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La ruta de Washington Irving, de Sevilla a Granada en 1829

El Alcazar de Sevilla

Roberto Ruiz

Washington Irving se enamoró de Andalucía. El escritor norteamericano fue un verdadero viajero romántico y quedó ensimismado con la exuberancia y el exotismo que encontró en el sur de España, donde la civilización hispano-musulmana había alcanzado cotas de máximo esplendor. Fue en 1829 cuando Irving fue de Sevilla a Granada recorriendo los más bellos vestigios árabes que encontró por el camino, y por los que hoy día podemos marcar una de las más famosas rutas del legado andalusí: la ruta de Washington Irving.

La ruta comprende unos 250 km y se ciñe aproximadamente a la autovía A-92 que va de Sevilla a Granada, pero haciendo incursiones arriba y abajo para visitar varios municipios que no se pueden pasar por alto. Un trayecto que ya fue una vía de comunicaciones básica durante la Edad Media, cuando interactuaba el reino cristiano con el nazarí, y que deja a cada lado un sinfín de extensos paisajes típicos de la Andalucía más profunda.

Este camino que realizó Washington Irving en el siglo XIX, y lo que él contó sobre él, elevó el romanticismo de estas tierras en Europa y Estados Unidos, llamando la atención de escritores y viajeros atraídos por esta ruta romántica. Nuestro protagonista también aprovechó para residir un tiempo en Granada, en la mismísima Alhambra ni más ni menos, y sus viajes motivaron varias de sus obras de temática hispano árabe. Sin ir más lejos, sus famosísimos Cuentos de la Alhambra, fruto de la recopilación de cuentos y leyendas granadinas que el escritor obtuvo de aquí y de allá.

Hoy todos podemos seguir los pasos de Washington Irving para contagiarnos de ese romanticismo andaluz que movió pasiones entre celosías y yeserías, donde la arquitectura musulmana, barroca y popular van de la mano entre palacios, castillos y fortalezas, alminares, baños y edificios públicos.

Washington Irving por la provincia de Sevilla

Gran parte de la ruta de Washington Irving transcurre por la provincia de Sevilla y en su capital es donde comienza su recorrido. Tras visitar varios municipios sus pasos le llevarían a adentrarse en la provincia de Málaga.

  • Sevilla

Como no podía ser de otro modo, Sevilla es junto a Granada el principal atractivo de esta ruta. Entre lo siglos XII y XIII Isbiliya fue la capital de los califas almohades y su esplendor brilló por todo lo alto. Como recuerdo de aquella época nos quedan hoy el barrio de Santa Cruz, la Judería, Triana, la Torre del Oro y la Torre de la Plata, o la mismísima Giralda, entre otros restos de su época musulmana. 

  • Alcalá de Guadaira

Es la primera parada una vez que salimos de Sevilla y nos adentramos en la campiña. Aquí Alcalá de Guadaira descansa bajo la mirada de su fortaleza andalusí, donde además se integra una iglesia mudéjar. 

  • Carmona

Un poco más al norte aparece de manera monumental Carmona, en alto, y con un legado de un rico pasado que se remonta a la época romana. Aquí, para comprender a Irving, deberíamos pararnos en su Alcázar de Arriba, en los refuerzos de la Puerta de Sevilla y en el propio trazado su casco antiguo. Pero Carmona tiene mucho más que ofrecer, por lo que no interesa pasar con prisas.

  • Arahal

Volviendo a la A-92 encontramos Arahal, no tan espectacular como Carmona pero con un rico patrimonio y varios monumentos de interés que visitar, como la Iglesia Hospital del Santo Cristo de la Misericordia.

  • Marchena

Volviendo hacia el norte llegamos a Marchena, donde se vivió un gran esplendor tanto romano como árabe. El castillo de la Mota fue una fortaleza levantada por los almohades en los siglos XII y XIII, así como las puertas de Sevilla y de Morón.

  • Écija

Más al norte todavía, ya en la A-4, Fue capital romana y en época musulmana mantuvo su importancia. Se mantienen algunos lienzos y torres del recinto amurallado almohade, así como su casco histórico, pero Écija destaca sobre todo como uno de los mejores ejemplos del barroco andaluz.

  • Osuna

De vuelta en la A-92 la Osuna musulmana es poco conocida pero los vestigios de la Alcazaba y la Torre del Agua están ahí para recordárnoslo. La Osuna cristiana fue capital de un poderoso ducado y eso es lo que prevaleció.

  • Estepa

Nos acercamos ya a los límites de la provincia de Sevilla y llegamos a Estepa, lugar que durante la época musulmana cobró importancia gracias a su situación estratégica en un cruce de caminos. Su punto más alto lo corona un castillo.

  • La Roda de Andalucía

Justo antes de cruzar a la provincia de Málaga llegamos a La Roda de Andalucía. Rodeada de olivares infinitos, y famosa por su producción de aceite de oliva, en época musulmana era conocida como Robda (aduana).

Washington Irving por la provincia de Málaga

De camino a Granada Washington Irving también atravesó la parte norte de la provincia de Málaga parando en cinco de sus municipios.

  • Fuente de Piedra

Entramos en la provincia de Málaga y llegamos a Fuente de Piedra, nombre que le viene a esta localidad por la fuente con aguas curativas que se encuentra en el centro del pueblo. Aquí nos espera un peculiar paraje natural, una laguna salada donde diferentes aves migratorias, incluidos numerosos flamencos, hacen de sus aguas su hogar.

  • Humilladero

Seguimos hacia el sur y llegamos a Humilladero, una localidad dedicada a la agricultura que surgió durante la conquista de Antequera por los cristianos a comienzos del siglo XV.

  • Mollina

En Mollina han tenido lugar importantes hallazgos arqueológicos desde el Neolítico hasta la Edad Media, aunque no se consolidó como núcleo urbano hasta el siglo XVI.

  • Antequera

Es uno de los conjuntos monumentales más importantes de Andalucía. Tuvo un importante pasado musulmán pero su situación estratégica hizo que la conquista cristiana se fraguara en 1410. Murallas e iglesias, como la Real Colegiata de Santa María la mayor, son sus principales atractivos.

  • Archidona

Irving destacó de su paso por Archidona “las ruinas de una fortaleza árabe y un cerro de tres picos”, y es que este municipio malagueño fue un importante emplazamiento musulmán, capital de la cora de Rayya.

Washington Irving por la provincia de Granada

Granada capital era el objetivo final de Washington Irving, pero para llegar hasta ella y su Alhambra aún tuvo que recorrer un largo camino por sus campos.

  • Loja

Loja mantiene restos de su alcazaba árabe y fueron los musulmanes quienes le dieron dimensiones urbanas. Los Reyes Católicos la consideraron “puerta y llave del reino granadino” y entre los siglos XVI y XVIII se levantó su mejor arquitectura.

  • Huétor-Tájar

Una alquería cuya población morisca permaneció una vez conquistada. Lugar de sedas y moreras en la antigüedad y donde los sistemas de riego andalusíes se mantienen prácticamente intactos.

  • Moraleda de Zafayona

Irving continuaba su camino hacia Granada y Moraleda de Zafayona fue su siguiente parada. Aquí se puede visitar el cerro de la Mora, un antiguo poblado íberorromano con una importante necrópolis visigótica. 

  • Alhama de Granada

A Alhama de Granada le viene el nombre de sus famosos baños árabes, el al-hamman, y de su época musulmana perduran también la torre vigía de Torresolana y el Pósito, una antigua sinagoga del siglo XIII. La importancia andalusí se deja ver sobre todo en el llamado barrio árabe.

Montefrío

Ponemos rumbo norte y llegamos a Montefrío, donde el rey nazarí Ismail III tuvo su corte. Aquí los Reyes Católicos levantaron la primera iglesia sobre una mezquita, entre las murallas de la fortaleza andalusí.

  • Íllora

Seguimos recorriendo los Montes Occidentales y  llegamos a la sierra de Parapanda. Aquí se han encontrado desde restos prehistóricos a termas romanas, y a partir del siglo XIII fue uno de los principales baluartes con los que defender la frontera nazarí.

  • Fuente Vaqueros

Fuente Vaqueros es el pueblo de Federico García Lorca y su casa natal es sin lugar a ninguna duda su mayor punto de interés, y su espacio más visitado. Aquí Irving disfrutó de sus campos y sus olivares, nervioso ya por la proximidad a Granada.

  • Chauchina

Se encuentra en plena Vega del Genil y la población se consolidó en periodo musulmán, cuando sus tierras fértiles estaban salpicadas de alquerías. Aquí la Torre de Roma tuvo un papel defensivo fundamental.

  • Santa Fe

Es la última parada antes de llegar a Granada y sirvió de cuartel a los Reyes Católicos durante el asedio de la capital nazarí. Fue levantada con foso, murallas y plaza de armas, y aunque de su perímetro defensivo no quede nada si se mantienen sus cuatro puertas: Granada, Loja, Sevilla y Jaén. Merece la pena pasear por su casco histórico, considerado conjunto histórico-artístico. 

  • Granada

Ningún otro lugar podía poner un mejor punto final a esta ruta. “En la distancia se divisaba la romántica Granada coronada por las rojizas torres de la Alhambra, por encima de cuyas almenas refulgían como plata las cumbres nevadas de la Sierra”. Al contemplar la capital del último reino musulmán de la Península Ibérica, con un patrimonio histórico y cultural único, podemos entender a la perfección la emoción que Washington Irving pudo vivir al finalizar su ruta en la mismísima Alhambra.

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