G-Gateway, la oportunidad más allá del bloqueo en Gaza

Bassma Ali (33) y Rasha Abu-Safieh (34) nacieron en uno de los peores sitios del mundo para crecer. En Gaza, el bloqueo por tierra, mar y aire durante más de 12 años por parte de las autoridades israelíes ha obligado a la población gazatí a sobrevivir con cortes de electricidad de más de 13 horas al día, con recursos mínimos y con una de las tasas de desempleo más altas del mundo. El 54,9% de la población de Gaza en edad de trabajar está desempleada. En este contexto, mantener la esperanza y el optimismo es casi imposible. Cada vez más personas jóvenes, las más afortunadas recién salidas de la universidad, se topan con la cruda realidad con desesperación e impotencia.

Ante esta situación, tanto Bassma como Rasha tenían claro que su objetivo en la vida era tener un impacto social positivo en la comunidad de Gaza. Tras completar sus estudios de informática y TIC en Gaza y Estados Unidos, decidieron unir sus fuerzas para ofrecer nuevas oportunidades al resto de jóvenes de Palestina. “Teníamos que hacer algo ante la crisis crónica. El problema del desempleo se agrava si el foco se pone sobre los jóvenes gazatíes graduados en nuevas tecnologías o TIC: el 70% de ellos no pueden encontrar trabajo”, dice Bassma. Así es como surge la idea de crear G-Gateway, una plataforma que combina misión social y empresarial.

La parte social de la plataforma se materializa en el proceso de capacitación para todos y todas las jóvenes licenciadas en TIC que participan en el proyecto. Esta capacitación prepara a los jóvenes para trabajar en empresas internacionales clientes de G-Gateway. La parte empresarial es el resultado positivo de esta capacitación: profesionales perfectamente calificados para cubrir puestos laborales a remoto de las empresas-clientes. En definitiva, G-Gateway es tanto un centro formativo como una bolsa de trabajo dirigida a empresas-clientes de la plataforma que puedan contratar a profesionales a remoto.

Bassma y Rasha lanzaron la plataforma G-Gateway en 2012 con al apoyo de UNRWA que financió e incubó el proyecto durante los tres primeros años. El proyecto es parte de un compromiso permanente por mejorar las perspectivas de empleo de los jóvenes refugiados y refugiadas de Palestina en Gaza. Gracias a este apoyo el proyecto ha crecido hasta alcanzar los resultados con los que cuentan en la actualidad. En 2018, Bassma y Rasha ya habían ayudado a 620 jóvenes gazatíes a emprender sus carreras profesionales, habían creado 130 oportunidades de empleo a largo plazo y contaban con 146 freelancers para cubrir más de 300 puestos de trabajo de corta duración. Los ingresos alcanzaron los 96.000 dólares en solo 3 meses. Además, en mayo de 2018 G-Gateway obtuvo una ayuda de 3 millones de dólares del Banco Mundial y, gracias a ella, ha aumentado el número de graduados a los que proporcionan empleo. “Antes podíamos dar trabajo a alrededor de 50 o 60 personas por año, pero ahora podemos llegar a 200 o 300 por año”, afirma Rasha.

Compromiso con las mujeres: empoderar a las profesionales TIC

El trabajo de Bassma y Rasha no culmina en ofrecer oportunidades a jóvenes licenciados, ya que su compromiso se extiende al empoderamiento y patrocinio de mujeres gazatíes. En este compromiso de G-Gateway con las mujeres hay un factor personal y también una cuestión de las necesidades de la comunidad. “El 92% de las mujeres graduadas, que son el 50% de las matriculadas, no encuentran trabajo”. Explica Bassma. “Este porcentaje crónico choca con la realidad de las mujeres de Gaza: la mayoría de ellas son las principales proveedoras de sus familias. Yo, como mujer, recuerdo lo duro que era tener que demostrar a la comunidad que, como mujeres, también podíamos cumplir con un trabajo cualificado.”

“Las únicas opciones aquí en Gaza para las mujeres es hacer alguna especialización técnica (informática, ingeniero ...) ya que es más fácil encontrar trabajo a distancia.” Continúa Rasha. “Por eso elegí esa especialización con el 50% de su alumnado mujeres. Sin embargo, el desempleo para las mujeres continúa siendo muy alto a pesar de que sus resultados en la universidad sean mejores. Los empresarios prefieren contratar hombres porque tienen miedo de nuestros planes familiares. Aquí todavía se cree que el papel de la mujer en el mundo es criar a la familia”.

Rasha y Bassma trabajan contra los estereotipos que colocan en una posición inferior a las mujeres gazatíes. “Hace un tiempo tuvimos tres madres en el proyecto y algunas veces solían traer a sus bebés a la formación”. Cuenta Rasha. “Nosotras lo facilitamos porque si no tendrían que faltar a clase. También hemos capacitado a embarazadas y hemos diseñado el programa para adaptarnos a sus necesidades. Habilitamos recursos en línea en caso de que no puedan venir”.

Como mujeres y madres, Rasha y Bassma se ponen en la piel de todas las mujeres TIC de Gaza con sueños y esperanzas. Entienden sus necesidades y hacen todo lo posible por ponérselo fácil.