La Patagonia: el lugar donde se aman las ballenas

Ballena franca saltando frente a Puerto Madryn. Francisco Ezequiel Paez

Viajar Ahora

Durante seis meses las Ballenas Francas Australes se alejan de la costa y se pierden por medio año en las frías aguas del Atlántico Sur. Hasta hace pocos años, sus viajes más allá de las playas de la Patagonia argentina eran un auténtico misterio. Se sabía, más o menos, que viajaban a las remotas regiones en las que los hielos antárticos se funden en aguas atlánticas, pero sus rutas y lugares de ‘caza’ eran desconocidas. Hoy se sabe que se desparraman por un área limitada al oeste por las últimas planicies de la Plataforma Continental Sudamericana y que llega a las aguas próximas a las Georgias del Sur y las primeras aguas Antárticas. Los marineros de la antigüedad decían que por debajo del paralelo 40 no había ley y que más allá del 50 no había Dios. Pues ahí es a dónde van las Ballenas Francas Australes. A esas aguas en las que no hay Dios. Aguas frías y tormentosas. Ricas en nutrientes, eso sí. Y en kril , esos crustáceos pequeños que nadan en nubes de a millones y que son una de las bases sobre la que se sustentan los mares y sus criaturas.

Las ballenas francas australes regresan ‘a tierra’ a mediados de junio y se concentran en las bahías tranquilas del norte de la costa patagónica. Llegan hasta estas aguas para aparearse y permanecen el lugar hasta la llegada del verano austral (diciembre) en que vuelven a adentrarse en aguas abiertas hasta una nueva temporada. Esta migración anual es uno de los grandes espectáculos naturales del mundo. Y también la oportunidad para ver de cerca a estos gigantes marinos de más de 15 metros de largo y hasta 40 toneladas de peso que nadan tranquilos en las aguas someras de lugares mágicos como el Golfo Nuevo, una inmensa bahía al sur de la Península de Valdés en la que las aguas turbulentas del Atlántico Sur se reposan y planchan.

Península de Valdés. Patagonia en estado puro. Un lugar que, a primera vista, podría parecer desolado y hasta desértico; pero es un espejismo. Es un lugar que rebosa vida por todas partes. En el mar, pero también tierra adentro. Un lugar que debería estar en la ruta de cualquier viaje que se planifique a la Argentina. Un verdadero paraíso para los amantes de la naturaleza que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad y que bien merece un par de días de dedicación. Lo normal es hacer base en la ciudad de Puerto Madryn, en la que hay una nutrida oferta hotelera y servicios de todo tipo, o en la pequeña población de Punta Pirámides. También puedes alojarte en alguna de las antiguas estancias ganaderas de la propia Península, lo que supone vivir en pleno parque nacional. Una auténtica pasada que es bastante más caro pero que merece la pena.

Una pequeña guía de Puerto Madryn

Esta pequeña ciudad costera se encuentra a orillas del Golfo Nuevo, con el que se encuentra a través de una enorme playa de arena que en el verano austral permite tomar el sol y darse un remojón (para valientes eso sí); pero la mejor época para visitarla es en invierno y otoño, coincidiendo con la temporada de ballenas. Y todo gira en torno a la temporada de cetáceos y a la cercanía del Parque Nacional Península de Valdés. Muy recomendables el Ecocentro (Julio Verne, 3784; Tel: +54 280 488 3173; Ver Horarios ; E-mail: mar@ecocentro.org.ar), que hace una disección del mar patagónico desde el punto de vista natural y cultural. Otro lugar que hay que visitar es el Museo Provincial y Oceanográfico Museo Provincial y Oceanográfico (Avda. Domecq García y José Menendez, 9; Tel: (+54) 280 445 1139; Horario: LD 9.00 – 15.00) en el que a parte de una buena exposición sobre los ecosistemas locales hay una interesante colección arqueológica.

Muy cerca de aquí tuvo lugar el primer contacto entre los europeos y los Tehuelches. Un tal Fernando de Magallanes –nada más y nada menos- comparó a los hombres de aquellas tierras con el gigante patagón, un ser mítico de las novelas de caballería tan de moda por aquellos tiempos. Otro lugar importante para la historia local es la Punta Cuevas, lugar en el que se establecieron los primeros colonos galeses que se establecieron en la región a finales del XIX. El Museo del Desembarco (Boulevard Almirantete G Brown, 3681) explora ese primer asentamiento. Muy cerca del museo se encuentra el Monumento al Tehuelche, sobre un pequeño cantil que da al mar y que también es un buen mirador para ver ballenas durante la temporada.

Avistaje de Ballenas.- La temporada de ballenas francas se extiende desde mediados de junio a mediados de diciembre y los picos más importantes se producen entre julio y noviembre. Según los expertos, en la costa patagónica se concentran en esta época hasta 700 ballenas, muchas de ellas en las inmediaciones de la Península de Valdés. Como te decíamos antes, el llamado Golfo Nuevo, justo en frente de Puerto Madryn y Puerto Pirámides, es uno de los epicentros de la actividad reproductiva de los colosos del mar. Desde Puerto Pirámides salen numerosas excursiones de avistaje de ballenas. Sólo seis agencias están autorizadas para esta actividad (hay que tener en cuenta este extremo para evitar molestar a los bichos). Ya sabes, cuando hay fauna de por medio hay que ser responsables. Estas empresas sonHydrosport, Southern Spirit –esta empresa cuenta con un barco con ventanales sumergidos-,Bottazzi,Peke Sosa,Whales Argentina y Punta Ballena. Los precios rondan los 50-60 euros por adulto (el barco con ventanales ronda los 140 euros) aunque en Argentina las tarifas cambian a cada rato. Las estrellas de la temporada alta son las Ballenas Francas, pero en la excursión es habitual ver delfines, orcas y otros inquilinos ilustres del medio marino. No es barato pero merece la pena.

Otro lugar especial para ver las ballenas, y gratis, es la Playa de El Doradillo (a pocos kilómetros al norte de Puerto Madryn). La principal característica de este sitio es el enorme talud costero y la proximidad de aguas profundas a apenas unos metros de la orilla, por lo que es posible ver a la Ballena Franca a poca distancia. En pleno invierno (junio-septiembre) este es el lugar donde las hembras enseñan a los ballenatos a nadar y el espectáculo es, sencillamente, impresionante. Hay un observatorio de la Fundación Patagonia Natural en Punta de Flecha, un pequeño cantil que permite ver a las ballenas desde la altura. Y también tienen un hidródfono para oír el lenguaje de estas criaturas fascinantes. Lenguaje; sí, porque son inteligentes como pocos seres de este mundo. Estar aquí emociona.

La varada de las Orcas .- El Varamiento Intencional es una pauta ‘cultural’ única en el mundo propia de las orcas de la Península de Valdés y que consiste en atacar a las presas (lobos marinos y elefantes marinos) cuando éstas están en la orilla de la playa. Lo primero que hay que tener en cuenta es la tabla de mareas de la zona . Las orcas sólo varan durante la marea alta, justo en el momento en el que el nivel del agua les permite avanzar con rapidez hacia el talud de la orilla minimizando el riesgo de quedar atrapadas. Por eso es importante, si vas por tu cuenta, tener este asunto en cuenta. Lo segundo es tener paciencia (por eso hay que pasar aquí al menos dos o tres días), ya que este comportamiento único en el mundo no se produce mecánicamente todos los días ni a horas predeterminadas. Nosotros estuvimos dos días y no lo vimos.

Hay dos picos importantes en la temporada de Orcas. Entre los meses deoctubre y diciembre, los ataques se producen en Caleta Valdés aprovechando la temporada de cría de los Elefantes Marinos. En marzo y abril, la actividad depredadora se traslada a Punta Norte, justo en el momento en el que las crías de Lobo Marino tienen sus primeros contactos con el mar. Puede parecer un juego cruel. Los expertos dicen que el 10% de las crías de ambas colonias mueren entre las mandíbulas de las orcas. Pero los ataques son parte de un aprendizaje vital de los ‘lobitos’ y las crías de elefante marino. Un entrenamiento que les servirá, por ejemplo, para escapar de depredadores y, a la vez, cazar presas tan esquivas como los pingüinos. Es la ley de la Naturaleza.

Visitando el Parque Nacional Península de Valdés Parque Nacional Península de Valdés

La única manera de hacerlo es con coche o a través de un tour. Las carreteras son de ripio (tierra con chinos) y demanda atención y prudencia. No se recomienda ir más rápido de 60 kilómetros por hora y tener mucho cuidado; el cruce de fauna es muy habitual. Si lo haces por tu cuenta en temporada de varada de orcas recuerda lo de la tabla de mareas para que tengas posibilidad de ver ese espectáculo tan duro como fascinante de la caza. El primer contacto con el parque se hace a través del Centro de Interpretación Carlos Ameghino, dónde se expone bastante información sobre el lugar: natural, etnográfica e histórica. Desde aquí parte una pequeña carretera que lleva hasta los restos del Fuerte San Juan, antigua guarnición española, y a la Isla de los Pájaros, un buen lugar para observar avifauna y, en temporada de ballenas, a los propios cetáceos, que entran en las aguas tranquilas del Golfo San José.

Los otros lugares de interés en el parque son Puerto Pirámides, desde dónde salen las excursiones de avistaje, Punta Norte, con una extensa lobera (colonia de lobos marinos) y la posibilidad de ver el Varamiento de las Orcas al igual que en Caleta Valdés, dónde hay una colonia de elefantes marinos –y también la posibilidad de ver cazar a las orcas- y, a apenas dos kilómetros, una pinguinera (ver mapa). Otro punto de interés es Punta Delgada, aunque el acceso es privado. Más allá de las playas y el fecundo mar patagónico, transitar por las carreteras de ripio del parque es un espectáculo. Hay bichos por todos lados. Guanacos, Zorros,Armadillos, Maras, Choiques –avestruces patagónicos- y un sinfín de aves (destacan las loicas con sus pechos rojos, los jotes y los flamencos). Eso sí hay que conducir despacio.

CALENDARIO DE AVISTAJE DE FAUNA

AVISTAJE DE BALLENA FRANCA AUSTRAL : Junio - Diciembre

ÉPOCA DE LOBOS MARINOS : Octubre – Marzo

EPOCA DE ELEFANTES MARINOS : Agosto - Abril

EPOCA DE PINGUINOS MAGALLÁNICOS : Septiembre – Mayo

VARAMIENTO DE ORCAS : Marzo – Abril (Punta Norte) Octubre – Diciembre (Caleta Valdés)

Excursiones desde Puerto Madryn

Trelew y los pueblos galeses .- Trelew (a 65 kilómetros de Puerto madryn) es una ciudad un tanto anodina pero tiene uno de los mejores centros de estudio de dinosaurios del mundo. El Museo Paleontológico Egidio Ferugio Museo Paleontológico Egidio Ferugio (Avda Fontana, 140; Tel: (+54) 0280 443 2100; Horario: LD 9.00 – 19.00; E-mail: info@mef.org.ar) es, sencillamente, alucinante. Merece la pena ir. A pocos kilómetros de Trelew se encuentra el pueblo de Gaiman, fundado por colonos galeses y celoso de su tradición. Las casas de té al más puro estilo british son un espectáculo.

Punta Tombo .- Es una de las mayores pingüineras del mundo. A 188 kilómetros de Puerto Madryn más de medio millón de Pingüinos de Magallanes forman uno de los espectáculos naturales más imponentes de la costa patagónica. Existe la posibilidad de alojarse en una de las antiguas estancias ganaderas de la zona.

Fotos con Licencia CC: Pedro Alonso; Francisco Ezequiel PaezFrancisco Ezequiel Paez

Etiquetas
stats