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Sobre este blog

UNRWA es la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Medio. Desde 1949 trabajamos para proporcionar asistencia, protección y defensa a más de 5 millones de refugiados y refugiadas de Palestina, que representan más de la quinta parte de los refugiados del mundo y que actualmente viven en campamentos de refugiados en Jordania, Líbano, Siria y el territorio Palestino ocupado (la franja de Gaza y Cisjordania), a la espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.

¿Por qué abrimos las escuelas a tiempo?

Niños y niñas refugiados de Palestina durante una clase en una escuela UNRWA

Pierre Krähenbühl

Madrid —

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El mes pasado tuve la suerte de conocer a una alumna brillante. Su nombre es Aya Abbas. Esta estudiante de noveno grado del campamento de refugiados de Yarmouk obtuvo la mejor calificación de Siria en el último curso. A pesar de las adversidades que tiene que enfrentar cada día como niña refugiada, incluido el desplazamiento forzado del lugar en el que había nacido y crecido, Aya ha superado con creces cada una de las asignaturas del programa educativo. Su valentía y determinación son ejemplos del compromiso de los 526.000 estudiantes en nuestras 711 escuelas en Siria, Jordania, Líbano, Gaza y Cisjordania (incluido Jerusalén Este).

Por estudiantes como Aya, he decidido que nuestras escuelas abran a tiempo esta semana, a pesar de que la Agencia continúa con un déficit de 200 millones de dólares – una situación sin precedentes para UNRWA en sus 70 años de existencia –. Muchas personas han mostrado gran satisfacción ante lo que consideran una decisión valiente. Sin embargo, los verdaderos héroes y heroínas que merecen nuestra solidaridad son el medio millón de estudiantes en nuestras escuelas cuya confianza en UNRWA – y, en consecuencia, en la comunidad internacional –, se mantiene intacta, a pesar de la incertidumbre y la ausencia de un horizonte político. Es su valentía la que debemos celebrar.

En reconocimiento a esta confianza, y al esfuerzo de todos los donantes que bien han incrementado de manera significativa sus contribuciones este año, o las han adelantado, abrimos nuestras escuelas para celebrar uno de los programas de desarrollo humano más exitosos de Oriente Medio. Durante décadas, los donantes han reconocido que UNRWA es una fuerza imprescindible para la estabilidad en una de las regiones más vulnerables del mundo. Además, los países anfitriones que generosamente han acogido a cientos de miles de refugiados durante décadas, estaban muy preocupados ante la posibilidad de que medio millón de estudiantes no pudiesen ir a la escuela.

Mientras celebramos merecidamente la apertura a tiempo de las escuelas, no podemos olvidar que la Agencia todavía se enfrenta a una severa crisis de financiación. El año comenzó con la lamentable decisión de la Administración de Estados Unidos de recortar 300 millones de dólares de su contribución anual prevista a UNRWA. Este recorte se sumó al déficit preexistente de 146 millones de dólares que sufría la Agencia.

Para superar la amenaza existencial a la que nos enfrentábamos a causa del profundo déficit de financiación, en enero lanzamos la campaña global “La Dignidad no tiene Precio” con el objetivo de abrir nuevas vías de financiación y concienciar sobre la situación crítica de los refugiados y refugiadas de Palestina. Afortunadamente, hemos conseguido recaudar 238 millones de dólares desde el inicio del año. La gran solidaridad de la comunidad internacional, incluidos nuevos donantes, nos anima, pero no olvidamos los 217 millones que todavía nos hacen falta para mantener las escuelas abiertas hasta final de año. Esto requerirá una movilización mucho más intensa por parte de la comunidad internacional, cuyo mandato estamos implementando diligentemente.

Casi 70 años después de que la Asamblea General estableciera UNRWA, la Agencia sigue materializando la voluntad de toda la comunidad internacional. Hemos ayudado con éxito a que generaciones de refugiados y refugiadas de Palestina alcancen su pleno potencial humano. Les hemos provisto de la base más necesaria: la educación. Muchos de nuestros antiguos alumnos y alumnas son hoy empresarios de éxito, académicos y líderes de su comunidad.

Desde que me incorporé a UNRWA como Comisionado General en marzo de 2014, nunca nada me ha impresionado tanto como la pasión con la que nuestros estudiantes se entregan a la educación. Es para mí inconcebible ponerme frente a más de medio millón de estudiantes y sus familiares para decirles que su educación es demasiado cara para el mundo. Igualmente, no podemos darnos el lujo de abrir la mitad de nuestras escuelas o cerrar la mitad de nuestras 150 clínicas. Aún creo firmemente que juntos podemos y debemos proteger la dignidad y seguridad de la población refugiada de Palestina.

A las personas refugiadas como Aya no las define el desplazamiento sino su determinación de alcanzar el máximo potencial humano. Como ella y tantos otros han demostrado a lo largo de los años, los refugiados y refugiadas de Palestina son una de las sociedades más trabajadoras del mundo si disponen de las herramientas y oportunidades necesarias. Una y otra vez, nos han demostrado su extraordinaria implicación con la calidad educativa y otros servicios que ofrecemos.

No podemos defraudar a medio millón de estudiantes como Aya. Tampoco podemos esperar que desaparezcan. Se le ha pedido a la comunidad refugiada de Palestina que confíe en los procesos de paz hasta que se encuentre “una solución justa y duradera” a su difícil situación. Décadas después, no tienen ni justicia, ni solución duradera.

La comunidad internacional tiene la responsabilidad moral de mantener los servicios básicos, como educación y atención médica, para la población refugiada de Palestina hasta que se resuelva el conflicto político. Porque la dignidad no tiene precio.

*Pierre Krähenbühl es Comisionado General de UNRWA.

Sobre este blog

UNRWA es la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Medio. Desde 1949 trabajamos para proporcionar asistencia, protección y defensa a más de 5 millones de refugiados y refugiadas de Palestina, que representan más de la quinta parte de los refugiados del mundo y que actualmente viven en campamentos de refugiados en Jordania, Líbano, Siria y el territorio Palestino ocupado (la franja de Gaza y Cisjordania), a la espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.

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