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Estereotipos ideológicos y niveles de conciencia

Viandantes en una ciudad
Catedrático de Organización de Empresas, Universitat Jaume I —

¿Son las personas de izquierdas pobres y las de derechas ricas? ¿Son las personas de izquierdas incultas o con baja formación y las de derechas con mucha formación y cultas? Habitualmente se asocia los votantes de Podemos o IU a perroflautas, obreros, parados o pringados y los del PP y Cs a gente con altos ingresos y con educación superior. Obviamente estos son estereotipos ideológicos, los cuales conllevan, por ejemplo, que un dirigente o votante de izquierdas no puede o debe tener altos ingresos, y por lo tanto no puede comprarse una vivienda de calidad ni un vehículo caro o pasar las vacaciones en un lugar exótico.

Sin embargo, y de acuerdo con los datos publicados en los últimos años fruto de encuestas, esto no es así. Por ejemplo, dentro del grupo de personas con mayores ingresos el partido más votado es Podemos; y dentro del grupo de las personas con estudios superiores el partido más votado es Podemos. Asimismo, hay un número elevado de obreros, o votantes con bajos ingresos que votan al PP ¿Por qué ocurre esto? Obviamente por un lado están los estereotipos, que a algunos les interesa defender, y otra cosa muy distinta es la realidad, que es más compleja. En cualquier caso, esto no quiere decir que no haya gente con pocos recursos que vote izquierda, y al revés.

Desde mi punto de vista, la respuesta a todo esto o lo que determina el posicionamiento ideológico de las personas radica en su nivel de conciencia, con independencia de sus ingresos. Y este nivel de conciencia puede venir afectado por la educación, aunque no tiene porqué.

Un nivel de conciencia es un marco según el cual interpretamos el mundo, y a su vez representa un estadio de la evolución humana. Así pues, diversos autores (por ejemplo: Beck y Cowan, 1996) han defendido la existencia de una jerarquía o clasificación de niveles de conciencia o de evolución humana, de los más bajos a los más elevados. El nivel más bajo es el que se centra en el poder y la dominación a los demás, el siguiente se centra en el orden, las reglas y la moralidad, y el siguiente en el logro, la autonomía y el individualismo. Estos tres primeros niveles podemos agruparlos en un primer bloque que podríamos denominar viejo orden. El cuarto nivel sería el de la cooperación y la tolerancia; y el último, el de la totalidad y el pensamiento sistémico. Estos dos últimos los podríamos englobar en un segundo bloque que podríamos denominar nuevo orden.

Normalmente aquellas personas con niveles de conciencia del viejo orden o niveles más bajos tienden a tener visiones más egoístas por lo que se decantan por acercarse a posturas ideológicas que les convienen personalmente. Si tienen ingresos altos votan a la derecha (ej. neoliberalismo, conservadurismo, fascismo), y sin son bajos pueden decantarse por la izquierda (ej. socialismo, progresismo), ya que defienden algunos de sus intereses, o incluso por la derecha si piensan que pueden aspirar pronto a altos ingresos, o porque piensan que votar derecha es coherente con sus valores conservadores (elitismo, xenofobía, machismo, etc), su visión del orden o autoridad, o simplemente porque se identifican e idolatran a esa élite, que consideran como la más capaz para gestionar la economía y la política, a pesar de que no favorezca en principio sus intereses personales. De algún modo, asumen que el sistema es justo y que si están abajo es porque lo merecen. Obviamente, esto lo inocula el sistema, y lo hace, entre otras maneras, con los estereotipos, al relacionar riqueza o formación con ideologías de derecha.

Sin embargo, las personas que están en niveles de conciencia más elevados, o del nuevo orden, tienden a tener visiones más cercanas al bien común, al beneficio de la mayoría, al bienestar de todos. Tanto si tienen altos como bajos ingresos tenderán a acercarse a posturas ideológicas de izquierda o progresistas porque buscan la igualdad, la equidad, y el bienestar económico y social. Son conscientes de que un elevado grado de igualdad social y económica redunda en bienestar social, y ese es el principal objetivo de toda sociedad. De hecho, las sociedades más desiguales social y económicamente son las que tienen un menor bienestar social, lo cual perjudica tanto a ricos como a pobres ¿Quién querría vivir en una sociedad elitista, con grandes diferencias sociales y económicas entre las personas?

Obviamente los niveles de conciencia implican estadios evolutivos que dependen de las experiencias vitales, de la capacidad de crecimiento personal y por supuesto de la educación: una educación crítica, en valores sociales, de respeto a los demás, y alejados de posturas egocéntricas, individualistas, xenófobas, machistas o elitistas. Sin embargo, no todo el mundo tiene acceso a ella ni logra ese nivel crítico de crecimiento personal. En ello radica la postura ideológica de las personas, y no de sus ingresos. Por lo tanto, una persona con altos ingresos puede ser votante o dirigente de Izquierda Unida, o de Podemos. No hay nada malo ni incoherente en ello. La clave está en que esas personas quieran maximizar el bienestar social, reduciendo en lo posible las desigualdades económicas y sociales.

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