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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Cifuentes, Madrid y el poder

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, en la Asamblea de Madrid

Guillermo Zapata

1.- En una de las escenas más recordadas de la primera temporada de Juego de Tronos, Meñique intenta explicarle a Cersei Lannister la naturaleza del poder. Le dice “El conocimiento es poder”.

Inmediatamente después, Cersei le indica a sus guardias que capturen a Meñique y que le rajen el cuello. Justo cuando van a hacerlo, la propia Cersei cambia de opinión y les ordena que no lo hagan. Los guardas se paran en seco. Ante la aterrada mirada de Meñique, Cersei le recuerda que “el poder es poder”.

El poder es siempre “poder hacer”. Si no puedes hacer nada con lo que sabes, saberlo no es poder. Saber todo lo que sabemos sobre el falso máster de Cifuentes no es suficiente cuando saber no es poder.

2.- El Gobierno del PP en la Comunidad de Madrid está agotado. La mitad de los diputados que iniciaron la legislatura ha tenido que dimitir, la maquinaria del partido dedica todo su tiempo a contener la sangría sin poder gobernar de cara a la ciudadanía. Cifuentes contenía esa inacción con una maquinaria comunicativa constante basada en selfies, presidencialismo y una imagen rebelde que pretendía alejarla del Partido Popular en el que lleva toda la vida. “Yo no soy una princesa, soy una Khaleesi” decía una de sus camisetas, ejemplo perfecto de la meticulosa construcción de un personaje de ficción.

Podríamos analizar lo sucedido estos días como la sombra de ese propio proceso. La enorme gravedad de los hechos objetivos en relación al máster se multiplica gracias a una gestión calamitosa de ese propio personaje. Lo que ha sucedido es que el “personaje Cifuentes” ha dejado de funcionar y con su caída ha caído toda la estrategia comunicativa del Gobierno, es decir, la política misma del PP en esta legislatura.

3.- El PSOE ha presentado una moción de censura que Podemos ha indicado que apoyará sin entrar en el potencial gobierno que salga de la misma. La acción del PSOE sirve fundamentalmente para una cosa: determinar un campo político. Los números entre el PSOE y y Podemos no son suficientes para conseguir la mayoría, necesitan del voto favorable o la abstención de Ciudadanos. Ciudadanos ya ha dicho que no apoyará la moción de censura del PSOE. Esa votación se producirá y en ella PP y Ciudadanos votarán juntos y PSOE y Podemos votarán juntos. Y eso delimita dos campos políticos con dos actores distintos en cada uno. El problema político es precisamente cómo esos dos campos políticos se extienden en Madrid. La ficción de que existe alguna otra posibilidad de construcción de otro campo político en Madrid no es más que eso, ficción. La iniciativa del PSOE define, por tanto, su campo de alianzas.

4.- El espacio de acción política de Ciudadanos está entre el NO al PSOE y la comisión de investigación que proponen. El PP lo sabe. Por primera vez en muchísimos meses Ciudadanos se ha visto enredado en su propia contradicción y ha desvelado su propia debilidad. Y lo ha hecho materialmente. No es lo que “conocemos”, sino el “poder real” que puede desplegar para forzar a sus adversarios. Sus amenazas no aparecen como amenazas, sino como excusas. No olvidemos que Ciudadanos ya ha presentado un acuerdo presupuestario con el PP a nivel estatal, y no olvidemos tampoco que la legislatura tiene pendiente la aprobación (o no, y con una moción de censura exitosa sería que no) de nada menos que la Ley del Suelo. Es decir, la herramienta que organiza el modelo de crecimiento de la Comunidad de Madrid desde que el PP gobierna.

5.- El campo político con mayoría en la Comunidad de Madrid va a tumbar la moción de censura (algo que no sucedería si la moción fuera en el Estado, pero ese es otro asunto). Ya sabemos que el precio de ese voto conjunto es dicha comisión de investigación, que tendrá sus propia escenificaciones (sus propios momentos “el conocimiento es poder” seguidos de momentos “el poder es poder”) en el que unos y otros (especialmente Ciudadanos) intentarán construir una imagen de poder frente al PP. Cuanto más cerca estén las elecciones menos posibilidades tendrán de imponer ese poder y, por tanto, más falsa quedará la comisión.

Lo único que se mantendrá intacto son los dos campos ya definidos hoy, los dos campos que escenifica la moción de censura.

El campo PP-Ciudadanos para salvar su poder o para acceder a él no ha tenido problema alguno en desprestigiar a medios de comunicación, a instituciones públicas y, sobre todo, a la comunidad universitaria de Madrid y lo va a seguir haciendo. El eje de la comisión de investigación será separar dos cuestiones inseparables: Cifuentes y la Universidad Rey Juan Carlos. A la vez, tendrán que atravesar limpiamente el año y poco que queda legislatura con los procesos de Gürtel, Lezo, etc., en marcha. No es fácil.

6.- Mientras tanto, mientras todo esto sucede, el campo contrario coopera en el Ayuntamiento de Madrid. Lucha por la reversión de las viviendas vendidas a fondos buitre, remunicipaliza BiciMad y mejora el servicio, construye escuelas, amplía aceras, abre espacios de igualdad y pone en orden las cuentas municipales (ya saben: “no robar ayuda”).

Por eso, la cuestión fundamental hoy por hoy no es cómo desvelamos una verdad que ya conocemos. Se trata de garantizar el desarrollo de dicho campo político. El PSOE tendrá su forma política de hacerlo a partir de sus propios límites y contradicciones, quienes no formamos parte de dicho proyecto ni por convicción, ni por posiciones políticas, ni siquiera biográficamente, tenemos nuestro propio camino que andar y nuestra propia forma de ampliar dicho bloque político.

No olvidemos que el problema fundamental que tiene el campo político del PP y Ciudadanos, en sus peleas intestinas, en sus juegos de poder, en sus ambiciones ya nada disimuladas, es que al día siguiente de ganar no tienen aliento porque no tienen una idea de lo que hacer con nuestra región. Antes se tapaba con selfies, hashtags y camisetas de Juegos de Tronos y hoy con comisiones de investigación, pero el aliento político cada vez es menor.

Se trata de construir una alianza amplia con todos los sectores sociales que de forma real, materialmente, se están viendo afectados por las políticas del PP y Ciudadanos en Madrid. Con Podemos de la Comunidad de Madrid, las candidaturas municipalistas y la diversidad que las compone, los movimientos feministas, los y las mayores movilizados por sus derechos y, hoy también, ya de forma directa y definitiva, la totalidad de la comunidad universitaria.

Si algo sabemos de lo sucedido estas semanas es que no existe supuesta fortaleza y estabilidad de las instituciones gobernadas por el PP, que no existe la fortaleza de su gobierno, que no existen y que tampoco existe la solvencia ni el compromiso de aquellos con quienes cooperan, que han aparecido como meros cínicos con poco margen de maniobra.

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