Castillos y batallas en las faldas de Sierra Morena

Mirador en Las Navas de Tolosa, escenario de la batalla que inició el declive musulmán en España en 1212. VIAJAR AHORA

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El mar de olivos tiene un encanto especial. Esta parte de Andalucía en la que nos encontramos da mucho de sí. Pero miren que, pese a los indudables encantos que atesora, Jaén siempre ha estado un poco al margen de toda esa riada de viajeros de toda índole que visitan cada año Andalucía. Y la verdad es que no se explica. Aquí hay naturaleza, historia, cultura, gastronomía… Falta mar, eso sí, pero para eso está el enorme océano de verde pálido que tapiza el campo jiennense. Nos cuentan que en los últimos años, la campaña Turismo Interior emprendida por las autoridades autonómicas y municipales ha dado importantes frutos y que cada vez son más los que se quedan en vez de pasar de largo por la autovía que conecta el centro peninsular con la famosísima costa andaluza. Eso está bien. Denota buen gusto. Da a entender que hay una fracción cada vez más grande de viajeros y viajeras que buscan algo diferente.

Esta es tierra de mucha historia. No hay más que echar un vistazo curioso a ambos lados de cualquier carretera para darse cuenta de ello. Abundan las torres y castillos que nos hablan de aquellos difíciles siglos de frontera entre musulmanes y cristianos, pero también hay un extenso legado que nos habla de otros pueblos como los íberos, los cartagineses, los romanos o los visigodos que también dejaron su impronta en un territorio crucial que servía de nexo entre La Meseta y Andalucía. Para los amantes de la Arqueología y la Historia esta provincia es, sencillamente, un paraíso.

Hace unos días visitábamos Cástulo, la antigua ciudad romana que sirvió de capital de toda esta zona sureste de La Península y que fue escenario de la batalla que decidió la suerte de Cartago en la Segunda Guerra Púnica. Hasta bien poco, la enorme meseta en la que se asientan los restos de esta megápolis que hunde sus raíces en el bronce final no era más que un montículo en el que sobresalía algún resto aislado. Hoy, después de varias campañas de trabajo de los ‘escarbadores’, pueden verse ya las primeras huellas de importancia. Para colmo tenemos suerte. Nos sirve de ‘cicerone’ el sorprendente Ginés, un chaval de apenas 18 años que tiene en estas piedras nobles su gran pasión. Guiados por él descubrimos los bellísimos mosaicos del templo, la traza de las principales vías o las delicadas estructuras de las Termas. “Yo soy el friki de mis amigos. A ellos les gusta irse de fiesta y a mí ver monumentos”, señala.

Lo vive de manera especial y no para de contar cosas, aportar datos y aclarar dudas. Un crack en toda regla. Un ‘rara avis’. De su mano se van levantando los muros de Cástulo y lo que parece una meseta desolada sólo adornada con los restos de un viejo torreón almohade se convierte en una de las ciudades más antiguas de España. Una de las sorpresas del lugar es el espectacular ‘Mosaico de los Amores’, descubierto en 2012, y, sin duda alguna, uno de los mejores de la España romana. Para los que quieran indagar aún más en la presencia romana en la región queda la visita obligada al Museo Arqueológico de Linares, depositario de la mayor parte del material arqueológico recuperado hasta la fecha en el yacimiento. Otro atractivo del lugar es poder ver el trabajo de los arqueólogos; Cástulo está en pleno proceso de excavación y cada verano es un regalo de nuevos descubrimientos. De seguro que este yacimiento se convertirá en uno de los más importantes de España en unos años.

Decíamos que Cástulo fue el escenario del ‘macht point’ de la Segunda Guerra Púnica. Estas tierras de la Comarca de Sierra Morena, al norte de Jaén, siempre vivieron con tensión los encontronazos de las grandes potencias de su época. Roma y Cartago se dieron de tortas por aquí y muchos siglos después otros muchos utilizaron este corredor vital que posibilita unir Andalucía y Castilla como recurrente campo de batalla.

El Centro de Interpretación de la Batalla de las Navas de Tolosa también ha abierto hace unos años. En un paraje situado a los pies de Sierra Morena (a escasos kilómetros de Despeñaperros y junto a Santa Elena), los cristianos dieron el golpe definitivo a los musulmanes que, desde el año 711, ocupaban gran parte de la España actual. Aunque la presencia de los mahometanos se extendió hasta la toma de Granada en 1492, esta batalla campal en la que participaron 20.000 musulmanes y 12.000 cristianos, certificó la muerte a largo plazo de Al-Andalus el 16 de julio de 1212.

Fue una larga y dolorosa agonía. En este pequeño museo te haces una idea muy fiel de los preparativos, causas, consecuencias y desarrollo de esta batalla. Un balconcillo colgado a bastantes metros de altura te permite ver el escenario de la lucha, pero el frío cortante de la sierra nos obliga a escondernos. El paisaje es, sencillamente, sobrecogedor. El bosque tupido que se extiende desde Santa Elena hasta las cimas de Sierra Morena te impide imaginar el drama que vivieron miles de hombres hace ya casi 800 años. Aún siguen apareciendo numerosos restos de la batalla. Miles de puntas de flecha, espadas, cascos, herraduras y otros artefactos del macabro ingenio militar aguardan a los arqueólogos.

Pero es que aún hay más. A principios del siglo XIX, Napoleón contaba sus batallas a campo abierto por victorias y la sombra de un imperio francés se extendía por toda Europa. España luchaba, en un momento crítico de su historia, por mantener su independencia como nación. El 19 de julio de 1808, las tropas francesas y españolas se encontraron en las inmediaciones de Bailén, esto es, a apenas unos kilómetros de los escenarios de Cástulo y Las Navas de Tolosa. Dicen que fue un día sangriento y que más de 40.000 personas se enfrentaron bajo un sol de justicia. Aquella jornada supuso la primera derrota de un ejército de Napoleón y un impulso decisivo para que España ganara, en 1814, la guerra contra Francia. El Museo de la Batalla de Bailén nos lleva a aquellos días de verano para explicarnos los pormenores de la lucha.

Tres batallas decisivas en apenas unos kilómetros cuadrados. A eso hay que unir espacios naturales de belleza sublime, conjuntos monumentales Patrimonio de la Humanidad, una buena colección de castillos medievales y atalayas de vigilancia y una gastronomía para quitarse el sombrero en la que reina el mejor aceite de oliva que se produce en el mundo. Todos estos atractivos patrimoniales, que tienen que ver con la importancia estratégica de este paso natural entre Castilla y Andalucía, se han agrupado en una imponente Ruta de los Castillos y Las Batallas que recorre los principales puntos de estas tierras de Jaén. La más desconocida de las provincias andaluzas y, sin duda alguna, una verdadera sorpresa para los que se atreven a pasar unas vacaciones diferentes.

Guía práctica

Museo Batalla de las Navas de Tolosa

Autovía de Andalucía Salida 257

Santa Elena

Tel: (+34) 953 664 178

Web: www.castillosybatallas.es

Horario: M-S: 10.00-14.00 y 17.00-20.00; D 10.00-14.00 y 15.30-18.30

Yacimiento de Cástulo

Acceso desde Linares JA-4102 en dirección a Torreblascopedro.

Tel: (+34) 953 609 389

Web: www.juntadeandalucia.es/cultura/castulo

Horario: M-S 9.00-14.00 y 16.00-19.00

Museo Arqueológico de Linares

C/General Echagüe, 2

Tel: (+34) 953 60 93 89 / 953 60 93 81

Horario: M: 14.30 - 20.30; X-S: 9.00-20.30; D y F: 9.00-14.30.

Museo Batalla de Bailén

C/Benito Pérez Galdós, 19

Tel: (+34) 953 678 394

E-mail: cibbailen@ayto-bailen.com

Horario: De octubre a mayo X, V, S y D 10.00 - 14.00 y 17.00 – 20.30. De junio a septiembre: X, V, S y D 10.00 – 14.00 y 18.30 - 22.00.

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