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Obama con el culo al aire

Suso de Toro

El cinismo solo puede ser combatido por la inocencia, un analista de la CIA que cree en la democracia, Edward Snowden, hizo como la niña del cuento “El traje nuevo del emperador” o “El rey desnudo” y desveló que bajo el manto estrellado estadounidense todo es porquería. Con la disculpa del terrorismo o sin ella, ni hay verdadera democracia en su territorio ni en el resto del mundo que tutela, la bandera de la democracia con la que se envuelve es simplemente increíble salvo para quien sea ignorante, idiota o le interese creérselo. Hoy es Obama, antes fue Bush y mañana será otro pero, como toda potencia, EE.UU. no sólo tiene sus propios intereses sino que tiene su propia naturaleza, que en su caso es imponer su imperio. Caramba, va a resultar que EE.UU. se comporta como Rusia o como China.

Es cierto que la democracia americana nació con aspectos ejemplares, aunque el gran Benjamin Franklin ya señaló que el carácter censitario amenazaba desde su mismo origen el carácter democrático del sistema político, pero ya en 1823 la “Doctrina Monroe” mostró como sería ese estado en adelante, su “América para los americanos”, que se presentaba como una política contraria al colonialismo europeo en realidad era la cobertura para su propio imperialismo: todo el continente era para ser devorado insaciablemente, materias primas y personas. Así devoraron California y Texas, pedazos de territorio mexicano, realizaron sucesivas invasiones de Nicaragua, la ocupación de Cuba, Filipinas, el robo de territorio a Colombia para crear Panamá, un falso estado inventado únicamente para cortar el canal, invasiones de Haití, Costa Rica, Honduras...Creación de la “Escuela de las Américas” en 1946 en territorio de Panamá donde se formaron todos los torturadores que operaron en el continente durante décadas y los militares que perpetraron todos los golpes de estado en centro y sur América en las siguientes décadas. Sin contar con las aventuras imperialistas en Túnez, China, incluso Rusia en los años veinte, Viet Nam...

Eso sí, los tiempos cambian y les está costando mucho evitar la deriva que está tomando todo ese continente americano al que exprimieron y destrozaron. Varios estados americanos, especiamente en Sudamérica alrededor de Brasil (antaño también una dictadura militar aupada por la CIA) defienden la independencia de sus estados frente al colonialismo y es por eso que, sin negar que tengan defectos, nuestros medios de comunicación colonizados nos envían constantemente noticias sobre lo estrambóticos y populistas que son sus dirigentes elegidos democráticamente. Venezuela está muy mal, según nos cuentan, en cambio cuando gobernaba Carlos Andrés Pérez subido sobre la corrupción, el saqueo colonial de materias primas y con la mayor parte de la población sumida en la miseria, sin médicos ni escuelas, nadie se molestaba en contárnoslo. Entonces no interesaba escrutar los procesos electorales y esos países no eran noticia, allí todo era normal y ordinario.

La democracia americana tiene rasgos muy interesantes y aún contiene semillas de libertades pero se trata de un imperio y ésa es su naturaleza, el imperialismo. Lo extraordinario es que aquí hayamos vivido envueltos en una propaganda tan trabada e intensa, apoyada por los gobiernos llamados “occidentales”, que vemos constantemente lo que opina el presidente norteamericano de esto o de lo otro, si hubo un tornado en Kansas o en Alabama...o oímos como se califica con toda naturalidad a EE.UU. de paladín de la democracia.

El gran momento de ese argumento mítico fueron las dos guerras “mundiales”, seguro que hay poblaciones europeas que deben de estar agradecidas por aquellos episodios, aunque no la población judía europea que fue exterminada mientras los aliados actuaban al respecto con cierta parsimonia. El saldo económico, militar y estratégico de ambas intervenciones militares fue enormemente beneficioso para la potencia norteamericana, pero aceptemos que también influyeran motivos humanitarios para expulsar a los japoneses de las Filipinas, que previamente habían quitados a los españoles, y de buena parte de Asia.

Y a los alemanes de la Italia fascista, de la Francia ocupada, y del cielo de una Inglaterra asediada. Pero los españoles tienen motivos para todo lo contrario: fueron los EE.UU. quienes sostuvieron a Franco. Sin el apoyo norteamericano Franco habría caído mucho antes y probablemente habríamos tenido una república desde el final de los años cuarenta o principios de los cincuenta. Lo vivido bajo el franquismo se lo debemos a su aliado, EE.UU. Este es el momento en que alguien dirá “antiamericanismo primario”, “teorías de la conspiración, conspiranoicos...”. Precisamente esos calificativos son parte del repertorio ideológico del colonialismo ideológico norteamericano.

Tras los pactos con Franco en los años cincuenta para ocupar militarmente el territorio español enviaron en los años sesenta aquella pandilla grotesca de “¡Viva la gente!”, las películas y luego las series norteamericanas ya ocupaban las grandes y pequeñas pantallas, y tras Elvis y los Beatles la música anglosajona apartó a la cultura y la música europea, italiana, francesa (la alemana había perdido la guerra y se había desvanecido) y así nos educó a las generaciones sucesivas.

Hoy nos parece normal conocer las calles de San Francisco, las pandillas de Los Ángeles, los estados del cinturón de la Biblia, Texas y su frontera, Nueva York. La gente va por ahí orgullosa con gorras y camisetas que dicen “NY”, presume de haber estado en...¡Manhattan! Somos sus clientes obedientes y sus súbditos colonizados. Al escribir esto yo mismo me siento antiguo y fuera de moda, debería sentir vergüenza de recordar estas evidencias y decirlas, pero todo es cierto. Aún más, es la verdad. La verdad de Obama es que, siendo mejor presidente que otros para una parte de la población norteamericana, no deja de ser un presidente más de un imperio que sigue actuando como tal. La potencia que, de acuerdo con Arabia Saudí e Israel, apoya a las milicias islamistas contra el régimen sirio (que sea un régimen brutal como otros de la región, no niega los intereses estratégicos norteamericanos en derribarlo) o tras los militares golpistas en Egipto. No hay golpe de estado en la mayor parte del mundo que no cuente con el beneplácito de la CIA: incluido el del 23-F, también entonces estaban con los golpistas y el golpe era “un asunto interno de los españoles”. Nuestros admirados y modernos paladines de la democracia estaban con Tejero, sí. Ellos podrán exportar “hip hop” pero no les preocupa que aquí vivamos bajo un tricornio.

Puede que tras Polonia y Chequia, que pasaron de ser soviéticos obligados a unas entusiastas bases militares y políticas norteamericanas, España sea el país europeo más colonizado por la cultura y la ideología norteamericana. En los círculos intelectuales españoles penetró desde el comienzo de la Transición la idea de que EE.UU. es la modernidad y Europa lo decadente, la doctrina del gobierno Bush de la vieja Europa en realidad ya había calado aquí profundamente. Entrar en la OTAN resultaba al fin natural pues González ya nos había señalado el Norte, que era la Estatua de la Libertad: “Prefiero morir de una puñalada en el metro de Nueva York que vivir en las calles seguras de Moscú” . Lo cierto es que no es necesario escoger entre una cosa u otra y simplemente es na argucia demagógica para obligarnos concluir que deberíamos optar por Norteamérica frente a una Rusia soviética. España es, pues, desde hace décadas un pais vencido ante el colonialismo cultural y político, la ideología del estado español se reafirma hacia dentro en una guerra cultural nacionalista exaltando la lengua castellana, las corridas de toros y lo flamenco pero es simplemente un mercado cultural y político de los yanquis.

Por qué nos vamos a extrañar ahora de que el buen padre Obama nos espía a todos y hace lo que le da la gana...Todos los gobiernos europeos sabían de la existencia de la “red Echelon”, de la conspiración de EE.UU. y sus estados aliados (Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda) para espiar sistemática y deslealmente a sus supuestos socios. Lo sabíamos todos, lo sabemos todos y lo sabemos todo así que que no vengan con cuentos. Francia tendrá muchos defectos, los tiene y grandes empezando por su “chauvinismo” pero también tiene un resto de dignidad que le lleva a hacer frente a la colonización cultural norteamericana. Su posición al respecto es la única europea que merece respeto.

Lo que sólo nos puede merecer desprecio es la falta de dignidad de ministros, como el señor Margallo, que reconocen que “nos dijeron que Snowden estaba dentro (del avión)” y por ello humillaron a Evo Morales, un gobernante de un país americano elegido democráticamente. Ahora los norteamericanos ni siquiera tienen que ensuciarse sus manos para someter a los estados americanos díscolos, su secretario de estado, Kerry, se las sacude: “fueron decisiones de los gobiernos europeos”. ¿Quien le informó y le ordenó a Rajoy y su gobierno de que Snowden estaba en ese avión y debía de ser capturado? ¿Quién es el sujeto de “nos dijeron”? Sus amos, y también los nuestros. Y qué respeto nos puede merecer el ministro Morenés que afirma este gobierno ha recuperado el “vinculo atlántico” que, según creen, había roto Zapatero. “Hemos recuperado la relación privilegiada con los Estados Unidos, fundamental porque nos da una fuerza especial en Europa y un respeto internacional en el resto del mundo”. El respeto que merecen los que se arrastran como lacayos sin tener necesidad de hacerlo, el respeto que merecen quienes carecen de dignidad.

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