar vivo”

Imagen del 1 de noviembre de 2010 en la que aparecen coreanos de ambos lados de la frontera despidiéndose tras los reencuentros familiares.

Benjamin Haas

Seúl —

Lee Su-nam experimentó las mayores emociones de su vida la tarde del 25 de julio. Estaba sentado en la sala, hablando con su hija, cuando sonó el teléfono. La conversación no duró más de un minuto, pero a Lee le informaron que su hermano mayor, a quien él creía muerto desde hacía años, estaba vivo y residía en Corea del Norte.

La última vez que Lee vio a su hermano, Lee Jong-seong, fue en agosto de 1950, un día que recuerda por el calor y lo maduros que estaban los melocotones en los árboles. Mientras el ejército de Corea del Norte se acercaba a Seúl, los padres de Lee decidieron enviar a su hijo mayor lejos por miedo de que lo obligaran a unirse al ejército comunista si se quedaba allí. El joven fue capturado en la carretera y la familia pasó los siguientes 68 años creyendo que había muerto en la guerra de Corea.

Desde principios de año, la relación entre Corea del Norte y Corea del Sur ha mejorado radicalmente y, como parte del proceso de reconciliación, esta semana ambos lados han organizado reencuentros de familias que han pasado décadas separadas.

Estos reencuentros son los primeros desde 2015, pero las personas involucradas no saben bien qué esperar. Lee Su-nam sólo tiene un papel que le confirma la edad de su hermano, 86, y que está vivo. También menciona a una esposa y un hijo, y un comentario prometedor aunque difícil de descifrar sobre más familiares que también podrían vivir en el Norte.

“Lo primero que le diré a mi hermano será: 'Gracias por estar vivo’”, aseguraba Lee, de 76 años, antes de viajar al norte. Mientras, muestra viejas fotografías familiares sobre la mesa de la cocina. “Pero también sé que debo ser cuidadoso. Hay muchas cosas que sé que no podemos mencionar por la política del Norte”. “Hemos pasado muchos años separados sin ningún contacto. Va a llevar un tiempo que desaparezcan las diferencias entre nosotros”.

Corea del Sur ha enviado a 93 personas al Monte Kumgang, una región turística de Corea del Norte, después de que más de 132.000 surcoreanos se apuntaran a poder ver a familiares de los que han sido separados hace años. El grupo de Corea del Sur se reunió con sus familias entre el 20 y el 22 de agosto, y los norcoreanos lo harán con sus familias en el sur entre el 24 y el 26 de agosto. De todas las personas que se han apuntado, la Cruz Roja de Corea del Norte sólo ha podido identificar a menos de la mitad, unos 57.000, que todavía están vivos.

Estos reencuentros familiares han sido utilizados en el pasado como un primer paso en la reconstrucción de la relación entre ambos lados, pero a medida que pasa el tiempo, las personas que pueden recordar a sus familiares se hacen mayores y muchos han fallecido. Desde el año 2000, se han producido 20 reencuentros –el último fue en octubre de 2015, antes de que la relación entre ambos lados se deteriorara–.

“Me sentiré feliz y triste a la vez”

Este reencuentro llega en un momento en que están desapareciendo las esperanzas de que la diplomacia pueda lograr que Corea del Norte haga concesiones respecto a su programa nuclear.

“Nadie es optimista respecto de una reunificación, pero para Corea del Sur es importante poder convivir pacíficamente”, afirma Vipin Narang, profesor de Ciencia Política en el Instituto Tecnológico de Massachusetts. “Corea del Sur estará mucho más cómoda viviendo con una Corea del Norte nuclear si hay intercambios positivos y las autoridades son mucho más realistas sobre los posibles desenlaces ahora que se ha congelado el proceso con Estados Unidos”.

“Estos pueden parecer pequeños gestos de buena voluntad, pero son una parte importante del proceso de reconstrucción de la confianza al que Corea del Norte se ha comprometido”, añade.

Lee ha vivido toda su vida en el mismo barrio. Fue al mismo instituto al que fue su desaparecido hermano mayor y su entorno le recuerda constantemente la familia feliz que destruyó la guerra.

Sin embargo, recuerdos como estos son cada vez más inusuales, ya que las generaciones jóvenes de Corea del Sur están enfocadas en el crecimiento económico y en la lucha por la igualdad de género, y no en la reunificación de la península. El grupo de surcoreanos que viaja al Norte incluye un hombre de 101 años y una mujer de 100 y más de un tercio de las personas tiene más de 90 años.

Esta serie de reencuentros podría ser la única vez que estas familias se vean cara a cara y Lee no sabe si en el futuro podrá intercambiar correspondencia con su hermano. “Cuando le vea, me sentiré feliz y triste a la vez”, aseguraba Lee antes del encuentro. “Estaré triste porque no hay garantías de que nos volvamos a ver”.

Información adicional de Junho Lee.

Traducido por Lucía Balducci

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