6 alojamientos con encanto en España para desaparecer

1. Parador de La Gomera

Ubicado en San Sebastián de La Gomera, la capital de la isla, este parador de arquitectura isleña ofrece acogedoras habitaciones con vistas al océano Atlántico, la cercana isla de Tenerife y el Teide. El establecimiento se edificó en la cumbre de una colina, a 60 metros sobre el nivel del mar, y se encuentra rodeado de extensos jardines repletos de especies subtropicales. En su restaurante es posible degustar platos típicos de la gastronomía del lugar, como potaje de berros, almogrote, viejas sancochadas o leche asada con miel de Palma.

San Sebastián de La Gomera fue el municipio donde Cristóbal Colón realizó su última escala, antes de iniciar el periplo que le llevaría hacia América; y es por ello que las alusiones a este hecho histórico en el Parador son múltiples, habiéndose decorado sus estancias y salones con motivos marinos y todo tipo de instrumentos de navegación.

2. Palacio del Infante Don Juan Manuel, Belmonte, Cuenca

Este histórico hotel, situado en Belmonte, Cuenca, se antoja perfecto para evadirse y descansar cualquier fin de semana del año. No en vano, alberga un spa, un jardín con piscina al aire libre y un restaurante que sirve platos de la cocina regional y que cuenta con su propia bodega de vinos con denominación de origen. El entorno y la propia construcción no podrían ser más idílicos, pues el Palacio se levanta sobre lo que antaño fue la primera fortaleza de Belmonte, convertida en monasterio años más tarde. Desde el edificio, que apenas ha sufrido cambios con respecto al original, se puede contemplar el castillo de la ciudad, una fortaleza del siglo XV reconvertida  en museo.

3. Cabañitas del Bosque y del Barranco, Outes, La Coruña

El encanto de este alojamiento reside en la originalidad de su construcción y ubicación. Conformado, como su propio nombre indica, por auténticas cabañas de madera, se encuentra situado en plena naturaleza, suspendido a seis metros sobre el suelo. Outes, en la comarca gallega de Noia, es el municipio que alberga este pintoresco hospedaje que cuenta con un rico entorno paisajístico.

4. Casa Rural Txopebenta, Gautegiz-Arteaga, Vizcaya

Este antiguo caserío, rehabilitado en 1990 con piedras y traviesas de ferrocarril, consta de seis habitaciones y un coqueto salón con chimenea. El invierno es un buen momento para realizar una reserva, ya que más de 200 especies de aves recalan en el lugar, situado en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Desconectar del ajetreo diario también es posible paseando por el cercano bosque Pintado de Ibarrola o caminando por la playa de Laga, plagada habitualmente de surfistas.

5. Molino de los Gamusinos, Tolbaños, Ávila

Con solo tres habitaciones (Invierno, Verano y Primavera son sus nombres), este antiguo molino de agua de finales del siglo XVII es un oasis de paz, perfecto para aquellos que buscan tranquilidad. Se sitúa en un paraje natural, junto al río Voltoya, y se encuentra a tres kilómetros de la localidad de Tolbaños, rodeado de un bosque de encinas. Sus estancias destacan por sus paredes de piedra y sus techos decorados con vigas de madera, mientras que su salón interior cuenta con zonas acristaladas que permiten ver el paso del río bajo los pies.

6. Masía Encis d'Empordà, Casavells, Girona

Situada en el pueblo medieval de Casavells, esta masía que data del siglo XVI es bastante particular y lo prueba el hecho de que no aloja a niños, tan solo a adultos. Consta de siete habitaciones, ambientadas cada una de ellas en diferentes épocas relevantes de la historia del Empordà, y un jardín con piscina. La práctica del senderismo, cicloturismo o el enoturismo son algunas de las opciones de recreo que ofrece el alojamiento, enclavado muy próximo a la Costa Brava y apenas 30 kilómetros de Figueres.