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La cuenta atrás

Mariano Rajoy, en los instantes previos a la segunda jornada de investidura del 29 de octubre.

Ignasi Candela / Alejandro Raga

Diputado de Compromís / Periodista —

Se acaban de cumplir los primeros cien días de la legislatura. Una legislatura marcada por hechos históricos y de especial trascendencia política. El golpe de estado que sufrió Pedro Sánchez ha desembocado en una crisis sin parangón en el Partido Socialista derivada de la adhesión de su Gestora al gobierno del PP y Ciudadanos. Una Triple Alianza que permite cesiones cosméticas al PSOE pero que en lo fundamental sustenta la política económica y social del Partido Popular.

Estas cesiones cosméticas se ejemplifican a la perfección con el mecanismo de devolución de las cláusulas suelo, que ha sido vendido como un éxito del Partido Socialista pero que en realidad no es más que un nuevo regalo a la banca. Una estrategia que se ha repetido con el bono social o el reparto de los objetivos de déficit entre administraciones, lo que nos perjudica especialmente al pueblo valenciano. Que quede claro: darle carta blanca al Partido Popular en materia económica no es ser una oposición útil, sino ser inútil como oposición.

Y esta estrategia tiene un objetivo evidente: frustrar las expectativas de cambio político que se iniciaron en las elecciones europeas y que tuvieron su punto álgido en la formación de los gobiernos de cambio en ciudades y comunidades autónomas, como el de Valencia o Barcelona y el Govern del Botànic en la Comunidad Valenciana.

Esta estrategia, débil en sí misma, se ha visto reforzada por la ausencia de una oposición fuerte que evidencie sus contradicciones y su farsa: no se puede hacer una política de cambio con las políticas económicas del Partido Popular. Y la ausencia de una oposición fuerte y dirigente, que sería capaz de poner de manifiesto la farsa a la que asistimos, está siendo funcional a los intereses de los partidos de la triple alianza.

A nadie se les escapa, por otra parte, que el futuro de esta legislatura está condicionado por los congresos respectivos de Podemos y del PSOE. Será el segundo el que marque el sentido y la duración de la legislatura si el primero resuelve satisfactoriamente Vistalegre 2. Si los dirigentes del Partido Socialista quieren seguir manteniendo políticamente al Partido Popular tendremos una legislatura larga. Si deciden lo contrario, solo nos quedaran dos opciones: elecciones anticipadas o buscar un gobierno alternativo en el Parlamento. Ha empezado la cuenta atrás.

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