Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

España dispone de caspa para usar y exportar

El escritor Mario Vargas Llosa, activo opositor a la consulta, que calificó de ataque a la democracia, incluso en ‘The York Times’.

Rosa María Artal

Despertar al día y a la semana con Ana Botella en plena charla con la Virgen de la Almudena, rogándole nos brinde “la fortaleza necesaria para superar cualquier amenaza a la libertad y unidad de nuestro país”, marca. Apolíticos varios andan también muy preocupados con Catalunya y entre sus pesadillas a odiar se encuentra el presidente Artur Mas. De cuanto sucede en España, sólo hablan de eso. “Va contra la ley”, argumentan. Irrefutable. La ley es lo primero, sobre todo en este país que la respeta con fruición.

Un pueblo al que se ha usado y manipulado en sus sentimientos desde distintos flancos se expresa. Con cortapisas. Tantas que desvirtúan cualquier resultado. ¿Qué esperaba Rajoy que ocurriera el 9N? ¿Tenía algún plan posterior? ¿Disponen de él la caterva de exaltados que piden soluciones drásticas? Escuchar mentar al 23F al representante de UPyD, el partido transgénico –el que marcó la senda de los partidos transgénicos, con más precisión–, vuelve a situarnos en nuestra realidad. La que corrobora ver a un Nobel de Literatura, originario del barrio de Miraflores de Lima, como un alma errante tratando de impedir que los catalanes opinen en una urna. España dispone de caspa para usar y exportar.

Cada hecho de entidad al que nos enfrentamos nos devuelve a nuestra idiosincrasia. Somos herederos directos de aquella España medieval y conquistadora que desollaba herejes para imbuirles la fe cristiana. La que sentaba al Papa –incluso corrupto– y a todas las divinidades y santos en la mesa de las decisiones sociales. Ana Botella este domingo, los condecoradores de vírgenes, las damas de la mantilla y el rosario que infieren dolor hasta a los enfermos, son de la misma ralea. Es la odiosa España –hay otra– que, sumida en el oscurantismo, considera la medida recta de todas las cosas los genitales masculinos. Y que suele demandarlos para, siempre, apoyar la violencia desde el poder.

¿El respeto a la ley? ¿El que tuvieron Zapatero y Rajoy cambiando la Constitución a las órdenes de los mercados neoliberales en 3 días de agosto? Quizás se refieren al que demuestra, sin ir más lejos, el partido en el Gobierno de casi todo, el PP, con varias bandas de (presuntos) saqueadores en su seno. Por no hablar de su caja B troncal cuya existencia afirma hasta el juez, y la legión de mentirosos demostrables. Y la de los hipócritas de doble moral que rezuman en la más fértil cosecha.

Sobre la unidad de España no debo opinar, soy muy radical en ese punto: no comprendo el amor por obligación y, si se tercia, a insultos y golpes. Y en el fondo me sobran todas las fronteras físicas, sólo mantendría las que pudieran aislar la injusticia y la iniquidad. Ahora bien, que pongan el foco en la votación de Catalunya como problema fundamental de España es perverso.

Metidos en un lodazal de inmundicia de proporciones inauditas, no damos abasto para detener cada nueva remesa que nos lanzan desde los poderes públicos. Asuntos que deberíamos resaltar –importantes– quedan sepultados por toneladas de mugre surtidas a diario. ¿Qué menú nos ha traído el día y la semana? Indigerible una vez más. Las medidas de ahorro del Gobierno con los parados, a los que, según informa en este diario Ana Requena, quieren tener un año sin cobrar antes de facilitarles la dádiva de apenas 400 euros, por 6 meses y una sola vez. El resto del tiempo, que acudan al colchón familiar, a la caridad o a tapiarse el estómago. 400 euros al mes, qué dispendio, cuando alguna de sus señorías puede gastar el doble en relax durante un fin de semana en Canarias, por ejemplo.

Pasarnos a las puertas giratorias del poder. A la Abogacía del Estado –ese cuerpo en ascenso meteórico desde el 20 de noviembre de 2011–. La entidad no se persona en la investigación de la caja B del PP porque no quiere su jefa: Marta Silva Lapuerta –destacada miembro de la familia conservadora–. Según informa la Cadena SER, era secretaria de Sacyr en los días de la entrega –firmada– de 200.000 euros al PP de Cospedal. Casi de inmediato –por pura casualidad, bien sabemos–, el contrato de la gestión de basuras con su filial en Toledo aumentó en 11 millones de euros. La deuda legítima que dicen tantos políticos responsables que tenemos que pagar sin emitir ni un reparo.

Vivimos en una situación insostenible, por cualquier lado que lo miremos. Robo a corrupción armada, tarjetas 'black', cursos de formación inexistentes, los ERE tapadera, descaro mayúsculo que justifica jolgorios con dinero público mientras se priva de comedores escolares a los niños, o de enfermeras. Se cercena la ciencia. O se raciona la salud y hasta la vida, no dando tratamientos a enfermedades “caras”. Posponiéndolos de continuo y seleccionando a quién le toca vivir o morir.

Y ahí siguen. Aplicando el cilicio a la sociedad. Soberbios. Con su mirada torva capaz de las mayores injusticias. Apasionados ejecutores de la ley del embudo. Embaucadores de personas poco atentas a su papel en la vida.

Esta caspa añeja y mohosa sepultó a lo largo de la historia cuantos movimientos innovadores se producían, muchas veces pioneros en el mundo conocido. Es tanta que pesa. Nacida de herpes o llagas, de la grasa o suciedad, no deja de ser escamas que puede aventar un gran viento de cordura y decencia.

Etiquetas
stats