Guía de Cabo de Gata: mucho más que las mejores playas del Mediterráneo español

Barca de pescadores en una playa de Cabo de Gata.

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Los 63 kilómetros que median entre la Rambla de Las Aguas y la Playa de la Salinica son uno de los grandes tesoros del litoral mediterráneo español. Estamos ante la zona de litoral protegida más grande de Europa, pero Cabo de Gata es mucho más que una alucinante sucesión de playas casi vírgenes , acantilados de gran belleza y los mejores fondos marinos del litoral europeo. Es mucho más. Con más de 26.000 hectáreas de superficie, esta esquina del sureste de Andalucía, es un compendio de sol, playa y cultura que sirven para resumir los últimos 2.000 años de historia de esta parte del Mar Mediterráneo . Hoy, los pequeños complejos turísticos (por suerte estamos ante uno de los trozos de litoral mejor conservados de España) nos hablan de unos últimos 60 años de tumbonas, sombrillas y turistas; pero no hay más que mirar hacia los cantiles para darse cuenta de que esta zona, durante centurias, fue zona de conflicto. Una especie de Telón de Acero entre el mundo cristiano y el musulmán que sufrió numerosos choques.

Pero hay que ir mucho más atrás para entender que es Cabo de Gata. La Playa de Torregarcía, a dos pasos del inicio del Parque Natural, es un magnífico ejemplo de lo que ofrece el lugar para el viajero que sabe ver. Pasamos junto a la pequeña y casi morisca Ermita de la Virgen del Mar (una bella construcción de planta circular) y tras la torre defensiva del siglo XV, que servía para vigilar la costa ante la entrada de corsarios africanos, se encuentran los restos de una factoría de salazones de época romana que estuvo activa entre los siglos I y V de nuestra era. Es muy probable que esta pequeña fábrica de conservas de pescado, en la que se elaboraba el famoso garum romano y otras conservas, recibiera la sal de la zona que hoy ocupanLas Salinas, allí junto al pueblecito de pescadores de Almadraba de Monteleva. Antigua instalación salinera que hoy constituye un humedal de primer orden dónde se pueden ver flamencos y otras aves acuáticas . Eso es Cabo de Gata; una simbiosis perfecta entre historia, cultura y naturaleza. Aún más antiguos son los restos del Poblado del Barranquete (Acceso: AL-3112), dónde pueden verse algunas tumbas megalíticas de la Edad del Bronce (en torno al 1.500 AC) que forman parte de la Cultura del Argar.

Quizás la mejor manera de internarse en este paraje único es a través del Centro de Visitantes Las Amoladeras (Dirección: Al-3115, Km 7; Ver Horarios ) dónde puedes hacerte a la idea de lo que este espacio supone tanto desde el punto de vista natural como cultural. Porque más allá de ese primer vistazo, Cabo de Gata no es, ni mucho menos, un desierto. Se pueden ver zorros, algún jabalí, tejones, erizos, conejos, numerosas especies de aves, reptiles… Y mar adentro, las opciones se multiplican. Basta con ponerse las gafas y el tubo para poder acceder literalmente a ‘otro mundo’ lleno de vida. Lugares como elPlayazo de Rodalquilar, laPunta del Plomo, la Isleta del Moro o Agua Amarga son ideales para el submarinismo de superficie y la mejor manera de combinar playa y aventura.

Como la de los primeros navegantes que pasaron por estas aguas. Desde hace milenios, este punto de la Península Ibérica marcaba uno de los hitos de los viajes hasta las Columnas de Hércules , nombre que los antiguos dieron al Estrecho de Gibraltar. Desde elMirador de Las Sirenas (Acceso por ALP-822) se tienen las mejores vistas sobre el Cabo de Gata. El faro lleva más de 150 años avisando a los navegantes sobre los peligros de un tramo de costa marcado por los cantiles y las pequeñas calas . Las oportunidades para acercarse al mar son innumerables. Justo a los pies del mismo cabo se encuentra la Cala de Las Sirenas y más allá una pequeña colección de espacios únicos como Cala Rajá o la Cala de la Medialuna, antesala de Mónsul y Los Genoveses, primeras de las grandes playas del parque; estamos ante una de las mecas del nudismo español .

Piratas, moros y buscadores de oro

En La Isleta del Moro (sentimos verdadera debilidad por esta playa) aún se cuentan viejas historias de piratas berberiscos (corsarios del norte de África) que entre los siglos XVI y principios del XIX asolaron las costas del sur de Europa en numerosas ocasiones. Según se cuentan, por la zona hay aún numerosos tesoros enterrados, pero las únicas huellas de aquellos siglos convulsos son los castillos y torres que custodian la costa: algunos enormes y espectaculares, como el Castillo de San Felipe, en Los Escullos, o el de San Ramón, en el impresionante Playazo de Rodalquilar. Otras atalayas defensivas son modestas torres de vigilancia, como la Torre de Los Lobos, que servían para detectar los barcos enemigos con la suficiente antelación para preparar la defensa.

Tierra adentro hay otro mundo. Desde El Playazo de Rodalquilar tomamos la pista que se introduce hacia el interior del Parque y nos encontramos con las ruinas del antiguo Castillo de los Alumbres (siglo XVI) que guardaba el acceso al valle. A un par de kilómetros de la costa, el valle se vuelve verde. Un verdadero oasis de huertas y frutales que envuelven a la pequeña población de Rodalquilar. La torre de la iglesia pone la nota vertical en un pueblo marcado por lo horizontal; por lo chato. Casitas de un solo piso forman una trama urbana de apariencia casi morisca que se repite en los otros pueblos tradicionales del lugar.

Pero Rodalquilar es especial. Vale su peso en oro. De forma literal. Muy cerca del pueblo se encuentra la antigua Mina de Oro de Rodalquilar, una explotación minera que estuvo en funcionamiento durante la primera mitad del siglo XX. El Museo Geominero de Rodalquilar (Dirección: Calle Apartadero, sn; Tel: (+34) 950 100 394; Horario: J-S 10.00 – 14.00) está situado junto a las ruinas de la antigua explotación minera y más allá de hablar de la particular fiebre del oro que vivió la zona ofrece muy buena información sobre la historia geológica de esta parte de la Península Ibérica.

Las mismas estampas de casitas bajas de muros gruesos pintados de blanco se repiten en Las Hortichuelas o el Pozo de los Frailes. Estos pueblecitos del interior, siempre a escasos kilómetros de las playas son ideales para intercalar un poco de cultura tradicional entre las horas de playa. El agua es a Pozo de Los Frailes lo que el oro a Rodalquilar. El difícil acceso al agua dulce creó una rica cultura del agua que creó un sistema de pozos, aljibes, norias y acequias que aún se conservan y que explican el esplendor agrícola de un pueblo insertado en un medio árido. El Molino de Viento de Fernán Pérez es testigo de un pasado en el que el grano crecía en campos hoy abandonados.

¿CUALES SON LAS MEJORES PLAYAS?

Las más famosas son las de San José, Los Genoveses y Mónsul; todas son playas magníficas. A nosotros nos gustan, de manera particular la playa de la Isleta del Moro (es nuestra preferida), El Playazo de Rodalquilar y la coqueta Cala de la Media Luna (justo al lado de la Playa de Mónsul). Cómo decíamos con anterioridad, Cabo de Gata es uno de los lugares con más playas nudistas de España.

OTRAS VISITAS CERCA DE CABO DE GATA

Almería es una ciudad que nos encanta y no nos explicamos porqué no es una de las joyas del turismo urbano de España. Aúna patrimonio, playas (a la que hay que sumar la cercanía a Cabo de Gata), una gastronomía espectacular (para nosotros una de las ciudades donde mejor se tapea) y una muy buena oferta cultural y de compras. Más cerca del Parque Natural se encuentran pueblos blancos muy bonitos comoNíjar y Mojácar (ya hablaremos de ellos con más profundidad).

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