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Resident PSOE

Susana Díaz, en una imagen de archivo

Antón Losada

Finalmente Susana Díaz ha decidido que la lluvia en Sevilla es una maravilla y que otra vez será. A diferencia de la Susanita de la canción, ni tenía un ratón, ni era chiquitín, ni comía chocolate, turrón y bolitas de anís. El PSOE de hoy se parece más a la corporación Umbrella de la serie Resident Evil que al ratón de la canción de Fofó.

Infectada por el mortal e imparable virus T, Umbrella siempre cree tenerlo bajo control y se dedica a hacer experimentos más suicidas y más estúpidos en cada entrega, convencida de estar a punto de lograr el arma definitiva y el mayor negocio de la historia. Ya se imaginan el resultado. Los zombis no ganan, arrasan.

El tiempo se le acaba a un PSOE infectado por el virus T del tacticismo. Igual que Umbrella, creen tenerlo controlado pero el virus les carcome por dentro. Se sienten inmunes dentro del bipartidismo y el consenso constitucional, pero la inmunidad hace tiempo que es historia. Se les nota convencidos de que los votantes transferidos volverán tan pronto cambien algunas caras, pero ya sabemos que la distancia es el olvido. Se les ve seguros de que la retórica del voto útil aún conserva todo su poder y fiados al carácter coyuntural de fenómenos como Podemos, pero eso solo son deseos, no certezas.

Susana Díaz soñaba con un congreso extraordinario que replicara el “modelo andaluz”: ganar por aplastamiento orgánico y avalancha de avales. Lo suyo con Griñán no fue una sucesión, fue una superproducción. Pero no le acababan de salir las cuentas. No parece haber ayudado mucho el desfile en su honor montado por unos barones incapaces de asumir las responsabilidades que demandan a los demás.

Pueden llamarla la “paradoja Susana”. Lo que era bueno para la presidenta andaluza era malo para el PSOE y lo que es bueno para el PSOE no era tan bueno para la presidenta andaluza. Ganar un congreso a la andaluza resultaba ideal para Susana Díaz, pero no parece la mejor idea para un PSOE urgido de emitir señales de conexión con el mundo real.

El gran problema de los socialistas reside en su falta de credibilidad. Digan lo que digan, la mayoría no les cree. Desde que Rubalcaba anunció su marcha, todas las energías se les han ido en juegos de tronos internos. Todo parece y suena tan falso que un Congreso de cartón piedra solo servirá para matar la poca credibilidad que aún puedan conservar.

Ir a un congreso donde ningún candidato pueda ganar por aplastamiento es malo para las ambiciones de la lideresa andaluza, pero puede resultar una buena noticia para un socialismo acostumbrado a tener solo malas noticias. Si algo necesitan los socialistas es demostrar que aún queda vida inteligente entre ellos.

El PSOE ha perdido un mes que no tenía enredado en problemas internos que ya no le importan a casi nadie. Mientras, el mundo ha seguido girando, han pasado cosas y la ciudadanía ha continuado buscando respuestas, gentes y organizaciones que les hablen de sus problemas, no del reglamento del partido. “Vais a morir todos aquí abajo” pronosticaba la Reina Roja en Resident Evil. Más les vale espabilar en Resident PSOE si no quieren ver cómo se cumple el vaticinio.

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