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Besar a negros en campaña

Moha Gerehou

Abrir la primera edición del martes del diario El País. Mojar el índice y el pulgar con saliva, pasar páginas hasta llegar a la número veinte y detenerse en una instantánea de la vicepresidenta del Gobierno. El pie de foto es el siguiente: “Sáenz de Santamaría saluda a un hombre negro ayer en Huesca, tras las insinuaciones de racismo contra Pedro Sánchez el domingo”. La frase es literal y está apenas dos páginas después de la entrevista a Luc André Diouf, otro hombre negro y miembro del comité de expertos del PSOE para el 26-J. Paradójico.

¿Por qué se resalta así el color de piel? ¿Acaso vemos pies de foto que hablen de Rajoy saludando a un hombre blanco? La respuesta a la primera pregunta viene en la segunda parte de la frase: “tras las insinuaciones de racismo contra Pedro Sánchez el domingo”. Estará escrito de manera inocente, pero el tufo racista no se lo quita nadie, salvo que El País diga ahora que no fue un encuentro casual sino pactado. Lo único cierto es que el periódico cambió la descripción en la siguiente edición, con el daño ya hecho y el debate en redes sobre si era real o fake más que encendido.

Ahora con la campaña electoral a punto de terminar, el balance es que los negros han formado parte de ella más de lo habitual. O más bien como nunca antes lo hicieron. En 2015 por primera vez una mujer negra entró como diputada en el Congreso. En 2016 un hombre negro forma parte del equipo de expertos de un partido importante para las elecciones. El momento de diversidad étnica en la representación política choca frontalmente con el discurso. Si besar bebés da votos, besar a negros te gana las elecciones. Eso deben de pensar quienes no hablan nunca de la lucha contra el racismo salvo que la urgencia política les obligue a ello.

La conclusión es que la vida es una continua paradoja y esta campaña electoral tiene unas cuantas. Lo es que el Partido Popular, el mismo que guardó en el cajón una Ley de igualdad de trato y no discriminación nada más llegar al poder en 2011, sea el primero en hablar claramente -y mal- de racismo en estas elecciones. Lo es que lo denuncie Xavier García Albiol, el hombre que quiso limpiar Badalona de inmigrantes, el mismo que ve en la población rumana una plaga y la persona que fue investigada por verter comentarios racistas en su cuenta de Facebook. Y lo es entrevistar a un hombre negro que ha derribado barreras sociales, para dos páginas después hablar de besar a un hombre negro como muestra de acercamiento admirable en una sociedad de líderes racistas.

Nos debemos replantear nuestros pilares cuando en elecciones, el momento en el que los sectores más debilitados, castigados y desfavorecidos de la sociedad reciben una mayor atención de la clase política, son más ninguneados que nunca. El ejemplo es que la discusión acerca del racismo, que afecta a una parte cada vez mayor de la sociedad, ha sido reducida a un vídeo malinterpretado de ocho segundos y un pie de foto de un periodista que sacó a relucir lo peor de su subconsciente. Como persona negra, uno se siente en campaña igual que esos bebés que lanzan a los brazos de los políticos. Un beso para la foto y gracias.

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