Un recorrido sensorial por La Rioja entre viñedos y paisajes teñidos de rojo

Explosión de colores ocres y rojizos que se adueñan de los viñedos de La Rioja como muestran estas hojas de viña en la localidad riojana de Badarán.

Edu Molina

0

El otoño transforma La Rioja. Los viñedos cambian de color, las hojas pasan del verde a tonalidades rojizas o doradas y las bodegas inician la vendimia. Durante esta época es posible seguir rutas que combinan la observación del paisaje, la visita a instalaciones vitivinícolas y la exploración de pueblos con un gran patrimonio histórico. Así, los recorridos por La Rioja permiten conocer la geografía, la tradición y la producción del vino de manera estructurada y accesible para cualquier visitante sea o no aficionado a este producto reconocido mundialmente por su denominación de origen.

La Rioja se distingue por su diversidad geográfica y climática, elementos que influyen directamente en la producción de vino. La región se divide en distintas zonas con características propias, donde cada área presenta distintos tipos de suelo, altitud y exposición al sol, lo que se refleja tanto en las variedades de uva cultivadas como en las experiencias que los visitantes pueden encontrar al recorrer viñedos y pueblos vinícolas.

La Rioja Alta

Situada al oeste de la comunidad autónoma, Rioja Alta combina un clima atlántico con una gran variedad de suelos. Esta mezcla influye en los vinos, que se distinguen por su estructura equilibrada, cuerpo notable y perfiles aromáticos donde se entrelazan la fruta y las especias. La zona alberga algunas de las bodegas más reconocidas de la región y concentra un alto número de viñedos por metro cuadrado.

Cuzcurrita del Río Tirón.

Haro, Ollauri, Briones, Cuzcurrita del Río Tirón, San Asensio, Cenicero, San Vicente de la Sonsierra, Logroño y Fuenmayor concentran gran parte de la actividad vinícola. Allí, las bodegas no solo producen vino, sino que ofrecen recorridos, catas y experiencias en torno al proceso de elaboración, permitiendo al visitante conocer de cerca la cultura del vino.

Las rutas por La Rioja Alta permiten también combinar la actividad vitivinícola con el disfrute del entorno natural. Senderos entre viñedos y rutas de cicloturismo ofrecen la oportunidad de contemplar la disposición de los cultivos y la interacción de los viñedos con las colinas y montañas de la zona, integrando paisaje y producción en un mismo recorrido.

La Rioja Alavesa

Al sur de la provincia de Álava, La Rioja Alavesa se sitúa en una zona elevada que favorece la frescura y acidez de sus vinos. Los suelos calizos y el clima continental moderado, seco y soleado contribuyen a caldos elegantes y equilibrados, con aromas de frutas rojas y negras, notas florales y un toque mineral discreto.

El vino de La Rioja se puede acompañar de un plato de alubias de Anguiano.

Esta subzona combina tradición vinícola con patrimonio histórico. Pueblos medievales como Laguardia y Elciego invitan a pasear por calles empedradas y visitar bodegas subterráneas, mientras se observa cómo la arquitectura tradicional convive con construcciones modernas dedicadas a la elaboración de vino. Además, festivales y rutas culturales acercan al visitante a la historia y costumbres locales.

Recientemente, se han instalado miradores en distintos puntos de La Rioja Alavesa para ofrecer perspectivas amplias de los viñedos y del paisaje circundante. Estos espacios facilitan la observación del entorno natural y la disposición de los cultivos, integrando la experiencia vitivinícola con el paisaje de manera armoniosa.

La Rioja Oriental

Conocida también como La Rioja Baja, esta zona ocupa el sureste de la región, limitando con Navarra y Aragón. Su clima cálido y seco favorece vinos potentes y concentrados, con mayor graduación alcohólica. Los suelos aportan un carácter rústico, notas de fruta madura, especias y un perfil terroso marcado.

Los viñedos son uno de los paisajes más típicos de La Rioja.

Los municipios de Alfaro, Aldeanueva, Azagra, Calahorra y Viana concentran gran parte de la actividad vinícola. Allí, las bodegas desarrollan recorridos guiados, catas y maridajes, permitiendo al visitante conocer los métodos de producción y la influencia del clima y el terreno en los caldos.

Además de la viticultura, La Rioja Oriental ofrece oportunidades para disfrutar del paisaje. Senderos entre colinas y valles abiertos permiten observar la disposición de los viñedos y la diversidad natural de la zona. Así, los recorridos brindan una visión completa de la región sin necesidad de grandes desplazamientos ni viajes incómodos.

Etiquetas
stats