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Maniobra loco Cañete

Antón Losada

La imagen que mejor describe la designación de Arias Cañete para las elecciones europeas sería una de esas escenas de películas de catástrofes donde sobra un superviviente, o falta un paracaídas, y se lo juegan a ver quién saca la pajita más corta. Al todavía ministro le ha tocado saltar al vacío a pelo para que el resto del partido sobreviva a la caída.

La hoja de ruta de Mariano Rajoy se intuye con claridad. A Cañete le toca ejecutar la maniobra Loco Iván que tanto gustaba a los submarinos rusos y a Sean Connery. Es el submarino que debe girar de manera aleatoria sobre si mismo para ocultar en el sónar el rastro de la nave que lleva la verdadera bomba. Es el candidato que se ofrece como sacrificio al votante popular con ganas de castigar al Gobierno para proteger al candidato Rajoy en su curso hacia las elecciones generales del 2015.

Primero nos tuvieron entretenidos con la supuesta incógnita de su nominación, porque mientras se habla del cabeza de cartel, no se informa sobre las políticas de ajuste y recorte masivo. Ahora nos tendrán distraídos otro rato discutiendo si se pueden usar los consejos de ministros como escenarios electorales, o si el presidente va a practicar caza menor o mayor en su gabinete. Lo importante es evitar que el debate gire en torno al riesgo de deflación, o cómo se va a recuperar una economía donde la gran mayoría gana menos de mil euros al mes o cuánta sanidad o educación seguiremos recortando para cumplir el objetivo del déficit.

Todo cuanto suponga hablar de política real representa un riesgo que debe bloquearse. El truco está en la distracción. Para acabar de darles la razón, los populares se han encontrado con el inesperado regalo del estéril e incomprensible lío que socialistas e IU se han montado en Andalucía, por si a alguien le quedaba alguna duda de que efectivamente no hay alternativa y si la hubiera, no se entenderían entre ellos.

Los estrategas populares saben que su electorado quiere que el Ejecutivo pague en unas elecciones el incumplimiento de su programa electoral. Saben también que deben darles la oportunidad de hacerlo en la europeas para poder empezar a correr la carrera de las municipales y la generales. El previsible ruido que pueda montarse en el PSOE con las primarias, la fotonovela del épicamente llamado desafío soberanista, la propaganda o la evidencia de una cierta recuperación económica, y el señuelo de unas rebajas fiscales cuidadosamente repartidas entre su electorado, harán el resto.

La declaración de Bárcenas situando a Álvarez Cascos como arquitecto de la financiación ilegal y reduciendo a Aznar o Rajoy a figurantes que solo sabían pero no hacían, da alguna pista sobre cómo piensan lidiar con los daños colaterales del caso Gürtel. El silencio del tesorero parece asegurado de nuevo, mientras intentan convencernos de que la financiación en negro pertenece al pasado y se acabó cuando el líder Rajoy pudo terminar con ella.

No pueden decírselo más alto ni más claro a sus votantes. Si quieren sangre, ahora es el momento y el campechano Cañete estará encantado de atenderles. No dejen para mañana el castigo que puedan infligir hoy. No sientan pena por el candidato. Su sacrificio será seguramente recompensado con el puesto de comisario que Rajoy habrá apalabrado a cambio de haber dado su apoyo a Juncker, el candidato de Ángela Merkel. La presencia en la lista de González Pons como jefe de la bancada popular abona la tesis de que Arias Cañete solo está de paso en el Paramento camino de la Comisión Europea. Mientras otros van a Europa a mandar, nosotros vamos a jugar. Así nos va.

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