Dos rutas en coche para perderse por los castillos más bonitos del Valle del Loira

La mayor parte de los castillos del Loira fueron edificados entre los siglos XV y XVI. En la imagen, el castillo-fortaleza de Sully-sur-Loire.

Elisabeth G. Iborra

Hay pocas rutas tan elegantes como las de los cientos de castillos y villas del Valle del Loira, en Francia, una zona apodada el Granero de Francia, protegida por la Unesco y por el propio Estado para preservar todo ese patrimonio arquitectónico y paisajístico que fue propiedad de la realeza en perfectas condiciones de cara al turismo cultural y enogastronómico. Aquí te mostramos los lugares imprescindibles en dos rutas en coche, perfectamente intercalables según cómo te quieras organizar.

Ruta 1: de París a Montargis

La ruta ideal en Francia siempre empieza en París, porque nadie debe perderse ninguna oportunidad de visitar la Ciudad de la Luz, sus 8.000 cafés con terraza, sus 137 museos, sus 300km de catacumbas… Ni mucho menos la Torre Eiffel y, a poder ser, su restaurante, para gozar de una noche romántica antes de partir hacia Chartres. Allí, su imponente Catedral gótica es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco por sus vidrieras y pórticos. Esta es la entrada del Valle del Loira hacia Angers, una ciudad repleta de paisajes vinícolas, y que posee un casco antiguo para disfrutar de una experiencia gourmet a orillas del Maine y un castillo medieval con medio kilómetro de murallas y 17 torres.

En Nantes disfrutarás de la creatividad y la oferta cultural, más allá del Castillo de los Duques de Bretaña, Monumento Histórico desde 1862, y de las islas de Feydeau y de Versalles.

A lo largo del tour se eleva el Castillo de Brissac, el más alto de Francia, con 7 plantas y más de 200 habitaciones, ¡más su viñedo con una DO propia! Pasando por el pueblo-museo de Rochemenier y el pueblito de Doué-la-Fontaine, llegas a Les Perrières, unas canteras decimonónicas conocidas como cuevas-catedrales. Y en Saumur, sorprenden el castillo de cuento de hadas del s.XIII, el Cadre noir de Saumur (Escuela nacional de equitación), así como la sopa saumuroise, entre todo su savoir-faire enogastronómico. En el castillo de Brézé destaca su gigantesco entramado de túneles subterráneos y viviendas rupestres.

En la abadía de Fontevraud, uno de los mayores complejos monásticos de Europa, puedes contemplar las tumbas policromadas de la dinastía Plantagenêt, que también contribuyó, junto a los condes de Anjou, en la construcción de la fortaleza Real de Chinon, donde se produjo un relevante encuentro entre la heroína Juana de Arco, la patrona de Francia, y el Emperador Carlos VII. Toda vez que la visites, pásate por el cercano Castillo de Rivau, en Lémeré, y sus extraordinarios jardines.

Continuamos por el curso del río Loira para admirar el molino de Azay-le-Rideau y su romántico castillo-fortaleza en una isla en medio del río Indre. Otro tesoro es el castillo de Villandry con su jardín renacentista, al igual que el Torreón de 36 metros del castillo de la milenaria Ciudadela real de Loches y el castillo de Valençay, construido en estilo renacentista y rodeado de magníficos jardines y un parque con aires ingleses.

Proseguimos la ruta hacia el castillo de Chaumont-sur-Loire, donde se celebra el Festival Internacional de los Jardines, para posteriormente visitar la ciudad de Blois, donde no te puedes perder su casco antiguo de trazado medieval y sus calles empinadas flanqueadas por palacetes que acompañan el camino hasta su magnífico castillo.

De vuelta a París, habrá que detenerse en los castillos de La Ferté-Saint-Aubin, en el corazón de la Sologne, junto a su hermoso parque de 40 hectáreas; y en el flamante castillo-fortaleza de Sully-sur-Loire. Merece una parada Montargis, la Venecia de Gâtinais por sus 131 puentes y pasarelas y sus casas al borde del agua.

Destinos Visitados: París, Chartres, Angers, Nantes, Brissac-Quincé, Louresse-Rochemenier, Doué-la-Fontaine, Saumur, Brézé, Fontevraud, Chinon, Le Rivau/Lémeré, Azay-le-Rideau, Villandry, Loches, Valençay, Chaumont-sur-Loire, Blois, La Ferté Saint-Aubin, Sully-sur-Loire y Montargis.

Ruta 2: la puerta al Loira por Orléans

A dos horas en coche de París, se halla Orléans, refugio durante el Medievo de Juana de Arco. No en vano, conserva muchos vestigios de la llamada Doncella de Orléans, pues liberó a la urbe del hostigamiento inglés en la Guerra de los 100 años. Degusta un café con garrapiñadas y macarons en la confitería Les Musardises, antes de proseguir hacia Chambord y Cheverny.

En el primero, el Renacimiento Francés se muestra en su máximo esplendor en el castillo homónimo, con sus 440 habitaciones, 365 chimeneas y 84 escaleras, entre ellas, la que mandó diseñar Francisco I a su amigo el pintor, ingeniero e inventor Leonardo da Vinci, que se alojó en la elegante casa de campo de Le Clos Lucé, ahora museo dedicado al artista, muy cerca del Castillo real de Amboise a la orilla sur del Loira; en Cheverny verás el conocido como Castillo de Tintín, pues inspiró Moulinsart, la residencia del Capitán Haddock.

En Chenonceaux se erige el Castillo de las Damas, en honor a las seis mujeres que lo habitaron a lo largo de 5 siglos. Y en los cercanos Château de Candé y Langeais tuvieron lugar dos bodas reales: en el primero se selló por todo lo alto la histórica y monárquica unión de Carlos VIII y Ana de Bretaña, mientras que en el impactante y contemporáneo Château de Candé tuvo que casarse a escondidas el monarca Eduardo VIII con la americana Wallis Simpson.

Continuamos hacia los emblemáticos jardines de Villandry, donde levanta su majestuoso castillo antes de llegar a la denominada “Ciudad de Carácter” de Tours, con sus callejuelas medievales, sus palacetes burgueses y sus casas con entramados de madera, que se inclinaban tanto que llegaban a tocarse entre azoteas. A la fresca, en las terrazas de la plaza Plumereau, puedes tomar los vinos de la comarca de Turena, así como su charcutería de Rillons y Rilletes o la típica tarta Tatin.

Si te da tiempo a lo largo del recorrido, reserva una excursión en los barcos tradicionales del salvaje Loire con un catering de los quesos típicos de la región y delicatesen de Blois, para contemplar la vida de los “habitantes” del río, el castor, las garzas, las gaviotas, los cormoranes o las ranas, aparte de los 300 castillos de la realeza a lo largo de su curso.

Destinos Visitados: París, Orléans, Chambord, Cheverny, Clos-Lucé, Amboise, Chenonceaux, Candé, Langeais, Villandry y Tours.

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