Lobos: la más pequeña y salvaje de las Islas Canarias

La Isla de Lobos desde las playas de Corralejo. Thomas Tolkien (CC)

Viajar Ahora

Hace treinta y pico años llegar a la isla era como llegar a otro mundo. Salías de Corralejo en una barquilla de pescadores con un par de sillas de plástico y tardabas un buen rato en dejar atrás los poco más de dos kilómetros de agua que median entre las arenas del norte de Fuerteventura y el embarcadero de las cuatro o cinco casas del Puertito. El barco te dejaba ahí a primera hora de la mañana y volvía a buscarte a última de la tarde. Apenas unas docenas de personas al día llegaban al islote cuando la mar lo permitía y andaban de un lado a otro maravillándose de los caprichos de la costa; playazos de arenas claras y charcones maravillosos que eran un auténtico paraíso de cangrejos, camarones y pececillos de colores vivos. En aquellos tiempos aún vivía Antoñito el farero; el único habitante fijo de la isla y también el que hacía el arroz que comían los pocos visitantes. Hoy ir a Lobos es más fácil. Tanto que hay quien ha dado la voz de alarma por el creciente número de visitantes.

Ir de vacaciones a Fuerteventura y no pasar al menos un par de horas en Lobos es no ir a Fuerteventura. Es un lugar especial; pese a las escasas 470 hectáreas de este peñasco volcánico situado a medio camino del sur de Lanzarote. Un lugar especial. No es mala idea empezar la visita en el pequeño Centro de Interpretación que hay junto a la Playa de La Calera y así empezar a comprender este espacio pequeñito y único. Lo primero que descubriremos es el porqué del nombre. Sabrás que antes de la llegada de los europeos aquí había una importante colonia de focas monje (lobos marinos para los antiguos) y que sirvieron de alimento a naturales y a viajeros de paso hasta que se las cargaron no hace mucho tiempo (principios del XX). Hay un proyecto que apuesta por reintroducir la especie desde Mauritania .

Un sendero circular (que forma parte de la ruta de Gran Recorrido que recorre todo el Archipiélago) nos ayudará a explorar en apenas dos horas todos los rincones de la isla. Todo empieza y acaba en El Puertito. Aquí tendrá el viajero el primer enamoramiento. Frente a las casas de los pescadores las lavas entraron en el mar creando brazos caprichosos que encerraron el Atlántico siempre inquieto en lagunillas de aguas tranquilas y transparentes –y fondos de arena clara- ideales para ponerse las gafas y el tubo . A dos pasos se encuentra la Playa de La Calera (o de Las Conchas) el gran arenal de la isla y también ideal para chapuzones recurrentes. Pero hay mucho más que playa. A la vista hay un pequeño horno de cal y viejas Salinas que servían para sacarle al mar esa sal imprescindible para la salazón de pescados –míticas jareas majoreras-. Pero hay piedras aún más antiguas. En la misma playa se han localizadoviejas estructuras de piedra que se han asociado a restos cerámicos y metálicos romanos. Los expertos aseguran que aquí hubo una factoría de fabricación de tintes púrpuras a partir de la cocción y procesamiento de moluscos marinos (el Stramonita haemastoma ). Los arqueólogos han encontrado cerámicas, anzuelos, muros y los restos de más de 70.000 de estos caracoles marinos. Es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Canarias pese a ser modesto en comparación con otros. Pero es interesante de ver ya que es el lugar que cambió el paradigma de la colonización humana de las islas.

Camino del Faro.- Desde La Calera parte el sendero circular que recorre la isla en su práctica totalidad. La primera parte del camino se interna en el malpaís, que es como llaman los canarios a los eriales volcánicos. Desde aquí se puede subir al cono truncado del Volcán de La Calera (desde donde hay vistas espectaculares de la propia isla y las vecinas Fuerteventura y Lanzarote) y llegar hasta el Faro de Martiño, que aupado sobre un volcancillo de piedras negras, ocupa el extremo norte de la isla. Hasta acá, desde el comienzo de la excursión, apenas 3,5 kilómetros de camino suave (se puede hacer en bicicleta). La vuelta se hace por la banda de mar y el camino es más áspero que la ida hasta el faro. Casi no hay vegetación y las piedras negras se adueñan del panorama. Pero merece mucho la pena. Sobre todo cuando llegas a Las Lagunillas, un lugar de gran belleza en la que el mar forma una especie de estuario pero que ahora está protegido –cuando éramos niños nos bañábamos aquí-. De ahí a El Puertito, apenas unos minutos de paseo sereno.

COMER EN LOBOS.- En la isla sólo hay un restaurante, Antonio el Farero (Tel: (+34) 928 879 653). Si quieres comer aquí tienes que ir a reservar mesa nada más bajar del barco. Hay sólo dos o tres turnos y se come lo que se pesca así que si no se pesca, no se come. Los pescados frescos de la isla son de antología y aquí los preparan con la sencillez de la gastronomía canaria y con la garantía de la calidad de las materias primas. Muy buenos precios pero carta limitada. O paella o el pescado fresco del día. La otra opción es comprar comida en Fuerteventura y hacer picnic en la isla.

COMO LLEGAR.- Los barcos que conectan la isla de Fuerteventura y Lobos parten desde el Puerto de Corralejo. La empresa Isla de Lobos (Tel: (+34) 699 687 294; 616 986 982 y 646 531 068; E-mail: info@excursionesmaritimaslobos.com) conecta Fuerteventura con Lobos con varias frecuencias al día. Otra empresa que opera con la isla es laNaviera Nortour (Tel: (+34) 616 986 982; E-mail: lobos@navieranortour.com) que también ofrece bastantes conexiones al día y la posibilidad de transportar bicicletas o tablas de surf. El costo de los pasajes promedia los 15 euros ida y vuelta.

ALOJAMIENTO EN LOBOS.- A diferencia de lo que sucede en La Graciosa, en Lobos no hay alojamientos pero sí hay una zona de acampada libre junto a la Playa de La Calera (Playa de las conchas). Se puede acampar un máximo de tres noches y hay que solicitar el permiso al Cabildo de Fuerteventura (Tel: (+34) 928 862 300).

CONSEJOS.- Lo primero es tratar de llegar lo más temprano posible. Los primeros barcos salen de Corralejo a las 10.00 y los últimos vuelven a las 18.00 (16.00 en invierno). Ocho horas pueden parecer muchas, pero la isla da para eso y más. Lleva un par de litros de agua por persona desde Corralejo y algo que comer por sui no logras mesa en el restaurante. Lleva uncalzado que te permita caminar de manera cómoda. Las gafas y el tubo para hacer esnorkeling no te van a pesar. Las zonas de baño son La Calera y El Puertito. Respeta las zonas de exclusión. Las multas por saltarse las normas o tirar basura son muy elevadas.

Fotos bajo Licencia CC: Bengt Nyman ; Sebastian Köttinger ; André P. Meyer-Vitali; Thomas TolkienThomas Tolkien

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