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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

The Guardian en español

El sexo oral no es violación en Oklahoma si la víctima está borracha

La ley local tiene un agujero legal en los casos en los que la mujer no puede dar consentimiento.

Molly Redden

Un tribunal de Oklahoma dejó atónitos a los fiscales locales al declarar que, según las leyes del Estado, el sexo oral no se considera delito si la víctima está completamente inconsciente.

La decisión unánime del tribunal criminal de apelaciones del Estado está generando indignación entre los que creen que el sistema judicial se empeña en culpar a las víctimas aferrándose a conceptos anticuados acerca de la violación. Para los expertos en leyes y los defensores de las víctimas, el fallo es signo de algo aún mayor: la difícil brecha que hay entre la confusa mezcla de leyes nacionales y las ideas en constante evolución sobre la violación y el consentimiento.

En el caso de Oklahoma, se alegaba que un joven de 17 años había atacado a una chica de 16, tras ofrecerse a llevarla a casa. Los dos habían estado bebiendo en un parque de Tulsa con un grupo de amigos hasta que se hizo evidente que la chica estaba en un estado de ebriedad extrema. Los testigos recordaron que hubo que cargar a la chica hasta el coche del acusado. Otro muchacho, que viajó un pequeño tramo en ese mismo coche, recordó que la joven perdía y recobraba la conciencia intermitentemente.

El acusado llevó después a la joven hasta la casa de su abuela. Ella aún se encontraba inconsciente cuando fue ingresada al hospital, donde una prueba reveló que su índice de alcoholemia era mayor a 0,34 gramos por litro en sangre. La chica despertó mientras el personal médico le realizaba un examen por abuso sexual.

Los resultados confirmaron más tarde que el ADN encontrado en la parte posterior de la pierna de la chica y alrededor de su boca pertenecía al joven acusado. El muchacho le aseguró a los investigadores que la chica le había dado su consentimiento para practicar sexo oral. La joven dijo que no recordaba nada de lo ocurrido tras dejar el parque y los fiscales del condado de Tulsa levantaron cargos contra el joven por sodomía oral forzada.

Pero el juez desestimó la causa. Y, el 24 de marzo, el fallo del tribunal de apelaciones ratificó que los fiscales no podían aplicar la ley a una víctima incapacitada por el alcohol. “La sodomía forzada no se puede aplicar cuando la víctima se encuentra completamente inconsciente debido a su estado de ebriedad en el momento del acto de sexo oral”, decía el fallo.

Según el tribunal, se llegó a ese razonamiento porque el estatuto enumera varias circunstancias en las que se considera la utilización de la fuerza pero no dice nada sobre víctimas incapacitadas debido a la ingesta de alcohol. “De ninguna manera vamos a ampliar un estatuto más allá de lo que está escrito sólo para justificar el procesamiento de una persona por un delito”.

¿Culpa de los jueces o de la ley?

Al fiscal de distrito del condado de Tulsa a cargo del caso, Benjamin Fu, la decisión lo dejó “completamente anonadado”. “El significado llano de la sodomía oral forzada, de usar la fuerza, incluye aprovecharse de una víctima que está demasiado ebria para dar su consentimiento”, dijo.

“No creo que nadie, hasta ese día, creyera que el estado de la ley señalara que este tipo de conducta fuera ambigua y mucho menos legal. Y no creo que la ley tuviera un vacío legal hasta que el tribunal decidió que lo tenía”. Según Fu, centrarse en los motivos por los que la chica no fue capaz de dar su consentimiento es una forma de culpar a la víctima.

Sin embargo hay expertos en leyes que no ven error en el tribunal de apelaciones. Según ellos, la decisión del tribunal es una llamada de atención a los legisladores para que actualicen las leyes de Oklahoma.

De acuerdo con la experta en legislación sobre violación y decana de la escuela de derecho de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, Michelle Anderson, el fallo es “adecuado” pero la ley “arcaica”. “Esto es un toque de atención para que la legislatura cambie un estatuto que está completamente fuera de sintonía con lo que otros Estados han hecho sobre el tema y con lo que debería hacer Oklahoma”. En su opinión, “el fallo genera un vacío legal tan grande para el abuso sexual que no tiene sentido”.

Jennifer Gentile Long, líder de Aequitas (un grupo que asesora a fiscales en casos de violencia sexual y de género) coincide con Anderson. En su opinión las leyes de Oklahoma son el claro ejemplo de que, en algunos lugares, aún hay un gran abismo entre las leyes y los conceptos más evolucionados acerca del consentimiento y la libertad sexual.

Según Long, aunque Oklahoma tiene un estatuto aparte para proteger a las víctimas de violación cuyo estado de ebriedad les impide dar su consentimiento a relaciones sexuales vaginales o anales, “todavía hay huecos en la forma en la que se redactan las leyes, que permiten que algunos casos queden en la nada”. En su opinión, “este caso podría ser uno de esos” porque no hubo violación vaginal sino oral.

Tras el fallo del tribunal, Fu dijo que pedirá a los legisladores un cambio en el código. Según Anderson, varios Estados han empezado a revisar ampliamente sus leyes en los últimos años para adaptarlas a la forma en que es entendida hoy: “Se reconoce que los valores sociales han cambiado y ahora las leyes deberían tratar de proteger la autonomía sexual, en lugar de la moralidad sexual”.

Muy a menudo, las leyes cambian después de protestas contra fallos judiciales poco populares. Si bien el tribunal de apelaciones de Oklahoma se negó a sentar precedente con el fallo, Fu dijo que otros acusados en otras partes de Oklahoma están utilizando el mismo argumento.

La abogada del acusado, Shannon McMurray, no quiso hacer comentarios a The Guardian. En una declaración para el periódico que dio la primicia del fallo, el Oklahoma Watch, McMurray dijo que los fiscales estaban claramente equivocados al acusar al joven por sodomía forzada y no por el delito menor de tocamientos sin consentimiento. “No hubo evidencia alguna que demostrara que el joven había utilizado la fuerza o cualquier otro método para obligar a esta chica a practicarle sexo oral, salvo que la joven estaba demasiado ebria para dar su consentimiento”, dijo.

Traducción de Francisco de Zárate

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