En el mes de julio de 2000, la Asociación de Productores Cinematográficos de Estados Unidos (MPAA) presentaba una demanda contra RecordTV.com. La denuncia señalaba que este servicio había infringido el copyright de varios miembros de la MPAA: Paramount Pictures, Metro-Goldwyn, Disney o Twentieth Century Fox entre otras. RecordTV.com fue creado por David Simon en 1999 y se presentó como el sustituto en la Red del vídeo doméstico. El usuario indicaba qué programa o película quería grabar. Una vez emitido, sólo tenía que volver a la página de esta compañía y verlo on line. No se permitía grabar cadenas de pago o por cable. Esta página adquirió inmediatamente una gran popularidad entre la comunidad de internautas, hasta llegar a alcanzar el millón de páginas servidas diariamente. Pero su actividad captó la atención de la industria audiovisual, justo cuando Napster entraba en el primer circuito de juicios. La denuncia de la MPAA reclamaba a RecordTV una compensación de casi 2.000 millones de pesetas “por un acto voluntario de piratería en Internet, al grabar y distribuir programas sin el debido permiso”, según se puede leer en la denuncia. La compañía acusada alegó su defensa en que el software utilizado para grabar es igual de legal que los vídeos domésticos. Finalmente, la corte Federal de Los Ángeles ha decidido que RecordTV debe detener de inmediato la grabación y distribución de películas y programas hasta que no llegue a un acuerdo con las principales compañías afectadas. Además, como compensación, debe abonar los costos legales a la MPAA, valorados en nueve millones de pesetas. En una nota de prensa, David Simon declaraba su voluntad de cooperar con la industria audiovisual. Por su parte, el presidente de la MPAA, Jack Valenti, ha sido tajante tras la decisión judicial. “Es una batalla más ganada en la guerra para hacer entender que la propiedad intelectual es la propiedad privada”. El futuro RecordTV ha sido “clonado” por otras compañías, como TapeMyStuff. Pero casi no han visto ni la luz antes de que el equipo legal de la MPAA se lo impidiera. De cualquier manera el futuro de este particular sistema dependerá de iniciativas personales. Napster es un buen ejemplo. El polémico servicio se encuentra contra las cuerdas pero los usuarios han emigrado a otra serie de “Napsters” similares creados por internautas anónimos que trabajan unidos: Gnutella, Spynet, Filetopía, Mojo... ¿Alguien puede asegurar en este caso que no suceda algo similar?