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Mariano: llama a Cifuentes ya, por favor

Cristina Cifuentes en un evento público

Rodolfo Irago

Dice Moncloa que Rajoy está super agobiado estos días, no solo porque tiene que gobernarnos, sino recibiendo a príncipes saudíes, presidentes europeos y mitineando en Zamora. Pero hay que pedirle al presidente 5 minutos de su valioso tiempo para que haga una llamada, solo una.

Que marque el número de móvil de Cristina Cifuentes y le diga a la presidenta madrileña algo tan sencillo como que un político que miente, tiene que dimitir. Ya sé que Cifuentes no es la primera ni la única en el PP que ha mentido y sigue en el cargo; el propio Rajoy tuvo que hacer malabarismos cuando se supo que le había mandado unos cariñosos sms a Bárcenas, pero las mentiras de Cifuentes son tan rotundas que no caben interpretaciones.

Lo que es increíble a estas alturas es que la presidenta madrileña pretenda mantenerse y seguir gobernando como si nada después de asegurar rotunda que defendió su trabajo fin de master ante un tribunal fantasma que nadie ha visto y todo el mundo niega y falsifica.

El caso Cifuentes ha provocado en 20 días dos duelos, un desafío y una crisis interna. PP y Ciudadanos mantienen un pulso para ver quien cede antes; sectores del PP enfrentados discuten si es mejor forzar la caída de la dirigente madrileña o perder el gobierno para lograr una fotografía de los de Rivera con el PSOE y Podemos; Cifuentes se atreve a desafiar al propio Rajoy y el asunto se convierte en un nuevo episodio de la batalla entre Soraya Saenz de Santamaría y Cospedal, que apoya a la presidenta madrileña.

En todo caso, mientras los políticos calculan sus tácticas y mientras Rajoy no llama a Cifuentes, la que se desangra es la Universidad. La Rey Juan Carlos en primer lugar, por supuesto, pero el daño alcanza al prestigio de todas las universidades públicas.

Solo con la dimisión de Cifuentes, la anulación del Máster, las medidas disciplinarias contra los profesores afectados y una revisión general de los procedimientos de control y garantía de los estudios universitarios,podemos empezar a salir de este desastre.

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